Reflexiones de una majara
Diez maneras de animarte (a la mierda con el bajón cuarenteno)

Si fuera psicóloga, seguramente este artículo se llamaría de otra manera. Pero soy coach, amiguis y lo nuestro va de generar un plan de acción que nos lleve desde donde estamos hasta donde queremos estar. Vivo en Guadalajara y me quiero mudar a Madrid, a ver cómo lo consigo; me he dado cuenta de que he de ganar más pasta para vivir como quiero vivir, planifiquemos cómo conseguirlo; me he propuesto ponerme en forma, vamos a por ello; hoy estoy de bajón y no me mola nada esta sensación, por mis ovarios que remonto. Y así la vida.
En este último caso, os digo que todas deberíamos tener un botiquín emocional a mano: un amigo, una canción, una peli, una actividad que me saquen del bucle mental de que vaya mierda más grande, que siempre estoy igual, que no le veo el sentido a nada, que no sé hacia donde tirar, que vaya plasta estoy hecha, que me aburro yo a mí misma, y vuelta a empezar.
De alguna manera le tienes que separar la boca de la cola a este pez del desasosiego, chavala. Empieza por donde menos te cueste y pide ayuda si es necesario. Habrá a quien una manipedi completa le salve el día; otras os lanzaréis, como yo, sobre el boli o el teclado para vomitar los revoltijos interiores.
Y a todas un chute de sustancias de las buenas, nos dejan finas filipinas. Aunque nos resulte difícil de interiorizar, hay cuatro hormonas que nos apañan un día malo: la endorfina, la serotonina, la dopamina y la oxitocina. Podría pasar tres años escribiendo sobre estas sustancias que generamos los humanos, pero seré breve y práctica, que no hay tiempo que perder. Aquí os propongo maneras de generar estas drogas naturales que mejoran nuestro sistema inmunológico, modulan el apetito y nos ponen contentas a más no poder:
1. Menéate: bailar, correr, caminar, lo que te de la gana. Una horita al día. ¿Por qué os creéis que propuse en Instagram el reto de los siete kilómetros diarios? Pues eso, a mover el pandero.
2. Tomar el solete, pero ojo, no en las horas de más calor y siempre con protección, que si nos arrugamos y nos manchamos conseguimos el efecto contrario: la mala hostia.
3. Cumplir objetivos: ojo, que no hace falta pisar la cima del Everest. Haz una lista de pequeños, o grandes objetivos. Leer los veinte minutos que te has propuesto, dejar la casa como una patena o acabar ese informe, practicar diez minutos de yoga. Qué gustazo da poner la crucecita al lado de la tarea.
4. Dedícale un rato (o muchos) a algo que te entusiasme y te interese: haz fotos, colabora con una ONG, aprende italiano, cambia los muebles de sitio.
5. Come saludable, y tú sabes lo que es eso: fruta, verdura, proteina, grasa en su justa medida, cantidades razonables. Fuera azúcar.
6. Escucha música: es salud, es belleza, es alegría y es dopamina.
7. Habla con tus amigos, abrázales en cuanto puedas y luego no pares.
8. Fornica, pero ojo, aquí hay que mirar con quién, que te puede salir el tiro por la culata, generar oxitocina a chorros durante una hora y luego llorar durante un mes. No a los Mareadores, no a nada que no te haga sentir como una reina, que es lo que eres.
9. Medita: hay mil aplicaciones para ello. Yo estoy siguiendo los veintiún días de meditación con Deepak Chopra. Por cierto, te recomiendo su libro “Las siete leyes espirituales del éxito”, todo ciencia y sentido común. El éxito es ser feliz, ni más ni menos.
10. Haz un Marie Kondo exhaustivo vital: o sea, limpia tus armarios, tu tiempo y tus relaciones. Quédate con lo que te haga sentir divinamente y manda a la mierda lo que no te aporte, sea un jersey que no te pones, un trabajo que te hastía o una persona que te absorbe la energía, sea un vecino, tu compi de oficina o tu madre. Así de crudo y así de necesario. Verás que bien te quedas.
Y podríamos seguir, pero con esto tenemos suficiente. Hormonémonos, chavalas, pero desde dentro.
Comentario
Los comentarios están cerrados.
Soy muy fan. Amén, sister!