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Reflexiones de una majara

Un día perfecto.

Un día perfecto.

lasclavesdesol

No ha sonado el despertador, qué maravilla esto de los días festivos.

POR FIN, he empezado a hacer deporte. Qué satisfacción, qué voluntad la mía, qué dura me siento. Sí, en una hora nada más, QUÉ PASA.

He desayunado con grandes amigos, de esos que siempre son “Como estar en casa”.

Me he paseado por “La Central” sin prisa, durante TANTO rato… He ojeado. He Hojeado. Me han entrado ganas de revolcarme entre esos libros. He querido llenar muchas páginas. He fantaseado ante la estantería de los apellidos que empiezan por “A”.

Me gusta ir en autobús, mirar a la gente de la calle, observar a los que van conmigo dentro, investigar las calles de Mi Madrid.

Era necesaria la manicura. Ahora me siento más guapa, más lista y más persona. Así de simple soy. Qué le vamos a hacer.

Cómo he disfrutado mi nueva obsesión: tostada con aguacate, aceite y mucha sal (viva la retención de líquidos). Al sol, con este calor de 31 de octubre que no es ni medio normal. En mi balconcito, uno de los sitios más maravillosos del planeta Tierra.

He dado vueltas por esas tiendas chorras que me enloquecen. Ay, esas velas con olor a vainilla, a canela, a white musk. Como me gusta toquetear los calcetines blanditos y suaves. Ya venden decoración de Navidad, MUY FUERTE.

No he podido evitarlo, he entrado en OTRA librería. Me pasaría la vida entre libros, películas, plantas y velas aromáticas. He querido comprar más de veinte libros. Me he contenido, tengo tantos pendientes de leer… Me ha molestado que el estante de la “AG” esté muy arriba. Apellidarme “Carmona” sería mejor, creo yo.

He comprado pantalones para mis hijos, que mañana vuelven de pasar el puente con los abuelos. Cuanto he descansado y qué ganas tan salvajes tengo de pegarles un bocao en los mofletillos, POR FAVOR.

Se ha hecho de noche. BIEN. Soy la única humana que agradece este cambio de hora. Disfruto cuando anochece pronto, quiero que haga frío, SOY MUY RARITA.

He amontonado en el sofá un libro de Lucía Berlín, el de Ana Milán, también a Rosa Montero y Mónica Drake. Bien cerquita, que yo salto de uno a otro con facilidad pasmosa. Vogue, Telva y Elle al otro lado. Suena Michael Bublé, tan tranquilo y tan armonioso todo él. Mi Cola Cao.

Pienso en esa gente que me pregunta si no me gustaría tener un novio para “por ejemplo, pasar los domingos” (sí, darlings, SÍ. Yo he oído eso con estas orejitas) y doy gracias a todos los santos del cielo y a los dioses escandinavos tipo Thor por disfrutar de la soledad de esta manera tan, incluso, pornográfica.

Recuerdo el fin de semana pasado, esa cena con mis compis del cole. Cuánta emoción, qué alegría, QUÉ SALVAJADA. Y venga abrazos, y venga besos, y venga bailes, y HOSTIAS que eran las nueve de la mañana cuando llegaba a casa. Quién tuvo, retuvo. Y esa visita a mi pueblo, a mis chicos. Kilos de complicidad, de códigos casi ancestrales, de amor del bueno. Qué bonito lo que soy cuando estoy con ellos…

Echo un ojo a esa página de Facebook que ya es como nuestro bar, leo vuestras salvajadas sobre los Empotradores. ME DESCOJONO. Las estadísticas me cuentan que en octubre, OTRA VEZ, me habéis leído más que nunca. Pienso en cuántos días perfectos se avecinan y empiezo a teclear.

Quién sabe cuándo acabaré.

Quizás nunca.

un dia perfecto

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