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Reflexiones de una majara

Aprendamos para ser más felices, chavalas.

Aprendamos para ser más felices, chavalas.

La cuarentena, para mí, para tantas, lejos de ser un momento de descanso, ha supuesto una fuente de estrés y agotamiento tremendo. He seguido trabajando, con los niños en casa, sin ayuda… Un cacao. El resultado es que, después de tres meses dedicándome a hacer, hacer y hacer, tengo la necesidad imperiosa de absorber, leer, ver, escuchar, mirar alrededor para llenarme. Busco artículos en internet sobre los temas más variados: escritura, felicidad, PNL, intuición, motivación. Necesito inspiararme para poder inspirar.

Y en una de estas encuentro una charla TED que habla justamente sobre el tema que me ocupa: nos pasamos la vida ejecutando y no reservamos tiempo para aprender. “¿Aprender a qué, alma de cántaro?” Pensaréis algunas. Y es que ese es uno de los grandes errores: asumir que, llegada cierta edad, no necesitamos adquirir más conocimientos. Eso sí, nos pasamos la vida derrapando porque no nos organizamos como es debido, descansamos poco y mal, la lista de “pendientes” se acumula semana tras semana, sentimos que la chispa de la vida se quedó allá por los ochenta, no nos decidimos a la hora de planear nuestras vacaciones y así un largo etc. hecho de desconocimiento.

Quizás crecimos en la creencia de que lo único que podemos aprender son datos centrados en el mundo exterior: ríos de España, tablas de multiplicar, capitales del mundo. Pero la organización, el logro de objetivos tales como descansar o estar en forma, descubrir lo que nos ilusiona o soñar con un destino paradisíaco son parte de nuestra sabiduría, o deberían serlo. Porque no podemos elegir aquello que no sabemos que existe. Y el mundo, ante la limitación, se vuelve pequeño y nosotras más pequeñas todavía.

La grandeza viene determinada por la amplitud de miras, por situar las fronteras de lo posible muy, muy lejos. Y eso es imposible cuando nos pasamos con la cabeza dentro de nuestra jaula particular, sin analizar nuestras actuacciones y sin tomar tiempo para mejorar. Porque de eso va la vida, de mejorar en el sentido más amplio posible. No competir con el resto, sino sentirnos cada día un pelín mejor en nuestra piel, en nuestra cabeza, en nuestra vida. Plantear, replantear, cuestionar para dar un paso en la dirección adecuada, que es la que elegiremos tras echarle un ojo a todas las que conocemos. De nuevo, la necesidad de saber más y mejor, sobre lo que somos y sobre el lugar que ocupamos.

Si nuestra profesión lo requiere, y lo requiere casi siempre, nos reciclamos laboralmente. Actualizamos conocimientos, software, sistemas. Ahí no dudamos: TENGO QUE aprender, pues aprendo. Pero cuando cómo nos cuesta cuando lo sustituimos por QUIERO. Somo tan diestras en el cumplimiento de nuestras obligaciones y tan poco en el de nuestros placeres…

Pues si es necesario, tomemos el aprendizaje vital como un deber, qué más da, pero hagámoslo. Observemos a aquellos que son mejores que nosotras: tienen más tiempo libre, se enfadan menos, están más sanos, ordenan sus pensamientos, son libres de la maldita culpa, se dedican a aquello que les apasiona y estudiemos cómo lo han conseguido. Son tan humanos como nosotras, en algo podremos imitarles.

Hamos un listado de todo aquello que nos frena, que nos cuesta y establezcamos un plan de acción para eliminarlo o, al menos, diluirlo. Renovémonos, que ya llevamos mucho tiempo siendo la misma persona. Echémosle sal y pimienta al día a día. Nada mejor para la autoestima que hacer algo nuevo o de una manera diferente. Seamos específicas y disfrutonas: esta semana descubriré cinco cantantes, la siguiente buscaré ciudades en las que no superen los veinticinco grados en agosto porque ahí pienso viajar, aprenderé a hacer esas croquetas que me apasionan, estudiaré de qué va eso de las creencias limitantes porque me da que arrastro unas cuantas. Buscaré a alguien que me enseñe a hablar mejor en público, leeré sobre mujeres que hicieron historia, le echaré un ojo a la biografía de Oprah porque Oprah es la hostia y algo me enseñará.

Aumentar nuestras capacidades incrementa nuestras posibilidades. La libertad es elegir de entre todo lo que tenemos a nuestro alcance. Tengamos mucho y tengamos bien.

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