Menopáusica y Teenager
¿Qué creéis? ¿Que no es posible ser menopáusica y teenager al mismo tiempo? Eso pensaba yo hasta que…
Yo…
– ¿Hace calor o estoy menopáusica?
Mis amigas…
– Pero cómo vas a estar menopáusica con lo joven que eres…
Yo…
– Tengo 42 ya mismito.
Mis amigas…
– Pero es muy pronto ¿no?
Vamos a Google, para variar.
Wikipedia me cuenta que sí, que los SOFOCOS pintan mal; ni te cuento de las REGLAS IRREGULARES (huy, huy, huy…); seguimos con el INSOMNIO (va a ser que sí); SEQUEDAD VAG…, pues mira, esto no sabría decirte; me hablan también de la DEPRESIÓN (esta no, la verdad); La última es el SOBREPESO (hombre, me he pillado unos kilitos, pero me lo he currado a pulso: bien de gluten y bien de azúcar). Resumiendo, tres de cinco.
Se lo vuelvo a comentar a mis comadres.
– Pues no te pega estar menopáusica.
– Pues no me pegará, pero es lo que hay.
¿Y qué pinta tendrá una menopáusica media (en adelante una M.M.)? ¿Quizás unas arruguitas y unas fofeces con un aire de “estoy de vuelta de todo y dejo de menstruar, porque hasta de eso paso”? ¿La M.M. será una tía madura, canosa, que lee sobre temas profundos, ve pelis afganas (en v.o. por supuesto) y que ya no se come el tarro si un tío no le envía un Whatsapp?
Pues no me veo como M.M., la verdad. Entonces ¿¿¿¿¿¿CÓMO PUEDE SER QUE ME ESTÉ PASANDO ESTO A MÍ?????
Igual es que mis Órganosinternosdeabajo ignoran que no tengo arrugas ni flaccidez facial, gracias al pastón que me dejo en cosméticos y a que dejé de tomar el sol en el 83. Tampoco sabrá que mantengo la pechuga en su sitio porque no he parido y el pandero más o menos, sentadilla va, sentadilla viene. Mi útero probablemente desconoce la de majaderías que escribo en este blog, dignas de un ser absolutamente inmaduro intelectualmente. Mis trompas semiatrofiadas no sabrán que me he enganchado a “Juego de Tronos” y a “Suits” no por la profundidad de sus argumentos, sino por lo buenorro de sus protagonistas y, desde luego no tienen ni idea de que lo más trascendental que he leído últimamente es la portada del “Cuore”.
Sobre si me como el tarro por los Whatsapps machunos no voy a pronunciarme, PA QUÉ.
O sea, que mis órganos reproductores (¿o era reproductivos?) van a su bola y han decidido desmarcarse del resto de mi body así porque sí.
Esto me hace pensar que la proyección que tenemos de nuestras edades futuras es CIENCIA FICCIÓN. This is clear. De pequeña imaginaba que a mis 20 llevaría siempre taconazos, LO TENÍA CLARÍSIMO. Cumplí los 20 y creo que me quité las Converse para ducharme.

Entonces piensas en los 30, HOSTIA LOS 30. A los 30 los hijos están al caer si no han caído ya, el novio se ha convertido en marido (no en mi caso, NEVER), y te envuelve un halo de tía interesante MONUMENTAL.
La mujer de 30 es un adalid de la cultura contemporánea. La mujer de 30 es la PERFECCIÓN: sabe lo que quiere, cómo conseguirlo, de dónde viene y a dónde va, su vocación no puede estar más clara, sabe elegir macho, aún tiene las carnes prietas y ha desaparecido el acné. La mujer de 30 va SIEMPRE bien peinada y lleva la manicura impoluta, ya se hizo la depilación láser y se operó la miopía. La de 30 tiene tiempo para todo: lee las revistas de moda, todos los best sellers, trabaja mil horas y gana una pasta, va al gimnasio y hace zumba, crossfit y yoga, muuuuuucho yoga…
Y llegan los 30, Y-TE-DES-CO-JO-NAS.
Avistamos los 40. Los 40 SÍ QUE MOLAN. Lo de los 30 era un poco acelerado, pero a los 40 YA SÍ. Has tenido 10 años para cabrearte porque llevabas las mismas Converse que a los 19, el mismo mal gusto para los tíos, las mismas ausencias en el gym y porque no tenías ni idea de qué coño querías hacer con tu vida.
Pero ya está. AHORA SÍ. A los 40 te esperan la estabilidad económica (jua jua jua), esos hijos que te proveen de paz mental interminable (a esta sandez le dedico otro post), madurez intelectual (dicen), equilibrio emocional (cuentan) y lo mejor: PLENITUD SEXUAL, porque las de 40 somos unas fieras desprovistas de todo complejo e inhibición. Vamos, unas cerdacas en toda regla dispuestas a disfrutar y a ser disfrutadas en plan animal porque aún te quedan lo menos, lo menos…12 o 13 años para la maldita menopausia que te secará el jilguero PA LOS RESTOS.
Llegan los 40 y…NO COMMENT.
Ahora surprise, surprise, que hay algo que no sabéis… después de los 40 vienen los 41. “Obvio”, pensareis. Pues a mí no se me había ocurrido hasta que llegué a los 40 años y 11 meses.
Porque los 40 molan, ¿pero los 41? ¿Qué coño son los 41? ¿Qué fantasía se puede imaginar con esa mierda de número? Los 40 lo ocupaban TODO y no dejaban ver lo que hay detrás: LA MEDIOCRIDAD DEL 41.
Los 41 son un antes y un después, o te hundes para siempre o lo superas y te pasas por el jander la numerología completa. Lo que no te mata te hace más fuerte. Y en esas estoy yo, a 3 días LITERALES de los ansiados 42, de tenerlo TODO superado.
¡QUE GANITAS TENGO!
Porque a los 42 ya no sufres por los problemas del curro ni por la maternidad. Se acabaron las dudas constantes y DESDE LUEGO los machos no te marean, NO HOMBRE NOOOOOOOOO. A los 42 eres la Estatua de la Libertad, la Torre Eiffel, el Big Ben, la Giralda…Les miras a todos desde ahí arriba con la sabiduría fluyendo por tus venas y con la convicción de que AHORA SÍ QUE SÍ.

Si soy sincera y realista, o cambia mucho la cosa en 3 días o me veo como a los 19, mucho más Teenager que Menopáusica. El consuelo es que en nada llegan LOS 50 y ya veréis, ya. A los 50 SÍ.
¿O no?