Cosas que me pasan
The Happy End: historia de un masaje.


Para escribir esto me he tenido que ir a un Starbucks al más puro estilo Carrie. La ocasión lo merece. Podría deciros que “le pasó a una amiga mía” pero no iba a colar, así que seré sincera.
Me encantan los masajes, no me canso de ser masajeada y mi día ideal SIEMPRE empezaría con un buen masaje. Me he dado masajes en varios países, en Tailandia ya ni os cuento. Con esto lo que quiero decir es que me han dado muchos masajes de muchos tipos, muchas personas.
En Madrid me aficioné a un sitio thai maravilloso y carísimo de esos que abren siete días a la semana, 14 horas al día. Pero hostia, me dejaba el sueldo, así que decidí probar masajes thai más plebeyos y un amigo me recomendó un local que me pareció cutre pero oye, a mitad de precio que las superthai.
Allá voy yo y qué alegría más grande cuando veo que por dentro es monísimo y muy zen.
Y aparece el masajista en cuestión: pelos rasta hasta la cintura y cejas depiladas rollo Spock.
Se me ha escapado una tribu urbana nueva, está claro. Me quedo un tanto patidifusa y pienso que o se recoge el pelamen o se le llenará de aceites esenciales.
Me lleva muy amablemente a la colchoneta colocada en el suelo que hará las veces camilla. No camilla, rastas hasta el jander… Empiezo a pensar en las posturas y en como lo vamos a hacer para que no me restriegue los mechones por el body (a estas alturas ya veía yo que el joven no se iba a hacer ningún tipo de recogido capilar).
Me pongo las bragas de papel rollo Dodotis (esto va mejorando) y allá que le espero yo boca arriba tapada con unas telas étnicas a juego con las rastas.
Y empezamos.
Rasta Spock tenía las manos totalmente congeladas, JODER. Me cabreo. Poco a poco se le van calentando.
Aquello no era tan thai como mis amadas thai carísimas pero bueno, su aceitito caliente, presión adecuada…
Y me pongo boca abajo.
Qué bien, ha llegado el momento. Tengo contracturas hasta en la rabadilla y el momento masaje espalda es siempre celestial. Además, Rasta Spock me había preguntado dónde las tenía. “Aquí”, había dicho yo, señalando mi lomo. No había pérdida. “Entre los omoplatos, sobretodo” había concretado, por si no percibía las contracturas tamaño mandarina. No podía fallar.
Mujeres del mundo que teneis una talla de sujetador superior a la 85 … Sabéis que cuando te pones boca abajo, el pechamen sale por los lados ¿no? Bien, yo no estoy precisamente plana, con lo cual por los lados sale BASTANTE. Pero el tema es que en los flancos no tengo contracturas, con lo cual las glándulas mamarias no habían molestado jamás para nada, HASTA QUE LLEGÓ RASTA SPOCK.

No me preguntéis en que Escuela Thai estudió, o donde se pensaba que estaban mis omoplatos.
Me masajeó los flancos, o sea la media teta que se me salía por ambos lados, aproximadamente 76 veces.
QUÉ MOMENTO, SEÑORES… ¿Qué hago?, ¿le digo algo?, ¿se trata de un movimiento nuevo desconocido por las thai pero muy en voga entre los masajistas thai semijamaicanos?, ¿o me está metiendo mano descaradamente? Si ese es el caso ¿lo disfruto? Joder, desagradable no es, aunque el rollo Rasta Spock no es lo mío…
Decido relajarme y disfrutarlo, DE MOMENTO.
Ni que decir tiene que, llegado el momento, las contracturas que tengo en el culo las encontró y las trató, PERO A BASE DE BIEN.
Braga dodotis metida por el jander hasta el intestino y, hala, a amasar.
Acaba la manoseada trasera, volvemos a darme la vuelta. “Si por detrás me ha puesto fina, lo de por delante ya puede ser sideral”, pensé yo.
El chaval, muy profesional, me planta una toallita tapándome las tetas (las que ya me había manoseado hasta la saciedad) y ME BAJA LA BRAGA DODOTIS HASTA EL MÁS ALLÁ.
O sea, no me ves las tetas pero me estás viendo el jilguero. BIEN.
Toca el masaje barriguil.
No sé donde pensáis que acaba la barriga por la parte inferior, pero yo os lo voy a aclarar: justo donde empieza la rajita. O sea, la parte superior del chirri pertenece al abdomen, al menos en la zona de Tailandia donde Rasta Spock estudió.
Os recuerdo que para más inri, yo estaba con los ojos cerrados, así que tampoco tenía muy claro por donde pasaba la mano, era todo un rollo sensorial. Pero vaya, que sensorialmente tengo muy claro donde tengo la barriga y donde el parrús.
Ahí ya me empiezo a plantear seriamente que la cosa se puede desmadrar (aún más) y me vuelven a asaltar las dudas: ¿Y si baja más la mano?, ¿me dejo o le fostio? Por un lado la cosa era cachondona, pero cuando lo físico me ponía tontorrona, lo cerebral me recordaba el look Rasta Spock y la líbido se iba a tomar por c**o.
“Y yo que había venido a relajarme y me estoy contracturando aún más…”
Acabamos con la zona pélvica y vamos a la craneal.
Y ahí es cuando la problemática que yo había planteado al principio, se manifiesta. Rasta Spock sentado en la parte superior de la colchoneta, masajeándome pescuezo (por fin me toca alguna contractura alejada de mis zonas erógenas) y una de sus rastas dando paseíllos por mi jeto.
CANGONTÓ LO QUE SE MENEA.
Vamos terminando y el joven me envuelve cual rollito de primavera en las telas étnicas.
Él que me pregunta qué tal y yo medio adormilada, medio al borde del colapso le balbuceo que “Bien”, añadiendo mentalmente “¿y tú, cari, te has quedado a gustito?”
Y el colega que se abalanza para darme dos besos y yo, que por el desarrollo de los acontecimientos pienso que me puede meter la lengua hasta el duodeno.
No lo hace.
“Chato, si me besas, que tampoco es necesario (las thai no me besan JAMÁS), lo haces cuando esté vestidita y pagando y NO EN BOLAS HECHA UN CANELÓN.”
Ya vestida y por las calles no salía del shock. Y en estos casos lo mejor es llamar a una amiga. A poder ser a alguna que se vaya a descojonar.
-Mabel, querida, salgo de un masaje thai dado por un Rasta Spock y juraría que me ha pegado la metida de mano del siglo.
La otra se descojona, más por imaginar las rastas y las cejas together que porque me metan mano y encima pagando.
Le planteo varias preguntas :
– Tía y si la cosa hubiera ido más lejos, ¿qué hago? ¿me dejo?.
-Pues si te ape…
Siguiente cuestión:
– ¿Y le dejo propina?
– Pero qué dices tía, para nada. Que lo hace porque quiere. Si acaso te tiene que hacer descuento.
Joder, cuanta sabiduría encerrada en un cuerpo tan pequeño.
Pasados los días, cada vez tengo más claro que Rasta Spock se puso fino filipino y me asaltan más dudas… ¿vuelvo? La verdad es que me cobraron la mitad que las thai y tampoco estuvo mal. ¿Si vuelvo pensará que me ha gustado y quiero aún más?
En un momento dado y si lo negocio bien, podría sacar descuento a cambio de disimular y hacer ver que tengo contracturas en sitios donde no hay ni músculos. Al final, lo que más me molestó fue el paseo de su rasta por mi cara…
De repente recuerdo un capítulo de Sexo en Nueva York en el que Samantha se ofende porque un masajista buenorro no le provee del final feliz que le había dado a otras clientes. Con lo que me mola a mí la serie, Samantha y los finales felices.
Superintrépida, cojo el teléfono para pedir hora con Rasta Spock. Y le visualizo, tan Rasta y tan Spock. Y visualizo también al masajista buenorro de Samantha. Joder, nada que ver. Seamos realistas, yo nunca fui de sucedáneos.
Así que decido no llamar y volver a mis queridas thai. Sí, me cobran el doble, PERO ME ESTRESAN LA MITAD.
Muy fuerte lo tuyo… Gracias Solazo!
Gracias Castillo!!
El masaje y el paseíllo de rastas van el el mismo pack en ese caso. Si las dos cosas juntas no te molan, haces bien en no volver. Con la de masajistas estupendos que hay con el pelito rapado y tal…
Pues eso he pensado yo, Cris…
Jo Sol, casi me parto imaginando la escenita !!! si finalmente decides volver…. pasa el raport please !!!
Si vuelvo, pediré hembra masajista…O al menos, macho sin rastas. Besazo
jajajajajajajajaj
¡¡¡No lo puedo creer!!!!
Me he acordado de cierta anécdota de cierto amigo…
Un besazo
Cuenta, cuenta….
JAJAJJAJAJAJA… Ay, Sol, se me saltan las lágrimas. Tu mal rato nos he hecho pasar a nosotras uno muy bueno!!!
Cómo me alegro!!!!! Besazo
Te metes en unas situaciones dignas de ser rodadas, ¡y espero que así sea!
Por cierto dicen unas amigas mías que cuál es el número de ese masajista, que a ellas nunca las importaron los finales felices.
Mañana te lo doy… Y yo fui a un masaje!!! El resto fue cosa del Jamaican Thai…
lo que me he podido reír leyendo esto.. ya van 3 veces… y me río igual cada vez que lo leo… desde luego la experiencia fue.. Rasta Spok… que grande de verdad!! jajajaja a mi también me encantan los masajitos.. Mira que en los Thai te masajean todo el body pero bien.. pero no se acercan a nada critico tan peligrosamente JAMÁS… que estrés jajaja
Me he reído a gusto… Lo de los masajes a mi la verdad me pone algo nerviosilla…
Muero con tu verborrea “mental”… y digo así porque, antes de salir a papel se forja entre neuronas tremendo diálogo y sólo de saberlo tienes que ir descojonandote por la vida. Lo doy por sentado porque soy de las tuyas… me pasa lo mismito y vivo enganchada al humor… conmigo misma mínimo.
Y apoyo tu declinación final… más caro vs. menos estrés… más relajado que se te queda el poto… jajaja.
Feliz semana!!
Ay querida, pues luego me reí, pero durante el masajito sufrí de lo lindo… Besos miles.
Lo imagino… en una ocasión me pasó algo similar, y chico debate entre neuronas al mjsmo tiempo que hacía milagros para no reírme y soltarle una fresca, yo… reina del hunor irónico.
Jajajaja… sigo cotilleandote a ver que “te” encuentro por aquí… estamos en contacto. Lo prometo!
Buenísimo!!! No podía parar de reír mientras lo leía! Si vuelves,ya explicarás….
Toda una anécdota… El tío disfruto mucho contigo, jajaja
La próxima vez (si la hay), prueba a que te haga cosquillitas con la pelambre. A lo mejor “suscitadas” en aceite no son tan duras. Y las cosquillas siempre dan alegria, no se digo yo.
Por Dios, qué horrorrrrrr.
Jajajaja hija mía que cosas te pasan!!!!!
jajajajajaja No me lo creo!! Me paso lo mismo hace unos meses en Malasia!! Y aún sigo con el shock en el cuerpo!! He llegado a la conclusión de que somos nosotras, que sacamos la vena sexual/viciosa a todo aquel que nos acercamos!!
Aquí mi trauma historia para que veas que no estás sola: https://lavidaenpene.wordpress.com/2016/01/13/la-del-masajista-asiatico-que-toco-de-mas/
Muaaak
Un comienzo de dia malo solucionado con un buen rato a carcajada limpia!!!!!! No puedo parar de leerte!!!!!!!!
Jajajajajaja….y a mi que siempre me masajean tias!!!. Ese momento en el que masajean cara interna del muslo, y en el que pienso “y si fuera un maromazo, qué???”…
En fin, que os gusta que os metan mano y si está bueno y hay que pagar pues se paga… Jajajajajaja
Y luego no entendéis al chico aquel que paga por masaje con final feliz…
Eres la mejor!!! no sabes como me he reido, nos alegras el dia!!!!!un beso Sol
Jajajajajajaja ¡Grande! Y algo de envidia me das… Me has recordado a hace un par de meses… Yo estaba en plena sequía sexual me voy a la peluquería para por lo menos verme deseable yo misma cuando en vez de tocarme la muchacha de siempre el dueño se suelta los anillos y me lava el pelo él. Os juro que me hizo TAL MASAJE de cuero cabelludo que me dieron ganas de arrastrarle al vestidor para que me empotrara. Luego me acordé de que el chaval es más gay que nada y que lo que me masajeaba era la cabeza y no el chirri (a ti al menos te metió mano de verdad jajajaja). Una lástima, pero hay que decir que sacarme del barbecho sexual en el que me hallaba con un simple tocamiento de cuero cabelludo tiene mérito. O eso o yo estaba ya muy salida y empezaba a ver sexy hasta al vecino jubilado de enfrente, vaya usté a saber.
P.D.: tu definición de Rasta Spock (cojonudo el mote, por cierto), me ha recordado muchísimo a Drogo de “Juego de Tronos”. Os dejo la imagen a ver si estáis de acuerdo http://vaais.com/Files/images/personajes/2113.jpg