
No es broma, no os riáis. Se me ha muerto el chichi, PERO DE VERDAD.
Agonizaba desde hace tiempo, el pobre. Su declive comenzó hará unos seis años. Aún no sé si la falta de actividad fue causa o consecuencia de la enfermedad. Cada vez estaba más cansado, le daba más pereza ponerse en movimiento y, cuando lo hacía, era para luego arrepentirse.
“Total, para ESTO…” solía comentar.
Si queréis saber cómo sigue la historia, podéis leerla en
mi blog hermano, Weloversize.