Skip to main content
Reflexiones de una majara

Decir(me) que no

Decir(me) que no

Decir que no a lo que no. A lo que no me gusta, a lo que no me nutre, a lo que no me alegra. A lo que no me lleva al lugar que quiero ocupar. No a quien me empuja y no a lo que me aprieta. O a quien me sujeta, a lo que me frena. A quien me grita, a quien abusa. No a quien no intercambia, pero sí usa. A quien  no escucha que ahora no, que así no, que no y punto.

No a lo feo, a lo mediocre, a lo caótico y a lo desequilibrado. A la incoherencia, a la cobardía, al engaño. Al trecho que hay entre lo dicho y lo hecho.

Decir que no a la postergación, a lo gris, a lo de siempre sin más argumento. A la queja, al victimismo, al pesimismo, a la pesadez, al conformismo y a la resignación. Al pez que se muerde la cola por los siglos de los siglos. No al sufrimiento. No al interés ese de Andrés, a lo hueco, a lo falso. No a los clavos ardiendo, a las soluciones rápidas que ni son solución ni son nada. No a la guarnición que oculta lo realmente importante. No a los vendehumos que se aprovechan de la vulnerabilidad ajena.

No a los trucos, sí a la magia, claro.

Decir que no a la envidia, a la crítica destructiva, a la excusa, a la paja en el ojo ajeno. No a la pereza, a la rendición, a la dejadez, a la inercia, a la sumisión, al agotamiento, a la culpa. No a saltarme la disciplina que me hace libre. Al egoísmo y al egocentrismo, a la prepotencia. Al desorden, el de por fuera y el de por dentro. A la suciedad, la de por fuera y la de por dentro.

Decir que no a aguantar, al “me compensa”, a la deriva consecuencia de no agarrar el toro por los cuernos. Decir que no a lo que me apetece ahora mismo para decirle que sí a la persona en la que me quiero convertir. No a la tozudez, al orgullo malentendido.

No a la evasión que acompaña a la inconsciencia, a la irresponsabilidad, al poder sobre una misma. 

Comments (34)

Los comentarios están cerrados.