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Reflexiones de una majara

10 year challenge: ¿estamos mejor, peor o igual?

10 year challenge: ¿estamos mejor, peor o igual?
lasclavesdesol

No es ningún secreto, no llevo bien el paso del tiempo. O, mejor dicho, no llevo bien el paso del tiempo en mi jeto, en mi cuerpo. El óvalo facial se está yendo a tomar por el jander, mis rodillas parecen sendos ensaimadas reblandecidas, las canas me invaden POR TODAS PARTES, me despierto el sábado a las seis de la mañana y, para las ocho, me arrastro sin remedio. Suena dramático. Y lo es.

Y, en medio de toda esta tragedia, una empieza a visualizar el hashtag #10YearChallenge por doquier, con dos fotos, una se supone de hace diez años y otra se supone de ahora. La verdad es que, a veces, es complicado saber cual es cual.

Joder, cómo nos mantenemos.

Qué bien estamos.

Somos como el vino.

Por nosotras no pasa el tiempo.

Y UNA MIERDA.

Incluso yo me autoengañaba, hasta que un día, mirando mis catastróficas fotos de la orla universitaria, le dije a mi madre “Joder, mamá, pues yo me veo mejor que a los veinte” y ella contestó, rotunda “NUNCA estaremos mejor que a los veinte”, con esa sabiduría aplastante que te da el haber parido y ser de la fría Soria.

Y es que es verdad.

Tened en cuenta que las fotos de hace diez años estaban hechas con unos móviles mierderos, ahora tenemos, incluso, el modo retrato que consigue que, en el peor de tus días, aparezcas ideala. Lo de los filtros ya pa qué, pa qué. La prueba del algodón, digo yo, consistiría en comparar una foto hecha en 2009 nada más levantarnos con otra hecha en 2019 nada más levantarnos. Por supuesto, debería haberla tomado la misma cámara, con la misma luz.

No quiero yo joderos lo que queda de lunes, pero os aseguro que, salvo contadas excepciones, nuestro careto del 2009 le gana por goleada al de esta semana. Como es lógico y normal.

Y es que, amiguis, hay acontecimientos que son inevitables, aceptémoslos (y os lo digo y me lo digo). La buena noticia es que hay otros que sí lo son, los que dependen de nosotras. Quizás, al ver nuestra carita de 2009, recordamos que hubo un tiempo en el que vivíamos atormentadas. Porque aquel no me hacía caso. Porque aquel me mareaba. Porque no sabía si estudiar Derecho, ser azafata o pillarme un año sabático. O selvático. Porque me presionaba tanto lo que los demás opinaran de mí que no escuchaba mis propios pensamientos.

Lo que vemos en nuestras caras actuales, debajo de los filtros y los modos retrato, eso que nos gusta, es todo lo superado o, al menos, el saber que queremos llegar a un lugar que es solo nuestro, como nuestro será el camino para llegar hasta él. Ya tenemos claro que somos una naranja entera, que el que te quiere no te hará llorar, que es posible vivir de nuestra pasión, que las únicas responsables de cuidar a esas que vemos en las fotos somos nosotras. Que no hay mal que cien años dure, ni amiguis que no lo solucionen. Que esto no es un ensayo, que no somos un ensayo, así que más nos vale darle una patada al puto conformismo y ponernos a bailar hoy, no mañana, ni pasado. Que el tiempo no pone nada en su sitio si tú no le das un empujón. Que hemos venido aquí a ser felices, libres y valientes. Y que todo eso, en el fondo, es lo mismo. Que sin ÉL lo eres todo. Y más.

Celebrémonos, queridas, hoy y en el 2029.

 

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