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Etiqueta: madre

The Happy End: historia de un masaje.

lasclavesdesol

Para escribir esto me he tenido que ir a un Starbucks al más puro estilo Carrie. La ocasión lo merece. Podría deciros que “le pasó a una amiga mía” pero no iba a colar, así que seré sincera.

Me encantan los masajes, no me canso de ser masajeada y mi día ideal SIEMPRE empezaría con un buen masaje. Me he dado masajes en varios países, en Tailandia ya ni os cuento. Con esto lo que quiero decir es que me han dado muchos masajes de muchos tipos, muchas personas.

En Madrid me aficioné a un sitio thai maravilloso y carísimo de esos que abren siete días a la semana, 14 horas al día. Pero hostia, me dejaba el sueldo, así que decidí probar masajes thai más plebeyos y un amigo me recomendó un local que me pareció cutre pero oye, a mitad de precio que las superthai.

Allá voy yo y qué alegría más grande cuando veo que por dentro es monísimo y muy zen.

Y aparece el masajista en cuestión: pelos rasta hasta la cintura y cejas depiladas rollo Spock.

SPOCK

Se me ha escapado una tribu urbana nueva, está claro. Me quedo un tanto patidifusa y pienso que o se recoge el pelamen o se le llenará de aceites esenciales.

Me lleva muy amablemente a la colchoneta colocada en el suelo que hará las veces camilla. No camilla, rastas hasta el jander… Empiezo a pensar en las posturas y en como lo vamos a hacer para que no me restriegue los mechones por el body (a estas alturas ya veía yo que el joven no se iba a hacer ningún tipo de recogido capilar).

rasta

Me pongo las bragas de papel rollo Dodotis (esto va mejorando) y allá que le espero yo boca arriba tapada con unas telas étnicas a juego con las rastas.

Y empezamos.

Rasta Spock tenía las manos totalmente congeladas, JODER. Me cabreo. Poco a poco se le van calentando.

Aquello no era tan thai como mis amadas thai carísimas pero bueno, su aceitito caliente, presión adecuada…

Y me pongo boca abajo.

Qué bien, ha llegado el momento. Tengo contracturas hasta en la rabadilla y el momento masaje espalda es siempre celestial. Además, Rasta Spock me había preguntado dónde las tenía. “Aquí”, había dicho yo, señalando mi lomo. No había pérdida. “Entre los omoplatos, sobretodo” había concretado, por si no percibía las contracturas tamaño mandarina. No podía fallar.

Mujeres del mundo que teneis una talla de sujetador superior a la 85 … Sabéis que cuando te pones boca abajo, el pechamen sale por los lados ¿no? Bien, yo no estoy precisamente plana, con lo cual por los lados sale BASTANTE. Pero el tema es que en los flancos no tengo contracturas, con lo cual las glándulas mamarias no habían molestado jamás para nada, HASTA QUE LLEGÓ RASTA SPOCK.

masaje
Prueba gráfica de tetamen asomando.

No me preguntéis en que Escuela Thai estudió, o donde se pensaba que estaban mis omoplatos.

Me masajeó los flancos, o sea la media teta que se me salía por ambos lados, aproximadamente 76 veces.

QUÉ MOMENTO, SEÑORES… ¿Qué hago?, ¿le digo algo?,  ¿se trata de un movimiento nuevo desconocido por las thai pero muy en voga entre los masajistas thai semijamaicanos?, ¿o me está metiendo mano descaradamente? Si ese es el caso ¿lo disfruto? Joder, desagradable no es, aunque el rollo Rasta Spock no es lo mío…

Decido relajarme y disfrutarlo, DE MOMENTO.

Ni que decir tiene que, llegado el momento, las contracturas que tengo en el culo las encontró y las trató, PERO A BASE DE BIEN.

Braga dodotis metida por el jander hasta el intestino y, hala, a amasar.

Acaba la manoseada trasera, volvemos a darme la vuelta. “Si por detrás me ha puesto fina, lo de por delante ya puede ser sideral”, pensé yo.

El chaval, muy profesional, me planta una toallita tapándome las tetas (las que ya me había manoseado hasta la saciedad) y ME BAJA LA BRAGA DODOTIS HASTA EL MÁS ALLÁ.

O sea, no me ves las tetas pero me estás viendo el jilguero. BIEN.

dafuch

Toca el masaje barriguil.

No sé donde pensáis que acaba la barriga por la parte inferior, pero yo os lo voy a aclarar: justo donde empieza la rajita. O sea, la parte superior del chirri pertenece al abdomen, al menos en la zona de Tailandia donde Rasta Spock estudió.

Os recuerdo que para más inri, yo estaba con los ojos cerrados, así que tampoco tenía muy claro por donde pasaba la mano, era todo un rollo sensorial. Pero vaya, que sensorialmente tengo muy claro donde tengo la barriga y donde el parrús.

el poder del pene

Ahí ya me empiezo a plantear seriamente que la cosa se puede desmadrar (aún más) y me vuelven a asaltar las dudas: ¿Y si baja más la mano?, ¿me dejo o le fostio? Por un lado la cosa era cachondona, pero cuando lo físico me ponía tontorrona, lo cerebral me recordaba el look Rasta Spock y la líbido se iba a tomar por c**o.

“Y yo que había venido a relajarme y me estoy contracturando aún más…”

Acabamos con la zona pélvica y vamos a la craneal.

Y ahí es cuando la problemática que yo había planteado al principio, se manifiesta. Rasta Spock sentado en la parte superior de la colchoneta, masajeándome pescuezo (por fin me toca alguna contractura alejada de mis zonas erógenas) y una de sus rastas dando paseíllos por mi jeto.

CANGONTÓ LO QUE SE MENEA.

¿Qué coño es una Madre Moderna?

Vamos terminando y el joven me envuelve cual rollito de primavera en las telas étnicas.

Él que me pregunta qué tal y yo medio adormilada, medio al borde del colapso le balbuceo que “Bien”, añadiendo mentalmente “¿y tú, cari, te has quedado a gustito?”

Y el colega que se abalanza para darme dos besos y yo, que por el desarrollo de los acontecimientos pienso que me puede meter la lengua hasta el duodeno.

No lo hace.

“Chato, si me besas, que tampoco es necesario (las thai no me besan JAMÁS), lo haces cuando esté vestidita y pagando y NO EN BOLAS HECHA UN CANELÓN.”

¿Qué coño es una Madre Moderna?

Ya vestida y por las calles no salía del shock. Y en estos casos lo mejor es llamar a una amiga. A poder ser a alguna que se vaya a descojonar.

-Mabel, querida, salgo de un masaje thai dado por un Rasta Spock y juraría que me ha pegado la metida de mano del siglo.

La otra se descojona, más por imaginar las rastas y las cejas together que porque me metan mano y encima pagando.

Le planteo varias preguntas :

– Tía y si la cosa hubiera ido más lejos, ¿qué hago? ¿me dejo?.

-Pues si te ape…

Siguiente cuestión:

– ¿Y le dejo propina?

no

– Pero qué dices tía, para nada. Que lo hace porque quiere. Si acaso te tiene que hacer descuento.

Joder, cuanta sabiduría encerrada en un cuerpo tan pequeño.

Pasados los días, cada vez tengo más claro que Rasta Spock se puso fino filipino y me asaltan más dudas… ¿vuelvo? La verdad es que me cobraron la mitad que las thai y tampoco estuvo mal. ¿Si vuelvo pensará que me ha gustado y quiero aún más?

En un momento dado y si lo negocio bien, podría sacar descuento a cambio de disimular y hacer ver que tengo contracturas en sitios donde no hay ni músculos. Al final, lo que más me molestó fue el paseo de su rasta por mi cara…

De repente recuerdo un capítulo de Sexo en Nueva York en el que Samantha se ofende porque un masajista buenorro no le provee del final feliz que le había dado a otras clientes. Con lo que me mola a mí la serie, Samantha y los finales felices.

Superintrépida, cojo el teléfono para pedir hora con Rasta Spock. Y le visualizo, tan Rasta y tan Spock. Y visualizo también al masajista buenorro de Samantha. Joder, nada que ver. Seamos realistas, yo nunca fui de sucedáneos.

Así que decido no llamar y volver a mis queridas thai. Sí, me cobran el doble, PERO ME ESTRESAN LA MITAD.

Los Lunes de Sol

los lunes de sol

“Por qué me resulta extraño decirle a la noche adiós” reza la canción. Pues a mí no sé si me resulta extraño pero últimamente me cuesta la vida retirarme a una hora decente. Vamos, que me cuesta tanto que no lo hago. La última noche que me secuestró fue la del pasado lunes.

A lo loco.

  los lunes de sol

Parece que los lunes tienen algo alevósico y juerguista últimamente. Solo tenemos que recordar el anterior LUNES DE LENTEJAS. En esta ocasión el evento no iba de legumbres, sino de premios, de cine, de aplausos.

Y acaba la gala, y empieza el despiporre.

AGAIN.

Me parece apasionante que el día de la semana más odiado, el asqueroso Monday, se haya convertido en el inaudito momento del desorden semanal.

A diferencia de la canción, no veo esta racha de diversión nocturna post-cuarenta como algo tóxico, sino todo lo contrario. Es una decisión consciente y voluntaria tomada tras mi periodo de ostracismo antinoctámbulo.

Ya fui, volví, subí y bajé. He salido como una loca y me he encerrado en mi cueva, convulsionando ante cualquier plan postmedianoche. He dado volteretas de aburrimiento, he muerto de la risa y he resucitado con las responsabilidades apretándome el pescuezo. He sufrido por amor, por desamor, por los exámenes, por las broncas de mi madre, por la incertidumbre del futuro y por las mochilas del pasado. He sido la oveja negra, la empollona, la graciosa, la responsable, la marchosa, la guarra, la amiga que se va y la que nunca se irá, la novia sumisa, la amante lasciva, la hija perfecta y la madre majara.

Ya he sido muchas cosas, quizás demasiadas.

Y ahora soy yo, en minúscula, sin grandes aspavientos ni reivindicaciones. Se acabó el concurso. Mi yo, que no mi vida, es calma chicha. Ya no quiero ser la más alta, la más guapa, la más lista, la más buena.

Ahora solo soy la más yo.

los lunes de sol

La nocturnidad en la inmadurez (que se puede dar a cualquier edad, no nos engañemos) genera severas tensiones: qué me pongo, dónde vamos, quién va, irá el que quiero que vaya… Ahora, en lugar de todo eso está LA NADA. LA MARAVILLOSA NADA: el convencimiento de que si has decidido compartir tu tiempo con otros seres es porque así lo quieres y no porque toca. La tranquilidad de que si la ocasión se atasca y no aporta diversión, te vas a casa antes de que amanezca sin trauma alguno. El no esperar nada, en este caso, lo es TODO.

los lunes de sol

El solo ocuparse de pasarlo bien puede sonar superficial, egoÍsta e incluso gilipollas. Yo prefiero pensar que por fin ha llegado la tan ansiada LIBERTAD. Con mayúsculas. LIBERTAD para decidir, para dilucidar, para distinguir e incluso para intuir y ya no dejarte llevar, sino llevarte. Se acabó el  “Ay quién maneja mi barca”. Mi barca es mía, así que la llevo yo, que  lo mío me ha costado ser capitana.

Y la barca pesa un huevo. A veces se le fastidia el motor o se me resiste el timón. Nadie dijo que fuera fácil. Aún así, yo decido a dónde, por dónde y con quién voy. Que si otro decide mi rumbo, llegaré a su destino y no al mío. Me da PÁNICO imaginar que al echar la vista atrás veo cómo mi vida controló a mí y no a la inversa.  Que al pasar la barca le dije al barquero, yo no soy bonita ni lo quiero ser. Quiero ser barquera.

He dicho.

¿Y tú? ¿Te has hecho ya con tu brújula?

¿Qué coño es una Madre Moderna?

¿Qué coño es una Madre Moderna?Ya me ha pasado varias veces: gente que, al cabo de varias horas de conversación, descubre que tengo dos hijos. ¡Qué madre tan moderna! exclaman. Ahá. O sea, hasta este momento no lo era especialmente, pero ahora que sabes que soy madre SOY MODERNA DE LA HOSTIA. ¿Qué coño es una Madre Moderna? Mí no comprender. Pa variar, yo me voy a la RAE. Defino y acoto.

moderno, na.

(Del lat. modernus, de hace poco, reciente).

1. adj. Perteneciente o relativo al tiempo de quien habla o a una época reciente. Efectivamente yo hablo en estos, nuestros tiempos, no he viajado desde el pasado.

2. adj. Que en cualquier tiempo se ha considerado contrapuesto a lo clásico. Pues supongo que tan contrapuesta o puesta soy, tenga hijos o no. Tampoco tengo claro lo que es “clásico”. Cada vez me lío más. MIERDA.

3. adj. p. us. Dicho de una persona: Que lleva poco tiempo ejerciendo un empleo. Bueno, llevo cuatro años en el empleo de madre… No sé si es mucho o poco.

4. m. En los colegios y otras comunidades, hombre que es nuevo, o no de los más antiguos. No soy hombre, no nuevo, no colegio, no comunidad…

5. m. pl. Las personas que viven en la actualidad o han vivido hace poco tiempo. Hombre, yo viva estoy en la actualidad. Eso sí.

a la ~o a lo ~.

1. locs. advs. Según costumbre o uso moderno

Ya estoy confundida DEL TODO.

¿Qué coño es una Madre Moderna?

Vamos a lo más fácil: LAS PINTAS. No sigo especialmente la moda (tejanos, camiseta, botines. Todo de lo más neutro), llevo media melena castaña (no azul, no rosa), tatuajes un par de lo más discretos. O sea, que me ves por la calle y no gritas “¡Mira, la moderna!”.

Tras la RAE, siempre acudo a los coleguis…

-“¿Y qué creéis vosotros qué es una Madre Moderna?”.

-Pues no sé… que sales por las noches y eso ¿no? (asombrosa capacidad de análisis y de expresión)

-Ah, pues yo no salgo.

¿Qué coño es una Madre Moderna?

Así que por eso no es tampoco.

Decido acudir a la observación de otras madres, la comparación siempre me ha parecido muy aclaratoria: en el cole, en los parques, en las tiendas…

Así a primera vista pues bueno, hay de todo, pero cuando profundizo y las escucho es cuando me empieza a entrar ese tic tan molesto en el párpado, sabéis cual ¿verdad? Ese que te palpita sin que puedas controlarlo.

-Yo tuve unas contracciones horribles y, bueno, la que se lió con la placenta.

-Pues a mí cuando me hicieron la episiotomia la liaron parda, un mes con antibiótico. 

-No sabes lo que fue la lactancia, los pezones destrozados.

-Bueno, a mí me lo vas a contar… SANGRE me salía.

¿Qué coño es una Madre Moderna?

Y busco a los bebés que causaron tales desastres en sus madres que siguen hablando meses después de los partos y encuentro…NIÑOS DE 8 AÑOS. No doy crédito.

No me quiero quedar solo con esas dos loquis de muestra y busco más madres a las que investigar. Me siento en un banco al lado de dos ejemplares de aspecto standard.

-Yo ya no sé qué hacer para que el mío coma.

-Tienes que seguir el blog miniñocomebien.com

-Lo ví, no me convence. ¿Tú sigues a crianzaconamor.es?

-Yo es que soy más de pequeñosamoresdeazúcar.org

A esas alturas yo ya flipoencolores.net, claro.

¿Qué coño es una Madre Moderna?

AHORA CAIGO: no he hablado de mis contracciones ni placentas en mi vida (claro que al ser madre adoptiva la cosa se complica), leo otro tipo de blogs digamos menos maternales y más…eróticofestivoslúdicos. Hablo de pelis, de tíos, de bragas, de restaurantes, de muuuuuuchas gilipolleces e incluso de mis hijos cuando procede pero, sinceramente, si aparte de estar todo el puto día coordinando colegio, comida, ropa, actividades… me dedicara al monotema maternofilial, la habría palmado hace tiempo.

 desmayo

Siempre me han llamado la atención aquellas que se definen a sí mismas como “primero madre”, como lo haría quién se llamara “primero abogado”, “primero sevillana” o “primero ambidiestra”. Llamadme desordenada pero es que yo no creo que seamos  primero nada, ni segundo nada. Supongo que así de entrada lo que más llama la atención es que somos SERES HUMANOS. Y luego ya pues tenemos hijos, un curro, algunos amigos, varias aficiones, demasiadas obsesiones… y todo eso nos caracteriza pero NADA lo hace del todo.

A los que me vais a poner verde por mala madre (no sería la primera vez) os comento ya que no hay comprobación científica de que uno sea mejor ni peor padre por estar rajando sin cesar de sus retoños, (que los pobres deben tener los tímpanos reventados a silbidos).

Para finalizar, aclaremos que las denominadas Madres Modernas (las que no contamos a la primera de cambio como es nuestra placenta, nuestros pezones…) no es que seamos especialmente modernas. De hecho, no somos especialmente nada. Somos personas que un día tuvieron hijos y, por lo demás, somos como TODOS los demás. Otra cosa es que las “Primero Madres” hayan invadido nuestras calles, plazas y parques y, como en cualquier manifestación, hagan más ruido los que más pesados son.

Y a ti, qué te mola más ¿ser “Madre Moderna” o ser “Primero Madre”?

Estoy hasta el toto de los deberes de mis hijos.

Estoy hasta el toto de los deberes de mis hijos.

Si eres madre se te han saltado las lágrimas de la emoción al leer el título del post. No estás sola. No eres rara. ESTÁS HASTA EL COÑO TOTO DE LOS DEBERES DE TUS HIJOS.

Acaba de empezar el curso y yo ya tengo los pelos de punta con el temita. La cosa empezó en la reunión del cole cuando nos dicen que:

Los niños tienen que leer EN VOZ ALTA cada día 30 minutos (ni uno más ni uno menos) y con los padres al lado comprobando que lo hacen bien.

Pregunta que tengo para el profe: ¿y no acabará el niño hasta las pelotas de leer por narices cada día de la vida? Porque yo leo compulsivamente, pero si me hubieran obligado, igual habría quemado todos los libros de mi casa y, llámame rara, pero ¿no es un coñazo supino que tu madre esté espiando por encima de tu hombro para ver si dices “de” donde pone “del”? ¿No sería mejor que lea el rato que le apetezca y si un día, o dos, o tres no quiere, pues estupendo? ¿No aconsejan que el niño me vea leer y así me imitará? Claro, que para eso me tienes que dejar tiempo a mí para que lea y a él para que me vea, querido profe.

Estoy hasta el toto de los deberes de mis hijos.

Nos enviarán un checklist (una lista de toda la vida de Dios) para que (agárrate que vienen curvas) COMPROBEMOS QUE SE LO SABEN TODO antes de los exámenes.

Más preguntas para el profe: ¿ese no es tu trabajo, querido mío? ¿Y no es responsabilidad de mi hijo el estar preparado para sus exámenes? Y si no se lo sabe ¿qué coño hago? Yo es que estudié Derecho, no magisterio ¿sabes? Y… ¿con las 8 horitas que pasa en el cole no hay tiempo suficiente para que lo comprobéis allí?

Estoy hasta el toto de los deberes de mis hijos.

Yo ahí ya me quedé tocada como podréis imaginar, pero la cosa no hizo más que mejorar… Al cabo de una semana recibo dos correos electrónicos (dos hijos, dos correos, dos tutores, dos tandas de lectura, dos tandas de deberes, dos de mecagontóloquesemenea) explicándome cual es el método con el que les enseñan mates a mis hijos. Y oye, hasta aquí todo bien aunque, sinceramente, poco tengo que decir, no soy profe, ni pedagoga, ni nada. Pero vale, que me informen si se quedan  más a gusto.

Lo jodido es cuando sigo leyendo y me indican cómo practicar matemáticas con mis hijos (he hecho un copiar/pegar y hago mis acotaciones).

“Puede dar a su hijo práctica directa en cálculo. Si lo hace, deberá tener en cuenta algunas sugerencias: (Mira, poder igual puedo si sustituyo ir al baño por una sonda. QUERER ya es otra cosa.)

  • –  Haga sesiones de práctica cortas (unos diez minutos o menos). Menos mal que me lo has dicho, si no me paso la tarde del domingo repasando las tablas de multiplicar.
  • –  Pare la sesión si su hijo empieza a cansarse o pierde interés. Quizá inténtelo de nuevo más tarde. Te lo digo YA: mi hijo está cansado antes de empezar, te recuerdo que lleva todo el fucking día estudiando. Y por favor, cuéntame qué “interés” puede tener un niño de 9 años (y una madre de 42) en practicar mates después de cole. No te voy a pedir que concretes los conceptos “Quizá inténtelo” y “más tarde” porque me puede dar un flus.
  • –  Alabe las respuestas correctas pero no critique las incorrectas o lentas. Simplemente corrija las respuestas cuando sea necesario. Ni soy un monje budista, ni la Madre Teresa, ni Candy Candy. Si mi hijo me contesta que 4 x 4 son 67, yo ME PONGO DEL HÍGADO. Punto.
  • –  Anote cualquier operación de cálculo mental en el que su hijo encuentre dificultad. Repítala de vez en cuando.” y BLABLABLA. Tú-es-tás-de-co-ña, ¿no?
Estoy hasta el toto de los deberes de mis hijos.

Vamos a por lo que vienen siendo los deberes propiamente dichos. Más preguntas: ¿cual es el objetivo de que, tras 8 horas en el cole, mis hijos hagan 10 operaciones más en casa? ¿Crees que se les va a olvidar sumar de un día para otro?. Por favor, cuéntame… ¿por qué los deberes del viernes de mi hijo eran que me ayudara a hacer la cena? ¿Le he llevado a la Masterchef School y no me he enterado? Te comento que en mi casa hace la cena quien a mí me sale del chirri. Así como no te digo yo quien debe borrar la pizarra, por favor, no decidas tú quién cocina en la mía.

A todo esto le sumamos los deberes de refuerzo, lo multiplicas por dos hijos y lo divides por una madre soltera. Soy de letras pero aún así tengo claro que las cuentas no me salen: llegan a las 6 del cole y está la merienda, la ducha, la cena  y no estaría mal que jugaran un poco, DICEN QUE A LOS NIÑOS LES GUSTA. (Mis hijos tienen 8 y 9 años, no creáis que están en la Universidad).

Ojiplática perdida me planteo varias cuestiones:

  • En el planeta de los profes el día tiene más de 40 horas.
  • En el planeta de los profes, las madres hacen el trabajo de la gente a la que pagan.
  • En el planeta de los profes, los niños ni duermen, ni comen, ni cagan ni ná.
  • En el planeta de los profes (españoles)  un horario de 9.00 a 17.00  les cansa a ellos pero a los niños no.

No voy a entrar en comparaciones con el resto de Europa o con el archiconocido  sistema educativo finlandés porque para empezar, no somos finlandeses y en muchas cuestiones, tampoco europeos. Para llegar a esos niveles tendríamos que modificar todo el sistema laboral, social e incluso climático. No jodamos, con esta solana ibérica apetece más estar por las calles y menos estudiando o leyendo. Pero al caso, si no hace falta irnos a esos extremos, con ser profesionales, productivos y tener sentido común, la cosa estaría solucionada.

A ver, profe de mi alma, el objetivo es que el niño aprenda ¿no? ¿Me cuentas qué es lo que aprenderá en dos horas conmigo que no haya aprendido en ocho contigo? ¿Podrías decirme cual es la finalidad de que mis hijos tengan deberes cada tarde, cada finde, cada Navidad, Semana Santa y verano? ¿Tú has oído hablar del Tiempo Libre? Supongo que del tuyo sí…

Ni que decir tiene que después de contarte que les mires mientras leen, que compruebes las checklist y que si eso, practiques las mates, te comentan que (vuelvo a copiar/pegar):

“Queremos recalcar la importancia de que vuestros hijos realicen solos estas actividades, para ir potenciando su autonomía y responsabilidad individual”. O no sé leer (quizás porque mis padres no supervisaron mis lecturas), o soy gilipollas, o no os aclaráis demasiado.

Estoy hasta el toto de los deberes de mis hijos.

Y podría seguir pero es que tengo que hacer los deberes que le pusieron a mi hijo pequeño ayer, que consisten en que YO abra un archivo que ha colgado el profe en Internet.

Y vosotras, madres del mundo ¿estáis hasta el toto de los deberes de vuestros hijos? ¿Habéis encontrado solución (o colegio) para minimizar esta catástrofe?

Estoy hasta el chirri del verano.

portada hasta el chirri del verano

Confieso: ESTOY HASTA EL CHIRRI DEL VERANO. Insultadme, no os cortéis. Estoy segura de que les pasa a muchos y no tienen lo que hay que tener para reconocerlo. Decir que no te gusta el verano está tan mal visto como ver corridas de toros o confesar que te aburre el teatro, pero es que NO PUEDO MÁS. Aquí van unas cuantas razones:

hasta el chirri del verano

1. No soporto el calor. Por encima de los 24 grados noto que mi cuerpo pierde su fondo y su forma, me siento always pegajosa y aplatanada. Llevo los pelos cual menina. Me ducho 5 veces al día. ESTOY HECHA UNA MIERDA. hasta el chirri del verano

2. Pa colmo de males, en mi caso, el verano no es sinónimo de vacaciones, sino de curro desorbitado en una isla de esas bien modernas, paradisíacas y playeras. Dos pegas (por resumir) que yo le veo a esto: mientras el resto se lo pasa de muerte, tú estás pringando (y esto le suma, quieras que no, dramatismo a tu vida) y, cuando tú tienes vacaciones, tus amigos trabajan, con lo cual no tienes con quien disfrutarlas.

hasta el chirri del verano
Yo, mirando el calendario en junio.

3. En verano no hay cole ¿Por qué? Pues ni puta idea. A algún descerebrao se le ocurrió que era sanísimo que los niños tuvieran TRES MESES, insisto, TRES INTERMINABLES MESES de vacaciones, mientras los padres tenemos, con suerte uno y, en mi caso, NINGUNO. ¿Qué haces con los niños mientras tú curras? Hay dos opciones: te los vuelves a meter por donde te han salido o te arruinas a base de escuelas de verano y canguros.

hasta el chirri del verano

4. No me gusta la playa. Vamos, que tampoco me superdisgusta, pero entre el calorazo, la arena que se te pega, las dos horas untando de protección solar a los retoños y que he pasado 42 veranos on the beach, pues me aburre sobremanera  A los que estáis pensando “pues hija, vete a la montaña o a Islandia”, MÁS QUISIERA YO pero me remito al punto 2.

hasta el chirri del verano
Yo, cuando me preguntan por la playa.

5. Me salen manchas en la cara: el cloasma, melasma o lo que coño sea, me invade sin piedad por mucho factor 130 que me eche y, como se me olvide un día, cinco minutitos de solana y ya tengo el jeto cual mapamundi pa los restos.

hasta el chirri del verano
Yo, un día que me olvidé el Isdin SPF 380 en otro bolso.

6. Es imposible hacer deporte: sí, ya sé que hay gente que lo hace, pero yo soy incapaz de mover el body a plena solana, me dan pánico los golpes de calor y me niego a ir al gym que cada verano he pagado para acabar jarta de achicharrarme también allí. – Señores del gimnasio, en verano hace calor, suban el fucking aire acondicionado –

7. Algunos pensarán que estando en un LugarParadisíacoyBienModerno con mucho turismo de carnes prietas, esto es un no parar de follar. Pues no, en verano TAMPOCO SE FOLLA. Me remito a otro artículo donde me centraba en esta pandemia catastrófica.

8. Encima no puedo quejarme: no voy a decir donde paso yo los veranos porque os echareis encima insultándome en plan “vaya cerda, y encima se queja”, “hijaputa, ya quisiera yo”. Pero vosotros, los que venís a los sitios-turísticos-playeros-modernos-de-la-muerte de vacaciones, no tenéis en cuenta algunos factores, tales como:

  • Me zampo atascos interminables para ir a comprar un jodido tomate.
  • Me zampo atascos interminables para ir al curro
  • Me zampo atascos interminables para volver a casa
  • Me zampo atascos interminables para ir a la playa (la que no me mola)
  • Para cuando llego a la playa (la que no me mola), ya no quedan ni hamacas (mi peor pesadilla).
  • Tardo de 30 minutos a 6 horas en encontrar aparcamiento.
  • Para cuando llego a la tienda, ya no quedan ni tomates.

Si estás de vacaciones, todo esto te importa un huevo. No hay prisa, estás con los amigos descojonado. Si no es tomate, será pepino, y si no, cebolla. Y si no hay hamaca, pues a las arenas, que total cansado no estás. Si tardas media hora como si tardas tres. Pero cuando estás currando y estresada, ES UNA PUTADA.

hasta el chirri del verano
Yo, a finales de septiembre.

Y bien amigos, ahora abro la veda para los insultos, las críticas, la hoguera. Sabía a lo que me exponía y lo asumo.

Feliz verano (de mierda).

Las primeras veces

Anoche conocí a un chico guapo y joven de cojones narices. Le dedicaré otro post titulado “Cómo asaltar cunas en tres pasos” y puede que lo convierta en un curso monográfico que seguro tiene gran aceptación entre mis comadres. Pero eso será otro día.

La conversación con el apuesto mozo, el final de curso de los niños, la llegada del verano y que soy muy del reflexionar, me han empujado hoy hasta este, mi amado blog, que llevaba un mes abandonado.

Una piensa que tampoco ha cambiado tanto desde los 25. Pensamiento estúpido que corroboran tus compis de colegio cuando afirman que “estás igual”, probablemente proyectando en ti lo que desean para ellos mismos. Y UNA MIERDA.

Si no te fijas, quizás pueda parecerte que esos pimpollos veinteañeros y tú no sois tan diferentes, pero míralos… Huelen a libro nuevo, a juguete de Navidad, a vacaciones de verano. Ellos están llegando y tú llevas tiempo aquí. Podrías escribir el guión de sus próximos 20 años sin equivocarte demasiado. Pero no lo haces porque ahí está la gracia, en caminar a tientas y dibujar tu propio mapa.

Volviendo al tema, ni para mejor ni para peor, pero NO ESTOY IGUAL que a mis 25, ni que a mis 35. El cambio Porfuera es fácil de ver. Ahí están las fotos: aquellas carnes prietas, la ausencia de ojeras y de estas malditas patas de gallo que NO HAY MANERA de difuminar digan lo que digan los fucking anuncios de Lancôme.

El Pordentro ya es otra cosa. Ay el Pordentro, ese que no se ve, PERO QUE SE NOTA.

Hay Pordentros muy jodidos, que viven de recuerdos y creen que aquellos momentos rollo Verano Azul de los 80 fueron lo mejor que les ha pasado y les pasará. Tendrán que vivir de rentas Veranoazulescas pa los restos. Las ilusiones no existen en esos Pordentros. La vida, para ellos, es una sucesión de rutinas preacordadas entre sus karmas y sus carnes. Para esos Pordentros la Felicidad es la ausencia de conflicto, SIN MÁS.

Y luego están los OTROS Pordentros. Esos que con los años ganan en perspectiva y que, aunque no escarmientan en cabeza ajena (frase favorita de mi amada madre), han tenido tiempo de hostiarse mil veces con su cabeza propia. A esos Pordentros les mueve la ilusión: por ver a un amigo, por hacer un viaje, por ir a un concierto, por cortarse el pelo, por escribir…

Los Pordentros Ilusionados y Escarmentados saben que “También esto pasará”, que de mal de amores no se muere, que hay noches en las que es mejor retirarse a tiempo, que hay que perdonar lo perdonable y empezar de cero mientras puedas.

No voy a hacer demagogias sobre lo maravilloso de la madurez, qué coño. Me molaba mogollón mi Pordentro (y ni os cuento mi Porfuera) infantil, adolescente, juvenil. Pero sé que no volveré al primer beso de aquel verano del 86, ni recorreré mi el mundo en mi Vespino, ya no me dejaré anochecer en la playa mientras mis amigos juegan al voley con las melenas al viento (actualmente calvicies incipientes). Ya no me matricularé en la Facultad de Derecho ni estrenaré mi carpeta de la Universitat de Barcelona (los de allí sabéis de lo que hablo), tan azul y tan nueva cada septiembre. Ya no descubriré Nueva York ni iré a mi primer concierto.

A este Pordentro le toca buscar otras Primeras Veces. Ahora se tiene que currar la chispa de la vida porque la que venía de serie se agotó hace tiempo.

Sí, mi Pordentro es Ilusionado, pero reconozco que mis momentos de felicidad máxima llegan cuando me subo a la máquina del tiempo y paso un finde sin hijos, con las amigas, enajenándome en el karaoke y volviendo a casa, zapato en mano, a la hora a la que normalmente me levanto.

Ayer le pregunté a aquel chaval qué quería ser de mayor. “Feliz” me dijo Él (que olía a libro nuevo, a juguete de Navidad, a vacaciones de verano). “FELIZ”. Quise decirle muchas cosas, como que más le vale serlo YA, desde anoche y para siempre.

Me encantaría decirle, a Él y todos los de su especie juvenil, que la vida está hecha de etapas, que todas tienen su encanto, que con los años uno gana en experiencia, sabiduría, sosiego… y que no echo de menos aquellos años de tersura cutánea y cerebral.

Pero mentiría.

Mañana llega el verano y ahí seguiré, buscando más Primeras Veces, cada vez más difíciles y cada vez más escasas.

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EL DÍA QUE MOLA TODO: guía para Madres Estresadas (Parte 1)

madres estresadas

Ayer me llamó mi amiga Laura histérica y desconsolada. Resumiendo mucho, diré que básicamente está hasta el chirri (por no decir coño): del trabajo, del marido que no colabora, de los suegros viviendo en casa, del curso de 4.740 horas los fines de semana, de la culpabilidad por no estar más con El Niño…Vamos, lo que viene siendo un cuadro típico de Madre Estresada (o M.E.)

Mi amiga Laura
Mi amiga Laura

Nos sumergimos en una de esas (interminables) conversaciones en las que te cagas en todo (a dúo), te quejas por todo (a dúo) y decides encontrarle una solución a Esta Mierda (a dúo), de manera que establecimos EL DÍA QUE MOLA TODO. ¿Por qué? Porque llegados a este punto de la vida, parece que lo que mola, mola PERO A MEDIAS. Consigues sacar tiempo para relajarte en la manicura y te llaman del cole porque el niño la ha liado parda, triunfas en el curro y te dan más tareas pero no más sueldo, el que te gusta es muy colega pero luego NÁ DE NÁ. Un asssssssco. EL DÍA QUE MOLA TODO será mensual y minimizaremos toda oportunidad de jodienda. Las normas básicas de convivencia (el incumplimiento conlleva el pago de los copazos) son:

  • Apagar teléfonos (juramento de sangre). Ni Whatsapps ni hostias.
  • No hablar de hijos, ni de maridos ni machos  (si no es para comentar el polvazo que echamos o el que vamos a echar).
  • El curro ni nombrarlo.
  • La palabra “dieta” desaparece de la faz de nuestro cerebro.

El PLANNING DEL DÍA QUE MOLA TODO tiene un objetivo muy claro: pasar de ser una Madre Estresada a una Tía Relajada y Descojonada de la Risa. Los pasos a seguir se desarrollan en Madrid pero son aplicables a cualquier otra ciudad. Solo hay que encontrar unas ubicaciones equivalentes:

Paso 1: Comer en un sitio ideal, sin mucho ruido pero con ambientillo moderno y desenfadado. Algo como Maricastaña, Mamá Campo, Santo,..

Paso 2: Imprescindible algún tratamiento de belleza y/o relax. Puede ser una manicura, pedicura, masaje, alquiler de prositituto… DA IGUAL. El tema es que al salir te sientas relajada y guapa a más no poder.

masaje gato
Masaje Alternativo

Paso 3: (se puede pasar directamente al paso 4 dependiendo de vuestro grado de alcoholismo y/o amor al dulce) Merienda en cafetería/granja/pastelería donde tengan un servicio estupendo y unos dulces aún mejores. Mientras escribo, babeo pensando en la tartita de manzana de Pomme Sucré o en los crepes de Mama Framboise o en un cholocate con churros en la Plaza Mayor, o en … Paso 4: Copazo de la muerte. El borrachismo forma parte sine qua non de esta ecuación. A poder ser en bar bien chulo, con camarero buenorro (nos da igual si es gay) al que decirle alguna barbaridad tras el segundo gin tonic. Pienso en el bar del Hotel Only You o del Urban, La Bicicleta, la terraza del Gymage ahora que empieza el buen tiempo… En este punto, y si todo ha ido bien, las conversaciones deberían limitarse a:

  • Hablar de tíos buenos y de sus miembros viriles (por no decir sus Ra..s o sus Po..as): del camarero, de aquel de tu curro, de tu primer novio, de ese que te tiraste hace un mes y que tenía un pedazo de …
  • Cerdadas (íntimamente relacionada con la anterior): aquel que te dejó que no pudiste sentarte en 3 días, el otro que te dejó el pelo lleno de…, el día que no encontrabas las bragas y volviste a casa bien fresquita…
  • Criticar a esa tía: que rejuvenece y relaja más que nada en este mundo. Da igual a quién, el tema es ponerla verde y quedarte tan a gusto.
  • Hacer planes apasionantes (da igual si no se cumplen): ese viaje a Australia, el libro que vas a escribir, la empresa que vas a montar (dedicada SIEMPRE al diseño de bolsos o a la fabricación de cosméticos naturales y orgánicos, CLARO.)
emma carcajada
Laura que va mejorando, la pobre.

(Dependiendo del estado al que se llegue en el Paso 4 vamos al Paso 5, A o B, o finiquitamos antes de acabar en desastre).

Paso 5. A: Peli. Puede ser en el cine o en casa. Algo que dé muy buen rollo como “Begin Again”, “Love Actually”, “Un Funeral de Muerte”, “Algo pasa con Mery” o cualquiera que te deje con esa sonrisa tontorrona. Nada de pelis afganas en v.o. y Cronenberg ni tocarlo.

Paso 5.B: Si el estado de borrachismo lo permite, hay que IR A BAILAR, como si no hubiera un mañana. Unos ritmos latinos, un rollo disco de los 80 o una sardana…No importa. Si bailáramos más, habría menos úlceras, menos Lexatines y MUCHA MÁS FELICIDAD (además adelgaza).

lena bailando
Terapia Dancing Queen

EL PASO 6, si lo hay, lleva ineludiblemente a un desayuno por las calles, Vagabundo Style. Sinceramente, yo este lo veo lejano pero me imagino ese momento Niñosenelcampamento o Abuelosqueselosllevanalpueblo o Exmaridoresponsable y oye,  todo puede pasar.

Tú, si has llegado al PASO 6
Tú, si has llegado al PASO 6

Llegados a este punto pensaréis que esto no es un día entero, es una tarde-noche-madrugada. Si es que vais desbocadas, almas de Dios, QUE NO TENÉIS LÍMITE. Lo de sacar un día entero es un poco ciencia ficción pero por si acaso, el próximo post será la PARTE 2 y establecerá actividades matinales para completar “EL DÍA QUE MOLA TODO: guía para Madres Estresadas” ¿Y tú? ¿Tienes tu DÍA QUE MOLA TODO particular? ¿Añadirías algún paso?

La Soledad ¿necesidad o vicio?

Mi nombre real me define totalmente, de hecho mucho más que el sobrevenido “Sol”. A mí lo de los calores y las playas como que no.  Si a mi santa madre se le ocurrió llamarme Soledad por algo sería. Lo de ser hija única acabó de marcar mi destino FOREVER.

Solitaria desde siempre y por el avatar vital, pues más. A menos tiempo libre, menos tiempo de soledad, etc. No voy a dar el coñazo con lo que ya sabemos: las madres no tenemos tiempo bla, bla, bla . Si eres soltera, quizás aún menos. Digo lo de “quizás” porque de todos es sabido que en ocasiones el macho adyacente no solo no quita curro sino que DA MÁS (aquí viene el abucheo masculino, que acepto sin pestañear).

Aclaremos mi concepto de Momento Soledad, que tiene tela. Estar sola no es tener a los niños acostados, NO, NO, NO, es que no hay NADIE en mis dominios. Para mí, la Soledad es un estado mentalzenmaravilloso en el que solo entro cuando:

Caso 1: cualquier ser vivo está más allá de la puerta de entrada cerrada con dos vueltas de llave.

Caso 2: estoy por las calles, sin apenas riesgo de encontrarme con alguien conocido que me chafe el plan.

En los dos casos, el tiempo requerido para que la Soledad haga mella positiva en mi estado de ánimo es de un mínimo de 3 horas. Si no,  no me vale.

El AmoralaSoledad rige mi vida: me voy de viaje sola (no siempre, of course), al cine, a tomarme mis mocca blancos, a pasear. Esa fue una de las principales razones para mudarme a Madrid. En la little isla no doy un paso sin encontrarme con alguien que me saluda y/o en el peor de los casos se sienta conmigo allá donde esté  para hacerme compañía (tócate los pelendengues…). Pero la gran ciudad me permite estar sola entre la multitud y que nadie joda MI MOMENTO.

A estas highers ya deberíamos conocer la diferencia entre “estar” (que mola) y “sentirse” (que no mola nada). Ejemplo claro: cuando estaba en proceso de adopción alguien me dijo “qué bien, nunca más estarás sola”. Al borde del Lexatín estuve. Gracias a Dios, al colegio, a los abuelos, a que con el tiempo se pirarán (y me dolerá, claro) ESO NO ES ASÍ. En el otro extremo, os digo que jamás me sentí sola hasta que fui madre. El porqué os lo cuento en otro momento y habrá muchas que estaréis asintiendo con la cabeza ahora mismo (qué ilusión me hará si comentáis algo al respecto aquí abajo).

Me causa fascinación la gente que disfruta SIEMPRE de la presencia de otros humanoides. Les admiro, en serio. Me parece mucho más fácil estar rodeado de otros seres, en el trabajo, en casa. Huir del grupo no siempre es fácil y cada vez menos con tanto Social Media. Además Los Sociables molan, son simpáticos, dan conversación a todo el mundo, organizan actividades, se suman a las ya organizadas sin que ello les suponga analizar al pormenor los pros y los contras de ver a TODA ESA GENTE. Y encima son anormales. NO COMO YO.

Ese fin de semana con las amiguitas:

– Si cuadra, por favor, yo en una habitación SOLA.

– Pero vaya ¿que te da igual si no, VERDAD?

– Hombre pues igual NO me da.

– Pero ¿POR QUÉ?

– Me gusta levantarme SOLA.

– Mira que eres RARITA, hija…

Y así por los siglos de los siglos…

Cuando ya me preocupaba seriamente lo raruno de mis Ansias Solitarias, mi amiga Carmen me lanzó un cable salvador  as usual y me dedicó unas bonitas palabras en la red social “Me ha recordado a tu mente brillante” escribió, y adjuntó un enlace que me ha alegrado la vida. YA ESTÁ, todo solucionado: soy brillante (o algo así). JODER, QUÉ BIEN.

Cuando leí el artículo, por un lado me alivié leyendo que Darwin rechazaba ir a cualquier fiesta y que está demostrado que la soledad fomenta la creatividad entre otras muchas maravillas (ahora debería descubrir algo equiparable a la Teoría de la Evolución, la gravedad o la relación espacio – tiempo, pero no lo veo, la verdad). Por otro, me sentí taaaaaaaan identificada en frases como “la soledad es el aire que respiran” o “solo cuando estoy sola me siento totalmente libre”.

Se supone que estando solos conectamos con lo que queremos y proyectamos conseguirlo. Yo siempre me he preguntado cómo lo hacían los demás para pensar con gente cerca. Yo no puedo, imposible. Pensaba que era lela pero gracias a Carmen ahora sé que no (o por lo menos no por eso). Sola he planeado mis viajes, he decidido estudiar esto o aquello, dejar a ese tío, llamar a ese otro, crear este blog, tener a mis hijos, sola escribo, sola duermo, sola sueño, sola decido donde voy porque así sé que llegaré donde yo quiera, sola decido si comparto mi tiempo con alguien que igualará la perfección de mi Soledad.

Mi Soledad es perfecta porque la elijo. Tan perfecta como ver a los que me ven (y me miran), oír a los que me oyen (y me escuchan) y hablar con los que me hablan (y me dicen).

Y tú, ¿qué eliges?

Pato´s life: el ideal de una madre estresada.

PATO´S LIFE: el ideal de una madre estresada

Empiezo este post en la puerta de embarque número 6 del JFK.

Sí, he vuelto a Nueva York. Lo hago de forma compulsiva o eso quisiera. ¿Algo nuevo? Ahí siguen mi Bow Bridge, el edificio Chrysler y el puente de Brooklyn. Soy yo la que va cambiando y la que, afortunadamente, se renueva en estos lares.

Por lo demás, clásicos que adoro: las visitas de Carmen para rajar despanzurradas en las mega camas del hotel, nuestras quedadas en la puerta del Barnes & Noble de Union Square para decidir donde vamos (qué bonito que te importe un huevo el emplazamiento), las cenas en Craftbar, reír hasta llorar (e incluso soltar gotillas de pis) con la Madre Niuyorkina en cualquier banco callejero…

Algo tenemos en común estas tres personajas: somos de todo menos pausadas, nos zampamos el exceso, pero A LO BESTIA. Curramos hasta enfermar, asistimos a cursos variopintos, proyectamos mil futuros, siempre más y más y más. La vida se nos hace corta.  No tenemos solución en lo que actividad masiva se refiere, y las tres nos planteamos lo mismo again and again: ¿será posible ser una desquiciada sin estresarse? ¿asumir la actividad despiporrada, el trabajo, la maternidad en plan salvaje pero sin que eso nos genere nervios, ansiedades, herpes, granos en el jeto…?

Yo me lo propuse ayer por la mañana en Central Park. Estaba yo en Mi Banco, mirando Mi Puente, el laguito, zampándome un croissant del tamaño de mi cabeza, cuando vi los patos. Esos patos con el cuello verde en grupos de a tres cruzando el lago, deslizándose en paz absoluta, mirando y ADEMÁS VIENDO.

Les miré muuuuuuucho rato y seguían deslizándose y les daban igual los rebaños de japoneses que me tapaban la vista para hacerse 584 fotos (cada uno), las ancianas millonetis con sus perros repeinaos, los deportistas buenorros, los carritos de hot dogs, los estudiantes, los enamorados, yo misma.

Y quise ser pato. PARA MIRAR Y ADEMÁS VER. Para que el móvil, el reloj, la búsqueda de las llaves al salir de casa, el metro que no llega, la bombilla que se funde, el ordenata que no arranca, el cargador olvidado, no me sacaran de quicio nunca más.

¿Jodido? TOMA, CLARO.

En esos momentos una piensa que esta vez sí, que ya sabe lo que quiere y que se va a quedar anclada a la Sensaciónpato forever. Pero eso fue en Central Park y ahora estoy en Chamberí (me encontré con amigos en la puerta 6 del JFK y dejé la escritura para otro momento). Dos semanas después retomo el teclado y la Sensaciónpato. Hoy sí. Hoy no me desquicio. Hoy voy a ver Madrid, voy a escuchar y a escucharme. Hoy no apuraré los minutos para hacer “esa última cosita” antes de salir por la puerta, que me fastidiará irremediablemente la hora siguiente porque, JODER ¡QUÉ MIERDA!, es imposible parar el tiempo por mucho que yo lo intente.

Asumamos que es imposible plancharse los pelos en 2 minutos, hacer la comida en 3 o responder ese maldito mail en 4. Ahora mismo asumo que, aunque seguiría escribiendo y repasando y reescribiendo, el reloj no se va a parar aunque yo apriete los dientes. Y tengo que preparar la cena, ducharme, ponerme mona y salir de casa cagando fostias. Asumiré también que no me da tiempo a colgar todas las fotos que irían bien en este post y que nadie me juzgará por ello.

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