Skip to main content
Reflexiones de una majara

Cómo autoquererse: guía práctica

Cómo autoquererse: guía práctica

Vaya por delante que aquí la menda no es psicóloga ni coach, pero ante vuestras peticiones, voy a contar lo que he aprendido a mis cuarenta y cinco castañas sobre el autoamor. Lo primero: esto no es pan comido, como casi nada en la vida. Requiere de voluntad, de esfuerzo y de constancia. Es lo que hay, amiguis. Lo segundo: esto depende de ti y de nadie más.

Sabes que te quieres poco porque te sientes inferior al resto. A todo el resto. Ellos son mejores que tú, por eso vives en la desmotivación absoluta. Qué pereza todo. Total para qué. A mí que no me llamen.

No acabas lo que empiezas. Le tienes un miedo impresionante al fracaso. Eres fea y tonta. Fea y tonta de cojones. No dices lo que opinas por miedo a lo que los demás piensen de ti. Crees que no has hecho nada útil en tu puta vida. Ni lo harás. No tomas una decisión así te maten. Resumiendo: tienes una autoestima de mierda. Y ESO NO PUEDE SER.

No es por meterte prisa, pero mientras esperas a que llegue ese verano ideal lleno de palmeras en el que tus problemas se disolverán por arte de magia, la vida pasa. Y, sorpresa, cada día es un día perdido. Si piensas que un día llegarás a un lugar llamado Felicidad, lo llevas clarinete, porque eso es no existe, chata. La cosa está en el camino, ya lo dijo el poeta y luego Serrat.

Aclaremos que pocas tienen la cara de Charlize Theron y el cuerpo de la Bündchen, pero es que resulta que lo de quererse no tiene nada que ver ni con el jeto, ni con el culo, ni con la pasta. Gracias a Dios, por otra parte. Esto va de aceptar lo que no puedes cambiar y mejorar en la medida de lo posible. Los muy espirituales dirían aquí que lo que importa es el interior. Vamos a ver, que sí, pero que unos buenos morros rojos y la eliminación de las puñeteras raíces igual ayudan a que te veas más guapa, te sientas mejor y te quieras más. Así que, venga, a la perfumería. Lo más rojo que haya.

Las comparaciones con el resto de la humanidad sirven de poco, mejor tomas como referencia tu Yo de hoy e intentas que la de mañana sea mejor. ¿Y qué es una Yo mejor? Pues esa que toma una decisión, que se atreve a hablar, a exponer su opinión. Cada día una cosa, siete en una semana, treinta en un mes. Créeme que, cuando una comprueba que abre el pico e, increiblemente, el mundo no se para y nadie muere, la cosa anima. No busques la aprobación de los demás. Tú valía no depende de ellos. Lo bueno no es conseguirlo, sino intentarlo. La gente es libre de opinar, pero eso no significa que deba afectarte. Sus juicios tienen que ver con ellos, con sus mochilas, con sus traumas, no contigo.

Que te importe lo que piensan los que te importan. 

Aquí no hemos venido a ser perfectos (signifique lo que signifique eso), sino felices. Ten claro que tienes derecho, que eres capaz, que hay una habilidad que es solo tuya. Compra experiencias que nadie te pueda robar, porque los bolsos pasan de moda, pero los recuerdos no. Disfruta de lo tuyo (de tus canciones, de tus películas, de tus amigos, de tus jabones que huelen bien) sin pensar en lo que tienen los demás. Autoquererte tiene que ver con cómo te sientes contigo, la palabra ELLOS no entra en su definición. En alguna parte del mundo hay alguien con la autoestima inflada dispuesto a hacerte añicos para sentirse aún más superior: no le dejes. A la mierda. A LA MIERDA DIRECTO.

Tú no eres tus miedos: ciérrales la puerta y quédate fuera, que hay mucho mundo esperando a ser conquistado. Pregúntate los PORQUÉS de eso que te paraliza. Busca el nudo y lo encontrarás. Ten claro que la palabra Fracaso la inventó alguien con pocos cojones y muchas excusas. La culpa es inútil. Perdónate todo el rato. Camina mucho, piensa, come algo rico y  que te siente bien.

Tu vida es solo tuya. Celébrala.

Comments (22)

Los comentarios están cerrados.