Lunes con sol
La intuición: qué es y por qué debemos hacerle caso.

Resumiendo mucho, la intuición es ese conocimiento o percepción en el que no interviene la razón.
Nuestro cerebro conserva, afortunadamente, vestigios de aquel que ayudaba a nuestros antepasados a salir pitando cuando el peligro acechaba, sin pararse a pensar si era mamut, león o tormenta. Hay estímulos que absorbemos sin que pasen por el filtro de lo consciente: no es magia, es ciencia.
A título informativo, os comento que uno de mis cientos de propósitos de año nuevo en el 2016 fue hacerle más caso a mi intuición, porque me ha demostrado que no falla. Lo hice y, queridas, no me puedo quejar.
Una conocida empresa de consultoría reveló que más de la mitad de las decisiones que toman los grandes líderes se basan en la intuición. Llamativo, sobre todo teniendo en cuenta que nos encontramos en la era del big data, del análisis, de los algoritmos que todo lo solucionan. Y es que solo sé que no sé nada, pero la verdad es que sabemos mucho más de lo que creemos saber. A lo largo de nuestra vida hemos acumulado experiencias y vivencias que se han quedado en algún cajón oculto, pero ahí están, indicándonos el camino correcto cuando lo necesitamos. Otra cosa es que hagamos caso a nuestra sabiduría inconsciente.
La desconfianza en nosotros mismos, mucho más si hablamos de mujeres, hace que ignoremos ese conocimiento. Nos decimos que esas señales del cuerpo no significan nada y tiramos hacia el lado contrario. Y la liamos, claro. Craso error, amiguis, porque la intuición es un arma poderosa y que, al menos de momento, no puede sustituirse por una máquina, ni por consejos ajenos.

Pero, ¿cómo saber si la vocecita interior es intuición o majaronería? Pues para empezar, si me estás leyendo, llevas unos cuantos años viva y has podido comprobar cuándo acertabas y cuándo no. Analiza ambos tipos de situaciones, ¿qué tenían en común? Probablemente acertaste cuando tomaste decisiones que estaban alineadas con tus valores, eso por un lado. Fácil de comprobar. Y habrá otras muchas en las que algo en tu estómago que dijo que por ahí sí, o por ahí no.

Lo segundo, escucha a tu cuerpo, porque te da pistas según tu sensación sea buena o mala. Eso sí, para escucharla como Dios manda, cálmate, porque en pleno desquicie, difícilmente podemos hacerle caso ni a la intuición ni a nada bueno. Acostúmbrate a vivir conectada, a detectar qué pasa y dónde cuando te invade una emoción. Observa esas punzadas en el costado cuando te pones nerviosa, la carne de gallina ante una canción, la mandíbula tensa si te enfadas, el dolor de tarro que aparece tras un día agotador.

Lo tercero: la intuición se entrena, como casi todo en la vida. Un ejercicio útil es emplear cada día un rato tranquilo en plantearnos preguntas sencillas que se puedan responder con SÍ o NO.
¿Soy castaña? Sí.
¿Nací en Albacete? No.
¿Tengo veinticinco años? No (lástima).
¿Me gusta ir al karaoke? Sí (maldito coronavirus)
Y así una y otra vez, haciéndole caso a las reacciones de nuestro cuerpo ante cada respuesta. Si las apuntamos, mejor.
Cuando lleves un tiempo aprendiendo a observar la relación entre mente y cuerpo y contestando estas preguntas sencillas, empieza a tomar decisiones rápidas ante cuestiones no demasiado importantes de la vida. Haz lo que te salga, apunta lo que pasa. Y de ahí, al resto de tus experiencias.
Somos mucho más de lo que vemos y nadie mejor que nosotras sabe cómo navegar por las aguas de nuestras vidas. Confiemos, entrenemos y actuemos, ¿qué es lo peor que puede pasar?

Me deja flipada este artículo, hace dos días que he comenzado a leer, Pensar rápido pensar despacio….esto es una señal…gracias por todas tus pistas y herramientas. Espero que lleguen a mucho@s! Besos
Muy práctico, yo hago algo parecido cuando camino por una ciudad que no conozco, nunca me he perdido. Un beso Sol, te sigo todos los días.
El ser humano no solo es cerebro , tiene alma y corazón , es decir tiene intuición o corazonada. Yo me guío mucho por ello y funciona con sus errores lógicamente.
Cuanto más observadora eres, más información procesas y más intuición desarrollas.
Me encanta leerte, la manera que tienes de comunicar con esas dosis de humor, bendito humor que no nos falte 😉