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Etiqueta: sexo

No follas porque eres muy exigente (y otras frases de mierda)

Has visto el título y has pensado “Hostias, esto va por mí”. Sí, amiguis, porque a la que comentas que no echas un kiki desde las Olimpiadas del 92 siempre hay alguien que te suelta que “Eres muy exigente”, que “Tienes el listón muy alto o que “Si no fueras tan tiquismiquis…”. La mejor de todas es “No follas porque no quieres”. Perdón, me olvidaba de ese colosal “Las tías folláis cuando queréis”.

El caso es que muchas veces nuestra observación ante la falta de meneo no es ni siquiera una queja, es simplemente la constatación de un hecho. De verdad, no es necesario echarnos en cara que es por nuestra culpa, básicamente porque aquí nadie tiene la culpa de nada, simplemente cada uno toma sus decisiones y, lamentablemente, algunas de ellas parecen abocarnos a la sequía sexual perpetua.

Como por aquí somos muy de las aclaraciones, de los puntos sobre las íes, he pensado ir respondiendo una por una a esa preciosas frases que escuchamos día sí día también ante nuestras afirmaciones sobre la ausencia de mambo del bueno.

La exigencia. El listón. Tiquismiquis.

SÍ. Soy exigente, coloco el listón donde me da la gana, dado que es este cuerpecito mío el que se tiene que meter en la piltra con quien sea. Y tiquismiquis, o selectiva, o maniática, pues también, como todos los humanos según el criterio de los otros. Porque obviamente, el baremo a la hora de elegir tus parejas es subjetivo, pero a más no poder. Lo que para mí es gloria, para ti puede ser mierda. Y a la inversa.

Porque no quieres.

A ver, no te equivoques: querer, QUIERO. No con cualquiera, no en cualquier sitio, no a todas horas. Pero querer, QUEREMOS.

Ahora vamos a la otra cara de la moneda del “Porque no quieres¨

¿Las tías? Cuando queréis.

Mira, amiguinchi, esta es fácil. Quiero AHORA, quise anteayer en la fiesta de cumple de mi amiga Marina que fue lo más, y probablemente quiera en algún momento de la semana próxima. Yo venga a chasquear los dedos, a cruzarlos, a rezar. Y oye, QUE NO HAY MANERA. No, esto no es una cuestión de género. Quizás sí sea una cuestión de habilidad o entrega a la causa. No lo sé, la verdad.

Con la de pretendientes que tendrás.

Pues mira, NO. O al menos que yo sepa, que para el caso es lo mismo. Si los tengo, son muy silenciosos, muy discretos y muy invisibles. Porque imagino que pretendiente no es el que te grita barbaries por la calle o te intenta meter mano borracho perdido. Si eso es un pretendiente entonces sí tengo, perdonad mi error. A veces me lío yo sola.

Lo mejor de esto es cuando la frasecita te la suelta uno con el que te encantaría liarte. Eso sí que mola a lo bestia. Tú con cara de gilipollas mientras el bigardo de turno te dice que “Con lo fácil que tú lo tienes” y “Lo guapa que eres” mientras no puedes dejar de imaginarte abalanzándote sobre él. Amiguis, prometo aquí y ahora que al próximo que me la suelte le digo que me solucione el tema AQUÍ Y AHORA. Ya os cuento.  

El chingar se va a acabar.

Sí, amiguis, no es que esté en plan catastrofista, es que esto es más difícil que sacarse unas opos. Y que conste que no solo hablo por mí (que también), sino por todas mis hermanas. Va a parecer que me obsesiona el tema, porque ya escribí sobre esto aquí, y también aquí. Pero es que pasa el tiempo y la cosa no cambia: no hay manera de echar un kiki. El resto de esta historia de terror os la cuento en mi blog hermano, Weloversize.  

Es tendencia: la paja de pago

Cualquiera podría pensar que, habiendo crecido y trabajado yo en los mundos del ocio nocturno durante más de veinte años, mi capacidad de sorpresa ante las conductas del ser humano es nula. Pues para nada, amiguis. Cuando creo que ya nada en el planeta puede sorprenderme, llega un chaval cualquiera y me deja boquiabierta, ojiplática y meditabunda perdida.

Estaba yo en un cumpleaños multitudinario navideño, cuando una de las comensales me grita desde la otra punta de la mesa “¡Sol, escucha esto que te da para tres artículos!” y para allá que voy yo, rauda y veloz como el rayo. Allí se encontraba un joven, de estatura media, peso medio, cara media. Un tío simpático, por lo que sé de lo poco que le conozco, y que acababa de contar algo que había dejado a sus coleguis patidifusos del todo.

_ Cuéntame, querido, ¿qué se te ofrece?

_Pues nada raro, que el otro día fui a un masaje de Happy Ending y me hicieron una paja por 100 euros.

Tras la sorpresa inicial, me rehice y fui capaz de entonar un alto y claro:

_Un poco cara la paja, ¿no?

_ Bueno, también me hizo un masaje. Y eso ya cuesta unos cincuenta euros.

_ Pero, ¿el masaje fue bueno?

_ Malísimo.

Yo, a esas alturas ya no entendía NADA DE NADA. Mi recorrido mental fue más o menos este: el chaval está bastante bien. No sé por qué paga. Ha pagado mucho. Ha pagado por una paja. Ya que paga, ¿por qué no folla?. Pero, ¿por qué va a pagar para follar si podría hacerlo gratis? Joder, mis amigas y yo a dos velas desde el Pleistoceno y los tíos pagando por sexo. VAYA TELA. Igual quiere algo perverso y piensa que nosotras, las no-prostitutas no se lo vamos a hacer…

_¿Pero te hizo algo especial?

_No, una paja estándar.

_ AH.

_ Pero, ¿y el tema de follar no te va más?

_ Es que no quiero sexo con una puta.

_ Una paja es sexo, CREO.

_ Ya…

_ ¿Y por qué no lo has hecho con una tía no-puta? Te saldría gratis…

_ Es que estoy harto de tener que decirles que se vayan de casa después.

_ Pues lo hablas antes…

_ Es que si llega una tía a mi casa y le digo que solo quiero que me haga una paja, no sé, ¿tú qué dirías?

_ Hombre,  si me haces otra a mí…

_ AH, NO. ESO NO.

Y, claro, ahí le tuve que dar la razón. PUES MEJOR PAGAS, QUERIDO.

No le seguí dando más vueltas porque la cosa de lógica tiene poco y de incoherente, MUCHO: no quieres sexo pagado, pero tampoco gratis por si se quedan a dormir; no quieres sexo de pago, pero pagas por pajas; te zampas un masaje de mierda para que te hagan una pajilla insignificante que te podrías hacer tú… No voy a entrar en el tema ético y moral, para eso están otros. O igual sí, pero otro día.

Y mientras tanto, nosotras aquí preguntándonos por qué no hay manera de echar un kiki en condiciones. Pues ya os lo digo yo, porque algunos tienen miedo a que nos quedemos a dormir, y a que no nos quedemos, TAMBIÉN. Porque vaya a ser que nos tengan que dar conversación, o que no haya de qué hablar. Porque si follas y te piras, para algunos, eres una zorra, pero si te quedas eres un coñazo de tía. Porque quizás pidas un pelín de reciprocidad, de generosidad, de educación. Y eso es un precio que no están dispuestos a pagar. Cien euros es MUCHO más barato.

Y es que, amiguis, lo gratis ya no se valora. El sexo por amistad, por gusto, porque sí, ya no se lleva.

Toda la vida pensando que lo fácil era follar pagando y resulta que ahora tendremos que follar COBRANDO.

Así de triste.

   

Cómo está el mundo, Facundo.

como esta el mundo, facundo

No sé si os pasa pero yo tengo constantemente la impresión de que soy marciana. Hay TANTA conducta que no entiendo que lo más lógico es pensar que la rara soy yo. Durante esta semana he repetido la frase de Facundo tantas veces y en situaciones tan dispares que no he tenido más remedio que compartirlo con vosotros, a ver qué os parece el tema.

Situación Facundo num. 1

Hará cosa de diez días me reencontré con amigos del pasado. Da igual para qué, mejor no doy pistas que tampoco quiero yo provocar mal ninguno. El caso es que ayer mismo, uno de esos colegas, simpático como pocos, me envía un WhatsApp. “Qué ilu”, pienso yo, “Cuánto me reí con él a mis dieciocho”. Empezó suave, el chiquillo: qué bien verte, cuántas risas, qué guapa estás.

Mira qué bien.

miraque-bien

Yo contesto amablemente con agradecimientos, reciprocidades y un sincero “Nos tomamos un café cuando vaya por esos lares”. A lo que él, se lanza en picado y me suelta “El fin de semana tengo una conferencia en Sevilla, tendré mucho tiempo libre, por si te quieres venir” seguido de unos iconos de lo más picarones.

OLE TUS HUEVOS, CHAVAL.

ole-tu

Ni que decir tiene que el caballero está casado, tiene descendencia y, ni que decir tiene que por mi parte no ha habido ni media insinuación sexual NI NADA QUE SE LE PAREZCA.

Yo añadí un “ja-ja-ji-ju-ji-ja-ja-ja-ja-tirurí” y A BUEN ENTENDEDOR, POCOS ICONOS BASTAN.

Situación Facundo, num. 2

Colegas de siempre que nos vamos a tomar algo y una cosa lleva a la otra, y unas copas y “Huy, qué tarde” y “Huy, que para variar siempre termino la última”. La última con alguien, claro está. Allá que acompaño al otro marchoso a su vehículo que está camino de mi casa y allá que ese ser, al que conozco desde hace veinticinco años, me suelta como el que no quiere la cosa: “PUES MIRA, NOS PODÍAMOS IR A FOLLAR AHORA, POR EJEMPLO”.

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Palmada en el hombro, VENGA VA. Mejor te vas con tu santa esposa, o lo que tú veas.

Esto no acaba aquí, amiguis. (Chicos implicados en las historias, si lo estáis leyendo, de buen rollo, que yo os quiero mucho pero de ahí a follar…). Lo que decía: al cabo de unos días vamos a cenar y yo, que soy una tía discreta dónde las haya, no digo ni mú de que el señor que tengo al lado me propuso tracatrá. Pero él, ni corto ni perezoso comenta: “Bueno, y esta mujer, que no quiso follar conmigo, ¿qué os parece?”, a lo cual responde el amigo de enfrente: “Joder, Sol, con lo liberal que tú eres”.

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¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿Qué significa liberal? ¿Será sinónimo de “soltera” y yo no me he enterado? ¿Las liberales follan con cualquiera que se lo propone? ¿Por dónde empiezo a explicarme? Mejor cierro el pico y me descojono. NO ES PARA MENOS.

Y podría seguir hasta la eternidad contando historias sobre cuánta sorpresa provoca que una tía soltera, que escribe sobre penes y coños y Mareadores, que suelta tacos a mansalva y enseña las tetas cuando le viene en gana, no se lance sobre el primer macho que le pide Mambo.

No sé, quizás el post debería llamarse “Soy soltera, no puta”, pero hoy me sentía sutil. Cosas que pasan.

Cómo está el mundo, Facundo  

Se me ha muerto el chichi.

Se me ha muerto el chichi No es broma, no os riáis. Se me ha muerto el chichi, PERO DE VERDAD. Agonizaba desde hace tiempo, el pobre. Su declive comenzó hará unos seis años. Aún no sé si la falta de actividad fue causa o consecuencia de la enfermedad. Cada vez estaba más cansado, le daba más pereza ponerse en movimiento y, cuando lo hacía, era para luego arrepentirse. “Total, para ESTO…” solía comentar. Si queréis saber cómo sigue la historia, podéis leerla en mi blog hermano, Weloversize.

¿Multiorgásmica yo? Pues no.

¿Multiorgásmica yo? Pues no

Mis amigas me dejan ojipláticas y a qué nivel, Maribel. La última de mi amiga Laura es que afirma, con toda la tranquilidad del mundo que TODAS LAS MUJERES SON MULTIORGÁSMICAS. Así, tomando el café de media mañana, como si nada. Y sigue “Yo me he llegado a correr diez veces seguidas”. 

Os cuento el resto de esta historia TAN fantástica en mi blog hermano, Weloversize.

El polvo contínuo: concepto y características

lasclavesdesol

Cómo bien sabéis, mis amigas son fuente interminable de inspiración. Gracias, chicas. La última musa ha sido mi amiga Inés.

Inés sufre del mismo mal que el resto de la pandi: no pillamos cacho ni pagando. Pero hace cosa de dos meses se fue a una boda (pongamos que fue en Galicia, por decir algo) y allí conoció a un apuesto joven con el que pasó una preciosa madrugada plagada de sexo. Cuando digo plagada, quiero decir PLAGADA. Mi amiga tuvo la dicha de encontrarse con uno de esos chicos que nunca se cansan y siempre quieren más (más follar, se entiende). 

tom

Ella vuelve a nuestra ciudad y, cómo es normal, pues  mensajito va, mensajito viene. “Huy, qué simpático”. “Mira, qué salao”. Y un mes después de su ardiente encuentro post-bodil, allá que la tía, con un par, se pilla un vuelo y se va a visitar al doncel. Veinticuatro horas, ni una más ni una menos. Cuándo me envía el típico mensaje de “ya estoy sentada en el avión” para que la recoja en el aeropuerto, añade unas bonitas frases:

  • Trae hielo a cascoporro.

Y antes de que yo pudiera contestar…

  • Pal coño.

salma

QUÉ BONITO, SEÑORES. Se me saltaron las lágrimas de la emoción. No es para menos.

Cuando se subió en el coche, no le pregunto cómo ha ido el vuelo, a mí qué me importa.

“¿Cuántos polvos has echado, malandrina?”. (Esperando que me dijera, tres. A lo sumo, cuatro).

“No lo sé. No hemos parado”, contesta ella agotada y dolorida.

no idea

Dios mío, madre del amor hermoso, nos hallamos ante un caso claro de POLVO CONTÍNUO (en adelante P. C.)

omg

Hacía años que no se avistaba un ejemplar de estas características por nuestro país (o al menos por la parte de país que nosotras frecuentamos).

Para concretar: el P. C. es aquel que sabes cuándo y dónde empieza pero nunca cuándo ni dónde acaba. No tienes claro si contar los periodos entre siestas, entre alimentos, entre duchas o entre orgasmos y, en este caso ¿de él o de ella? Mejor no intentarlo. Tú sabes que no has parado de fornicar, y con eso ya basta.

Las características del P. C. son las siguientes:

  • Cómo ya hemos comentado, no se sabe cuánto dura.
  • Eso sí, la duración mínima del P. C. es de tres horas.
  • En el caso del hombre, se da normalmente en edades  comprendidas entre los veinte y los veintiocho años (no me preguntéis por qué, es estadística pura).
  • Las mujeres, por razones fisiológicas, tenemos más facilidad que el hombre para disfrutar del P.C. pero, claro, hay que dar con un contrincante que reúna las características adecuadas. Y eso NO ES FÁCIL.
  • El P. C. escuece (el chirri, obvio).
  • El P. C. mola.
  • El P. C. mola MOGOLLÓN. (Perdón, me he dejado llevar por el entusiasmo)
  • Es algo que todo el mundo parece desear pero muy pocos están dispuestos a ejecutar (otro caso más de paradoja existencial).
  • Se da con la misma frecuencia que la visita del Cometa Halley, así que si tienes la suerte de avistar uno, NO LO DEJES ESCAPAR.

Y bueno, chiquis, que lo último que sé de Inés es que, esta vez, es él quién ha ido a visitarla (durante tres días) y me temo que, a la vuelta de mi viaje, me la encontraré escayolada  y, muy probablemente, ingresada .

Qué suerte la suya.

good job

¿El tamaño importa? POJCLARO

El tema está más que manido y la respuesta es clara: a unos/as sí y a otros/as no. O al menos eso dicen… Si a la generalidad del género masculino le dieran a elegir entre un pene pequeño o un pene grande (dentro de los límites de la normalidad), probablemente elegirían el segundo sin darle más vueltas. En cuanto a las mujeres, aquí el tema es más complicado (como en casi todo). En las encuestas que he realizado antes de escribir he observado dos grupos claros: El primero, aquellas con las que no tengo mucha confianza, han dicho que lo más importante es la habilidad.
  • Ya, ya… pero es que el artículo va de sobre el tamaño, no sobre la habilidad.
  • Bueno, depende… Una cosa muy grande molesta.
asi asi Sí, queridas, pero es que insisto, la pregunta es: “¿El tamaño TE importa?” No es: “¿Te encantan los penes de dimensiones sobrehumanas?” Entonces, ¿podrías contestar? Y oye, mira que me cuesta sacar una respuesta clara. Básicamente SÍ o NO. Y es que nos cuesta la vida decir que sí, que nos gustan los penes generosos más que los penes pequeños. Pero señoras, que esto es algo fisiológico, a más tamaño (sobretodo grosor), más roce y más gustirrinín. Que si es enorme hace daño, PUES SÍ. Que a mayor habilidad mejor, PUES CLARO. Que hay otras cosas aparte de la penetración, OBVIO. Pero eso son otras cuestiones. El segundo grupo encuestado, mis amigas, han tenido menos reparos en ir al grano y contestar: SÍ, ya lo sabes, EL TAMAÑO IMPORTA. sex and the city yes Y con esto nadie quiere ofender a quien la tenga pequeña, que conste. Ni estamos diciendo que no se puedan mantener relaciones sexuales satisfactorias con todo tipo de tamaños, NO. Lo que digo es que, si somos sinceras del todo, afirmaremos lo lógico, lo evidente: nos gustan los pollones, para verlos, para tocarlos y para que nos empotren. yes eyes Documentándome sobre el tema encuentro todo tipo de argumentos, a favor y en contra de mi teoría pollil. Por un lado, los que defienden aquello de que el tamaño no importa porque la inmensa mayoría obtenemos nuestros orgasmos vía clítoris. Bueno, sí, pero ¿y lo que va antes del orgasmo? Por otro, los que han realizado estudios que afirman que la predilección de las mujeres por los menes de mayor tamaño ha podido influir incluso en que los hombres hayan desarrollado penes más grandes durante la evolución. Estas teorías, en resumen, dicen que desde la prehistoria, nos van los tíos altos con las pollas grandes. THIS SIZE Entonces, ¿cómo puede ser que haya encuestas que afirmen que el 85% de las mujeres están conformes con los penes de sus parejas mientras al 55% de los hombres les gustaría tenerla más grande? Se me ocurren varias razones:
  • A las encuestadas les da cosa ofender a sus parejas.
  • Algunas aún creen que si dicen que les van los pollones, las van a tildar de guarras.
  • El amor es ciego o  distorsiona la realidad. ¿Cuántas veces te acuestas con alguien y crees que la tiene pequeña? De repente, te enamoras de él y por arte de magia, ZASCA, te parece un falo de lo más normal. Hasta que se te pasa el encoñamiento, claro.
Sin duda este tema, como tantos otros, va a gustos, pero chicas, no os cortéis, admitid que las preferís grandes. Igual que ellos quieren un buen pechamen, disfrutemos nosotras de un hermoso pollamen. Porque el tamaño importa (y tú lo sabes). winking
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