
El tema está más que manido y la respuesta es clara: a unos/as sí y a otros/as no. O al menos eso dicen…
Si a la generalidad del género masculino le dieran a elegir entre un pene pequeño o un pene grande (dentro de los límites de la normalidad), probablemente elegirían el segundo sin darle más vueltas.
En cuanto a las mujeres, aquí el tema es más complicado (como en casi todo). En las encuestas que he realizado antes de escribir he observado dos grupos claros:
El primero, aquellas con las que no tengo mucha confianza, han dicho que lo más importante es la habilidad.
- Ya, ya… pero es que el artículo va de sobre el tamaño, no sobre la habilidad.
- Bueno, depende… Una cosa muy grande molesta.
Sí, queridas, pero es que insisto, la pregunta es: “¿El tamaño TE importa?” No es: “¿Te encantan los penes de dimensiones sobrehumanas?”
Entonces, ¿podrías contestar? Y oye, mira que me cuesta sacar una respuesta clara. Básicamente SÍ o NO.
Y es que nos cuesta la vida decir que sí, que nos gustan los penes generosos más que los penes pequeños.
Pero señoras, que esto es algo fisiológico, a más tamaño (sobretodo grosor), más roce y más gustirrinín.
Que si es enorme hace daño, PUES SÍ. Que a mayor habilidad mejor, PUES CLARO.
Que hay otras cosas aparte de la penetración, OBVIO.
Pero eso son otras cuestiones.
El segundo grupo encuestado, mis amigas, han tenido menos reparos en ir al grano y contestar: SÍ, ya lo sabes, EL TAMAÑO IMPORTA.

Y con esto nadie quiere ofender a quien la tenga pequeña, que conste. Ni estamos diciendo que no se puedan mantener relaciones sexuales satisfactorias con todo tipo de tamaños, NO.
Lo que digo es que, si somos sinceras del todo, afirmaremos lo lógico, lo evidente: nos gustan los pollones, para verlos, para tocarlos y para que nos empotren.

Documentándome sobre el tema encuentro todo tipo de argumentos, a favor y en contra de mi teoría pollil.
Por un lado, los que defienden aquello de que el tamaño no importa porque la inmensa mayoría obtenemos nuestros orgasmos vía clítoris. Bueno, sí, pero ¿y lo que va antes del orgasmo?
Por otro, los que han realizado estudios que afirman que la predilección de las mujeres por los menes de mayor tamaño ha podido influir incluso en que los hombres hayan desarrollado penes más grandes durante la evolución.
Estas teorías, en resumen, dicen que desde la prehistoria, nos van los tíos altos con las pollas grandes.

Entonces, ¿cómo puede ser que haya encuestas que afirmen que el 85% de las mujeres están conformes con los penes de sus parejas mientras al 55% de los hombres les gustaría tenerla más grande?
Se me ocurren varias razones:
- A las encuestadas les da cosa ofender a sus parejas.
- Algunas aún creen que si dicen que les van los pollones, las van a tildar de guarras.
- El amor es ciego o distorsiona la realidad. ¿Cuántas veces te acuestas con alguien y crees que la tiene pequeña? De repente, te enamoras de él y por arte de magia, ZASCA, te parece un falo de lo más normal. Hasta que se te pasa el encoñamiento, claro.
Sin duda este tema, como tantos otros, va a gustos, pero chicas, no os cortéis, admitid que las preferís grandes. Igual que ellos quieren un buen pechamen, disfrutemos nosotras de un hermoso pollamen.
Porque el tamaño importa (y tú lo sabes).
