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Cosas que me pasan

7 especímenes que encontrarás en tu gimnasio

7 especímenes que encontrarás en tu gimnasio

Queridas todas, tras dos meses sin mover un puñetero músculo por culpa de la tos, de los mocos, de las anginas y de su tía Rita, la semana pasada volví a pisar el gimnasio. Gloria al cielo, ALELUYA. Qué ganas de ponerme en forma, de sentirme ágil y elástica.

Cómo estoy en un estado físico pésimo, pensé que lo mejor era estar un par de semanitas por mi cuenta en la sala de musculación. Fue entrar allí y redescubrir esa fauna deportiva que me sorprende y me fascina a partes iguales. Yo voy a un gym madrileño céntrico a más no poder, con lo cual la heterogeneidad es máxima. Os cuento, a continuación, los especímenes que me encuentro cada mañana.

1.El deportista telefonista: por cada minuto que pasa levantando una mancuerna, está diez hablando por teléfono o mandando whatssapps. Resultado: 5 minutos de ejercicio, 50 de rajada sin fin. Con lo cómodo que está uno conversando desde una cafetería…

2.El consejero: nadie le pregunta pero él, que hace mucho que va al gimnasio y eso le da unos superpoderes especiales y unas licencias estupendas, va aconsejando que si dobla el codo, que si ponte recto, que si así no. Lo curioso es que nadie le replica JAMÁS. También es verdad que nadie le hace ni puto caso JAMÁS.

3.El sonoro: su único objetivo en la vida es que TODOS los que estamos a su alrededor nos demos cuenta de la cantidad tan bestia de kilos que levanta ¿Cómo lo consigue? Gritando cual animal, cuando levanta los mil kilos y también cuando los suelta. Por el alivio, supongo. Por más que eleve el volumen de mis auriculares, sigo oyendo al Sonoro. Qué coñazo, chato.

4.La impecable: aquí tengo que hacer un inciso y contar algo que me dejó muy loqui. Entro yo en el vestuario y veo que una chica de pelo cortito tiene una cestita con unos cuatro cepillos y allá que está ella dándole a los diferentes grosores. “Joder, qué currada”, pensé yo, que no llevo ni peine de plástico. Me paso los deditos y punto para salir a la calle. Pues, ay amigas, que ella no se iba a las calles, que era para entrar en el gimnasio. Sí, así como lo leéis. Pues esta es un ejemplo de Impecable. Ni que decir tiene que sus mallas (¿o son leggins?) son último modelo a conjunto con la camiseta, los calcetines, las zapas y todos sus complementos gimnásticos. Mientras las otras parecemos Bitelchús, ella no se despeina, ni se enrojece, ni se NADA. Toda mi admiración para este espécimen.

5.El macarra: lleva un peinado muy a lo Ronaldo, camiseta recortadísima que deja ver sus pezones. Me llama la atención especialmente eso de ver los pezones de las gentes, la verdad. Está muy moreno todo el rato. Tiene la voz ronca y deja que la oigamos porque SIEMPRE tiene colegas por allí con los que hablar de “su chati”, “su carro” y decir “Ej queeeee” compulsivamente.

6. El gay descontrolado: mi gimnasio está muy cerca de Chueca y, claro, en la heterogeneidad se incluye el mundo gay que no me puede gustar más. Tenemos a las parejas que entrenan juntas y se tocan todo el rato, tenemos mucha pluma, mucha carcajada y tenemos al Descontrolao. El pobre se vuelve loco porque le gustan todos. Se pone bizco, saluda a todo quisqui aunque no le contesten. Pide consejo al Consejero, escucha gustoso al Sonoro y ni te cuento lo que le pasa con la siguiente tipología. Cualquier día le da un vahído con tanta emoción.

6.El objeto de deseo: es ese buenorro, pero buenorro de verdad, no un tío megahinchado. Él lleva ropajes normales, no esas camisetas horrorosas del Macarra. Más que verle los músculos, los intuyes bajo esa camiseta blanca de algodón. Va a lo suyo, lamentablemente, porque todos querríamos que fuera a LO NUESTRO. Hay quienes afirman que lo mejor de hacer deporte es el tema salud: MENTIRA. Lo mejor de hacer deporte es ver a los bigardos buenorros.

7. El tocón: normalmente es uno que hace ver que es entrenador personal y ha embolatado a una, que SIEMPRE está muy buenorra, para ponerla en forma. Ella, en muchas de las ocasiones es una Impecable. Y venga jiji, y venga juju, y saca más el culo y toma y dale.

 

Hay más tipologías gimnásticas, pero es que se me hace tarde y quiero ejercitar estos musculillos, eso sí, sin gritar y sin repeinarme, CLARO.

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