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Reflexiones de una majara

Yo digo Empotrador, tú me llamas Feminazi

Yo digo Empotrador, tú me llamas Feminazi
Queridas amigas y amigos lectores de este, mi querido blog: como bien sabéis, sois más que libres de expresar vuestras opiniones sobre mis escritos, siempre que seáis respetuosos conmigo y con el resto del planeta.

Dicho esto, tenía yo ganas de contestar a un par de señores que, ante mis artículos sobre Empotradores, escriben cosas como estas:

“Madre del amor hermoso si esto lo escribe un tío sobre una actriz….. lo meten a la cárcel”.

“No sé ni de qué serie se habla, pero me he imaginado por un momento el artículo y los comentarios con los géneros cambiados y las feminazis encendiendo hogueras para quemarnos.”

No insultan, por eso no los he borrado, pero sí me han impulsado a aclarar unas cuantas cosillas, que creo sumamente necesarias.

Lo primero: ni que decir tiene que no hace falta imaginar ni suponer NADA. En Google encontraréis miles de comentarios machistas, que creo es a lo que equiparáis mi texto, aunque no entiendo muy bien por qué.

En este artículo en particular hablo sobre lo bueno que está un tío, sobre su culo maravilloso, sus brazos, lo bien que empotra… Ni cuestiono su calidad como actor ni lo veo constitutivo de delito por ningún lado. Y tampoco lo sería si yo fuera un hombre y la Empotradora, una mujer.

Porque no os equivoquéis, el equivalente femenino de Empotrador es Empotradora (la que empotra), NO EMPOTRABLE (la que es empotrada), como habéis indicado algunos.

No hablo, en ningún caso, en términos despectivos. No le insulto. Es más, alabo su belleza. En mi tono, con humor y CON RESPETO. No le llamo “cerdo”, “puto” ni describo “por dónde le voy a meter no sé qué” o “cómo me va a comer el no sé cuántos”.

Quizás estéis tan acostumbrados a que se hable así de las mujeres que habéis visto fantasmas donde no los hay.

Lo que he escrito lo tenéis aquí. Ahora voy a lo que NO HE ESCRITO, NI DICHO, NI PENSADO.

Los comentarios machistas, en cambio, nos describen como objetos pasivos. Porque el machismo no se basa en palabras, sino en una forma de pensar que da como resultado la DESIGUALDAD. Y ni yo ni mis lectoras creemos que los hombres en general y los Empotradores en particular sean inferiores a nosotras.

¿A que no, amiguis? ¿A QUE NO?    

Se me ocurre que quizás lo que pasa es que no es costumbre que una mujer exprese su gusto por los penes, por el sexo sin amor, por esos tíos buenos a los que no humillamos porque NOS ENCANTAN. Nos morimos por follar CON ellos (que no ser folladas POR ellos). Ay, pecado MORTAL. Que ya no estamos calladitas y además decimos palabrotas y llamamos a la cosas por su nombre. Pero nuestra actitud activa ante la sexualidad, los buenorros y la vida no incluye violencia, jerarquías ni  juegos de poder. Y esto es nuevo y de lo más raro.

   

Tan nueva es la cosa (y tanto ofende) que alguna lectora no se atreve a compartir mis artículos “porque vive en un sitio muy pequeño”, o porque algún ex la ha amenazado.

TRISTE, TRISTÍSIMO.

Volviendo a los comentarios, vamos a imaginar que mis chascarrillos deslenguados, en efecto, hubieran sido “feminazis” (la palabra favorita de los que están en contra del feminismo) y vamos a imaginar (con mucho esfuerzo) que dicho término es el equivalente a Machismo. Pues bien, no solo los machistas no van a la cárcel, ni a la hoguera, sino que algunos ocupan la presidencia del país más poderoso del mundo, son escritores admirados o artistas famosos que cobran un quintal.

 

 

Así que, queridos comentaristas: no imaginéis, no supongáis. Centrémonos un poco. Abramos la mente. Hablad de nuestras tetas y nuestros culos todo lo que queráis, pero teniendo claro que son NUESTRAS tetas Y NUESTROS culos. Deseadnos lascivamente, pero desde el respeto, la igualdad y el cariño

Nosotras haremos lo mismo.

                             

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