Skip to main content
Lunes con sol

Cosas que he aprendido

Cosas que he aprendido

En un verano lleno de idas y venidas, he aprendido que hay mochilas que te acompañan por mucho que quieras dejarlas en el armario, que no me gusta estar fuera de casa más de tres semanas. Que hay personas que son hogar, familia y alimento. Me siento agradecida al universo por el mero hecho de que existan. Lo de que, encima, me quieran, es algo demasiado grandioso como para ser entendido.

Me he dado cuenta de que la distancia, desde luego, no es el olvido. Ni para bien, ni para mal. Que un mensaje a tiempo es una victoria y una medicina. He echado de menos la rutina, la persona que soy en mi día a día. Sé que me gusta mi vida porque la extraño si estoy de vacaciones. Sí, así de loco y de maravilloso. Quiero que llegue septiembre, la vuelta al cole, más talleres de escritura, muchos proyectos nuevos.

Cinco horas de vuelo, o quince, no son nada si te acercan a la paz, al abrigo y al cariño. No hay que tenerle miedo al miedo, ni a la tristeza, ni a la felicidad asalvajada. Todas llegan y se van. Con suerte, la última es la que más te visita. Con todas te demuestras que estás viva, y eso es maravilloso.

He aprendido a aprenderme cuando pensaba que ya lo sabía todo sobre mí, qué gilipollas. Ahora sé que tengo mucho que investigar por aquí dentro, que no tengo todas las respuestas, ni falta que hace. He comprobado la importancia de agarrarme a mi eje, al centro de esto que soy, de hablarme con cariño inmenso, porque soy fabulosa. Lo somos. Y punto.

He descubierto lo importante que es en mi vida la libertad, la de pensamiento, acción y espíritu. No a nada que nos constriña, que nos corte las alas, que no potencie lo gloriosas que somos. Con la gratitud pasa lo mismo. Cada día debería empezar con un gracias por todo lo que tenemos, por el lugar en el que vivimos, por la gente que nos rodea, porque estamos donde queremos estar (sobre todo de coco), porque este es nuestro lugar en el mundo.

He confirmado que nada es casualidad porque no puede serlo el encontrarte con una lectora española en plena Ciudad de México, que esta trabaje en la Embajada y que se empeñe en que servidora imparta un taller en aquellos lares. Todo muy mágico. Ya os iré contando.

Sé que las emociones llegan desde el pensamiento, así que más nos vale pensar bonito, pensarnos bien, querernos mucho y ocupar el coco con todo lo bueno de la vida, que es inmenso.

     

Comments (8)

Los comentarios están cerrados.

Shopping cart0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
0