Skip to main content

Etiqueta: hombres

7 especímenes que encontrarás en tu gimnasio

Queridas todas, tras dos meses sin mover un puñetero músculo por culpa de la tos, de los mocos, de las anginas y de su tía Rita, la semana pasada volví a pisar el gimnasio. Gloria al cielo, ALELUYA. Qué ganas de ponerme en forma, de sentirme ágil y elástica.

Cómo estoy en un estado físico pésimo, pensé que lo mejor era estar un par de semanitas por mi cuenta en la sala de musculación. Fue entrar allí y redescubrir esa fauna deportiva que me sorprende y me fascina a partes iguales. Yo voy a un gym madrileño céntrico a más no poder, con lo cual la heterogeneidad es máxima. Os cuento, a continuación, los especímenes que me encuentro cada mañana.

1.El deportista telefonista: por cada minuto que pasa levantando una mancuerna, está diez hablando por teléfono o mandando whatssapps. Resultado: 5 minutos de ejercicio, 50 de rajada sin fin. Con lo cómodo que está uno conversando desde una cafetería…

2.El consejero: nadie le pregunta pero él, que hace mucho que va al gimnasio y eso le da unos superpoderes especiales y unas licencias estupendas, va aconsejando que si dobla el codo, que si ponte recto, que si así no. Lo curioso es que nadie le replica JAMÁS. También es verdad que nadie le hace ni puto caso JAMÁS.

3.El sonoro: su único objetivo en la vida es que TODOS los que estamos a su alrededor nos demos cuenta de la cantidad tan bestia de kilos que levanta ¿Cómo lo consigue? Gritando cual animal, cuando levanta los mil kilos y también cuando los suelta. Por el alivio, supongo. Por más que eleve el volumen de mis auriculares, sigo oyendo al Sonoro. Qué coñazo, chato.

4.La impecable: aquí tengo que hacer un inciso y contar algo que me dejó muy loqui. Entro yo en el vestuario y veo que una chica de pelo cortito tiene una cestita con unos cuatro cepillos y allá que está ella dándole a los diferentes grosores. “Joder, qué currada”, pensé yo, que no llevo ni peine de plástico. Me paso los deditos y punto para salir a la calle. Pues, ay amigas, que ella no se iba a las calles, que era para entrar en el gimnasio. Sí, así como lo leéis. Pues esta es un ejemplo de Impecable. Ni que decir tiene que sus mallas (¿o son leggins?) son último modelo a conjunto con la camiseta, los calcetines, las zapas y todos sus complementos gimnásticos. Mientras las otras parecemos Bitelchús, ella no se despeina, ni se enrojece, ni se NADA. Toda mi admiración para este espécimen.

5.El macarra: lleva un peinado muy a lo Ronaldo, camiseta recortadísima que deja ver sus pezones. Me llama la atención especialmente eso de ver los pezones de las gentes, la verdad. Está muy moreno todo el rato. Tiene la voz ronca y deja que la oigamos porque SIEMPRE tiene colegas por allí con los que hablar de “su chati”, “su carro” y decir “Ej queeeee” compulsivamente.

6. El gay descontrolado: mi gimnasio está muy cerca de Chueca y, claro, en la heterogeneidad se incluye el mundo gay que no me puede gustar más. Tenemos a las parejas que entrenan juntas y se tocan todo el rato, tenemos mucha pluma, mucha carcajada y tenemos al Descontrolao. El pobre se vuelve loco porque le gustan todos. Se pone bizco, saluda a todo quisqui aunque no le contesten. Pide consejo al Consejero, escucha gustoso al Sonoro y ni te cuento lo que le pasa con la siguiente tipología. Cualquier día le da un vahído con tanta emoción.

6.El objeto de deseo: es ese buenorro, pero buenorro de verdad, no un tío megahinchado. Él lleva ropajes normales, no esas camisetas horrorosas del Macarra. Más que verle los músculos, los intuyes bajo esa camiseta blanca de algodón. Va a lo suyo, lamentablemente, porque todos querríamos que fuera a LO NUESTRO. Hay quienes afirman que lo mejor de hacer deporte es el tema salud: MENTIRA. Lo mejor de hacer deporte es ver a los bigardos buenorros.

7. El tocón: normalmente es uno que hace ver que es entrenador personal y ha embolatado a una, que SIEMPRE está muy buenorra, para ponerla en forma. Ella, en muchas de las ocasiones es una Impecable. Y venga jiji, y venga juju, y saca más el culo y toma y dale.

 

Hay más tipologías gimnásticas, pero es que se me hace tarde y quiero ejercitar estos musculillos, eso sí, sin gritar y sin repeinarme, CLARO.

Nosotras hablamos, ellos no escuchan. Y así nos va.

De un tiempo a esta parte, he decidido desayunar fuera de la oficina. Me ventilo, me tomo una napolitana de chocolate que, lejos de hacerme sentir culpable, me alegra la mañana, y afronto el día otro talante, quieras que no. Por supuesto, me llevo mi libretita azul y le doy al boli de lo lindo. Porque los bares son un escaparate fascinante para los cotillas como yo. Se puede saber mucho de una persona por lo que desayuna, por cómo lo hace, por qué jeto lleva a las nueve de la mañana.

De todo lo que he descubierto en mis incursiones matinales, hay algo que me llama la atención sobremanera:

El 90% de las mesas están ocupadas por mujeres.
Las mujeres desayunan con otras mujeres, los hombres desayunan solos o con mujeres. 

Curioso, cuanto menos.

He de decir que a mí me gusta tomarme mi té y mis tostadas integrales en sitios monos, con teteras cuquis, no en bares con cientos de servilletas en el suelo, una máquina tragaperras en la esquina y olor a fritanga. Yo ahí no entro, pero observo desde fuera y ahí sí hay tíos, pero tampoco hablan. Se toman su carajillo, miran esa tele que SIEMPRE está colocada sobre la puerta de entrada y que SIEMPRE tiene puesto el canal de fútbol, dejan sus monedas en la barra, a poder ser de un golpe, y se piran.

Los señores que habitan esos lugares normalmente superan los cincuenta y cinco. Dónde se reúnen los más jóvenes para tomarse un café y charlar, es un misterio.

O no.

Volvamos a esas mujeres que desayunan con otras mujeres. Las hay de todas las edades, de todos los estilos. Todas hablan, sonríen, ríen, se alegran de verse, gesticulan, se tocan, SE COMUNICAN.

El lenguaje, a las mujeres, nos conecta, nos libera, nos consuela, nos alegra la vida.

Recuerdo a esa política que se quejaba hace poco en no sé qué convención de que, cuando las mujeres hablaban, los hombres miraban al suelo, le echaban un ojo al móvil… Básicamente, no les interesaba una mierda lo que ELLAS tuvieran que decir.

Busco la razón de semejante falta de respeto y me encuentro con varios artículos que afirman que la voz de la mujer agobia al hombre por no sé qué del tono agudo y que, en defensa propia, el cerebro desconecta.

Tócate los cojones.

Si esto fuera cierto, queridos estudiosos del pasotismo masculino, tampoco nos escucharíamos entre nosotras porque, de momento, no se ha descubierto que el oído de las féminas sea diferente al masculino. Así que no me lo trago, LO SIENTO.

Se me ocurren muchas otras teorías: pasan de oír lo que no les conviene, no les parece interesante lo que tenemos que decir,  practican el yo, me, mí, conmigo de una manera asalvajada…

En este punto creo necesario hacer una aclaración, que luego aparecen los Paolos del mundo y me la lían parda: estoy generalizando, algunos sí escucháis, sí habláis de vuestras cosillas. Pero muchos, PUES NO.

Recapitulemos. Hasta ahora tenemos: mujeres que hablan, mujeres que escuchan, hombres que no hablan, hombres que no escuchan. Lo que viene siendo darse cabezazos contra un muro una y otra vez. Y venga, y dale. Y nos pensamos que la cosa va a cambiar. Ay, que risa, Maria Luisa.

No hay que ser muy listo para deducir que todo esto NO facilita las relaciones, porque os comento que estas, para ser satisfactorias, necesitan de bilatelaridad, reciprocidad, igualdad. O sea, tú hablas y yo te escucho, y a la inversa tiene que ser exactamente igual. O, en lugar de conversación, tenemos un monólogo de lo más frustrante. Para las tías, que se sienten ignoradas, y para los tíos, porque ese zumbido en forma de palabras es de lo más molesto. Con lo guapas que estaríamos calladitas, ¿eh?

Quizás, amigas y amigos, todo eso de “Es que no entiendo a los tíos” o “Mira que las tías son complicaditas”, se condense en una sola cuestión: SIN COMUNICACIÓN ES IMPOSIBLE que nos comprendamos, amiguis. Y no es que yo sea muy lista, es que es de cajón.

Y, chicos, que sí, que ya, que parece ser que a vuestro organismo le falta no sé qué proteína que favorece el lenguaje, que vuestro cerebro rechaza las notas musicales que salen de nuestras preciosas gargantas, que cada uno es libre de rajar de lo que le venga en gana, que si no queréis desahogaros, pues vale.

No sé cual es la solución, dado que ni nosotras vamos a cerrar el pico (menos mal), ni a ellos se les va a abrir la conexión que va del oído a la sesera, así de repente. Supongo que seguiremos contándoles nuestras penas a nuestras amigas y usando los penes de nuestros amigos.

O, quizás, podríais hacer un pequeño sacrificio y probar un día a ver cómo es eso de sentarse con otra persona de vuestro mismo sexo y contarle qué os emociona, qué os disgusta, qué os preocupa, qué os entusiasma. Y que el de enfrente haga lo mismo. Y si de esa salís vivos, a lo mejor decidís hacer una locura, saltar al vacío en plan kamikaze, hacer lo mismo con una mujer y prestar atención a todo lo que os tenemos que decir.

QUE ES MUCHO.

    

 

Deja de marearme, chaval.

deja-de-marearme-chaval

Hay que vivir para escribir y mis mejores post han nacido de alguna experiencia intensa que, o me ha dado la vida o me ha puesto del hígado, como el asunto que nos ocupa hoy: EL MAREO.

MAREAR: Acción llevada a cabo por El Mareador que consiste, entre otras lindezas, en RESAPARECER (desaparecer + reaparecer periódicamente con la única intención aparente de llamar tu atención de manera gilipollesca). La conducta del Mareador parece no tener un objetivo definido pero sí lo tiene, MAREAR.

Características de EL MAREADOR:

1. LA RESAPARICIÓN: le conoces, le das tu número (cosa de la que te arrepentirás FOREVER) y te mensajea MUCHO, quedáis y normalmente, fornicáis. A la fornicación le ha precedido una cantidad enorme de mensajes inversamente proporcional a la que vas a recibir tras la fornicatio que es CERO. Todo bien hasta ahí. Ya sabemos de que va esto, que somos mayorcitos. Y entonces desaparece y reaparece, o sea: RESAPARECE. Las estadísticas indican que de cada 15 veces que te contacte, 10 serán para nada (o sea, PARA MAREAR) y 5 para quedar, de las cuales se hará efectiva una. Las otras cuatro se cancelarán porque su abuela se ha muerto (sí, se morirá 4 veces. QUÉ PASA.)

2. SOLO HABLA DE LO QUE LE INTERESA, o sea de:

           A. Él mismo: el yo, mí, me, conmigo en estado puro. “Yo soy esto o lo otro”, “trabajo en lo de aquello y lo de más allá”, “mira esto que he hecho y verás aquello que haré”, “yo me fui de vacaciones allí y no veas que bien”…Y tú NI MÚ.

mariah

       B. Vuestros encuentros sexuales: hace referencia a algún momento del/de los polvo/s que habéis echado o de las “pedazo de tetas que tienes”, esperando que se te caigan las bragas. Ahí tendemos a pensar que el objetivo es que os volváis a enrollar, PERO NO. El objetivo SIEMPRE es marear. Si fornicas será de puritita casualidad.

3. Íntimamente relacionada con la anterior está la habilidad del Mareador por PONERTE CACHONDA COMO UNA PERRA y luego marcharse sin más. Sí señores, las famosas calientapollas han mutado y ahora son calientachirris. Se extienden cuales plagas bíblicas. Y tú te preguntas ¿Pero qué es lo que pretende al dejarme de esta guisa? Lo que pretende, querida, es MAREARTE. Más.

 4. EL MORRO: cuando un Mareador es, al fin, descubierto y le planteas cosas tales como “Por favor ¿podrías dejar de marearme”, “Te importaría decirme con claridad qué pretendes?” o “¿Puedes irte a tomar por culo y marear a tu tía Rita?”, él responderá como si no supiera de qué le hablas y balbuceará un “yo solo quería…”, “es que, como eres…”, “hija, qué borde…”. INAUDITO. Ah, y por supuesto no te hará ni puto caso y seguirá resapareciendo hasta que a él de le la gana o tú le bloquees en todos tus dispositivos móviles.

5. LA IMAGINACIÓN: esta es una característica que no se da en todos los Mareadores pero que me resulta apasionante. Habéis quedado unas cuantas veces, fornicado más o menos las mismas. Y de repente y sin venir a cuento te dice que deberíais hablar y te comenta que “él no quiere nada serio”. Tú con cara de póker pensando “por fin consigo un follamigo y ya verás como se me acaba el chollo”. Y efectivamente, SE TE ACABA sin saber muy bien por qué. Pero no para siempre, noooooo. Recuerda la característica primordial : LA RESAPARICIÓN.

wtf2

Y podría seguir pero paro, porque seguro que tenéis mucho que añadir, queridas mías. Contadme de vuestros Mareadores y hagamos un post conjunto.

¡Besos!

Los (otros) 10 tíos más empotradores de la Tierra.

Los (otros) diez tíos más empotradores de la Tierra

Amiguis todas, soy consciente de lo que supone este momento porque a mí me pasa lo mismo. Los Empotradores NOS DAN LA VIDA y llevamos ya tiempo esperando este artículo. Perdonad por la tardanza pero es que la cosa tiene su qué: ser objetiva no es fácil cuando tienes delante veinte fotos de tíos sobre los que te tirarías salvajemente y sin ningún miramiento. Pero ya está. Mi lista de los (otros) diez tíos más empotradores de la Tierra son:

10. Gabriel Macht: no es un Empotrador desmelenado ni guarro de esos que normalmente nos gustan, pero OJO A SU SONRISA, a la mirada de golfillo. Si no has tenido la oportunidad, por favor, pega un repasito a su filmografía. Salió en la primera temporada de “Sexo en Nueva York”, yo me enamoré de él en la peli “Porque lo digo yo” y últimamente babeo en la serie “Suits”, que no puede ser más mala pero él todo lo vale.

gabriel-macht

9. Clive Standen: aquí ya empezamos con los clásicos, los cochinos, esos que te insertan en el alicatado sin ningún tipo de problema. Este Rollo de “Vikings” es perverso, es guarro Y NOS ENCANTA. Queremos ser vikingas, YA.

clive-standen

8. Josh Holloway: yo con este hombre he pasado por todas las sensaciones posibles. En “Perdidos” primero me daba repelús, luego me cayó bien y acabó que quería que me mordiera cada centímetro de mi body. Es un bestia. MUÉRDEME.

josh-holloway

7. Henry Cavill: te he de decir, querido Henry, que tiene mucho mérito que tú estés en mi lista. Yo, que soy una loqui de los superhéroes y que tengo CLARÍSIMO que JAMÁS habrá un Supermán ni remotamente parecido a mi amado Christopher Reeve, te coloco aquí, en séptimo lugar. Me ha costado, he tenido que abstraerme MUCHO pero he decidido que te lo mereces. No solo estás tremendísimo (característica que no te convierte, de por sí, en Empotrador) sino que, con la edad, vas ganando en morbillo y mirada de guarrete. Además, tengamos en cuenta que tú no empotras, tú SUPEREMPOTRAS.

henry-cavill

6. David Gandy: me parecía DEMASIADO guapo pero, tras arduas deliberaciones y unos días de sacrificio inconmensurable viendo vídeos y fotos del majo de David, algunas de las cuales reproduzco a continuación, no me ha quedado más remedio que colocarlo en el número 6. David, la madre que te parió, CÓMO ESTÁS.

danid-gandy2

david-gandy

david-gandy-3

5. Hugh Jackman: él, al contrario que Henry, partía con ventaja. Él es el mejor Lobezno del planeta. Hugh está tremendo, Lobezno es un animal… Tenía todas las de ganar. Este igual, al empotrarte, te mata. Pero qué más da…

hugh-jackman

4. Ryan Gosling: que sí, que ya le dediqué un post para él solito pero muchas me lo habéis pedido y, caris, yo por Ryan, MATO. No solo quiero que este hombre me posea hasta la extenuación, quiero que me pida matrimonio Y POR LA IGLESIA. Así que lo coloco en cuarto lugar por hacer algo porque de aquí en adelante ya se me amontonan los Empotradores y no podría elegir entre ninguno de ellos. No podía elegir una sola imagen de Ryan…

ryan

ryan2

ryan3

3. Jon Manganiello: vamos a ver, vamos a ver… Otro que fijo, si te pilla, te lesiona. Aunque mira la Vergara que estupenda está y no lleva nada escayolado. Este hombre es un brutaco, Y LO SABE.

  mang

mang2

2. Travis Fimmel: amigas, amigaaaaaaaas, este es el momento que estábamos esperando. Vale, admito que me costó, otro trabajo pesado: zamparme unos cuantos capítulos de “Vikings” hasta convencerme (que tampoco me costó mucho) de que Ragnar es un ser de lo más Empotrador. Momento crucial ese en el que, junto con su mujer, le propone  A UN CURA hacerse un trío. Eres un gorrino y un bárbaro, Ragnar y por ello tienes este merecido segundo puesto.

ragnar

  1. Jason Momoa: no es tongo, nooooooo. Ya sé que lo coloqué en el primer lugar en mi anterior ranking, pero amadas mías, entendedme, yo no le puedo dar la medalla de oro en la categoría de “Empotreitor” a nadie que no sea mi Jason. Mi objetividad tiene un límite, espero que lo entendáis. Mirad cómo me sonríe, por Dios…

jason2

Y después de este empacho de monumentos, me preparo para escribir algo sobre la vida de Santa Teresa o los textos de San Juan de la Cruz. Para compensar y tal…

El mareador: tipologías y características

el mareador: tipología y características

No podemos negarnos ante la evidencia: nos marean. O nos dejamos marear. El caso es que este fenómeno paranormal se da muchas más veces de lo deseado. Si no, de qué iba a ser mi post sobre ello el más leído de la historia de estas Claves.

Es por ello que la investigación ha de ir mucho más allá. Profundicemos, amigas, porque solo el conocimiento al detalle nos salvará del mareador.

Es común la confusión. Muchas veces no tenemos claro si nos están mareando o no y esto es porque existen tantas tipologías de mareador (y mareadora, supongo) que es imposible enumerar unas características comunes a todos ellos. Yo, hasta el momento, he detectado las siguientes variantes:

El Mareador Común: no hay duda con este. No se corta un pelo. Marea, lo sabe, lo disfruta. Cree que es un derecho innato. Es tan jodidamente descarado que no te lo puedes creer y, de hecho, no te lo crees, por eso sigues ahí, haciendo el gilipollas, sometida a sus vaivenes. Él es el caso más típico. Te llama para quedar, luego cancela. Te manda un whatsapp, cuando contestas él ya ha desaparecido. Y blablabla.

image

El Mareador Sensible: me atrevería a afirmar que este es aún más peligroso que el anterior. Sus ojitos de cordero degollao, sus excusas, su discurso cariñoso pueden confundirte MUCHO. Es capaz, incluso, de presentarse como víctima cuando tú, ya jartita de sus “te echo de menos”, “muero por verte”, “he soñado contigo” seguidos de sus “me ha dado una insolación, tenemos que posponer”, “maldito corte de digestión, no puedo quedar”, “me he roto una pierna, mejor lo dejamos para otro día”, le mandas a tomar por el jander con todas las letras. Es de los que te preguntará si te pasa algo con él, te reprochará que estás muy borde y, por supuesto, no te hará ni puto caso y seguirá con sus mensajes de amor a las seis de la mañana hasta que le bloquees.

image

El Mareador Transoceánico: normalmente es un ex-novio, ex-rollo o ex-algo que tuviste cuando pasaste un año en USA, o un verano en Londres, o unas vacaciones en Sicilia. Lo vuestro fue amor del bueno, o no, qué más da. El tema es que, periódicamente, aparece. Te manda fotos suyas subiditas de tono porque, claro, está lejos y si no, la cosa no se calienta. Cuando ya te tiene tontorrona perdida empieza con los “te quiero mucho”, esa frase tan ambigua que le puedes decir a tu hermana, a tu madre, a tu perro o al amor de tu vida. Y ahí te quedas tú pensando a qué se refiere exactamente. En el peor de los casos, la foto se convierte en una cantidad ingente de mensajes que reavivan vuestra pasión hasta límites insospechados. Esta tipología se subdivide en:

a. Mareador Transoceánico ennoviado: aquel que, tras tres mil doscientos mensajes de amor con sus correspondientes fotos picantes, te confiesa que, o tiene novia (y se le había olvidado) o justo acaba de conocer a una que vive en su barrio (qué casualidad) y no a tres mil kilómetros como tú. Así que casi mejor te vas pegando una duchita fría, guapa. OBVIAMENTE, no será él el que confiese, motu proprio, la existencia de la chati. O te lo encuentras de morros en su foto de perfil de Facebook, donde aparecen abrazados y sonrientes, o te lo confiesa tras un interrogatorio que ni la CIA.

image

b. Mareador Transoceánico desaparecido: de la noche a la mañana se lo traga la tierra. No contesta ni llamadas, ni mensajes, ni mails, ni privados de ninguna red, ni telegramas, ni burofaxes. Es inevitable, tu primer pensamiento será que ha tenido un accidente. Dejas de llamar a los hospitales cuando le ves en Facebook sano, sanísimo y de copazos con los amigos.

image

c. Mareador transoceánico recurrente: no es más que un mareador común pero que se extiende en el tiempo de forma desorbitada. Cada cinco años aproximadamente, reaparece, te marea y luego ni mú hasta el siguiente lustro. Por razones obvias, esta variedad se da normalmente pasados los cuarenta. Más que nada porque antes no hay margen suficiente. Personalmente, encuentro a este mareador incluso entrañable: lleva media vida contigo, ya sabes de qué va el tema con lo cual no te comes el tarro. Eso sí, aburre.

image

Ahora mismo se me ocurren más prototipos de mareador pero mejor lo dejo aquí, comentamos y, si eso, la semana próxima seguimos con el tema. Ah, por favor, no os cortéis, añadid los tipos de mareador que hayáis descubierto. La lista es larga, amiguis.

Te marean a ti, pero se tiran a otras.

Te marean a ti, pero se tiran a otras. Cuando ya nos habíamos acostumbrado a que los tíos  se volatilizaran después de uno, dos o tres polvos, aparece una nueva modalidad de huida que se da tras semanas de Whatsappeo masivo y sin que hayáis intercambiado ningún tipo de fluido. Si quieres saber cual es la explicación a este misterio, te lo cuento todo en mi blog hermano, Weloversize.

LA VAGINA: TIPOLOGÍAS Y CARACTERÍSTICAS.

la vagina tipología y características

Mi amiga Isabel me ha enviado hoy un Whatsapp de emergencia. Ha ocurrido lo imposible: conoció a un tío haciendo de carabina para que otra amiga echara un kiki y el susodicho la ha llamado.

– Caray Isa, qué bien, aleluya.

– Sol, es claramente gay. No entiendo nada.

– Nena, y qué más te da si es para un meneíto.

– Es gay y feíllo, bueno a mí no me gusta.

– Ah, pues entonces no .

– Pues no.

Ya es mala suerte, JO. Y es que aunque me empeño en decir que la vida no es complicada, que somos nosotros los que la liamos, pues a veces no sé yo. Hace tres días tuvimos otra charla en la que la prota era yo:

– Oye Sol, ¿y aquel de Valladolid que te enviaba mensajes todos los días?

– No sé.

– Sí hombre, el que durante dos meses te enviaba 4 mensajes diarios y te felicitó el cumple por Whatsapp, en el muro y por privado en Facebook y además te llamó.

– Sé quien es, el que me daba los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches y moría por mis huesitos. Lo que digo es que  ha desaparecido.

– ¿Por las buenas?

– De un día para otro y sin periodo de adaptación. Si eso es por las buenas, PUES SÍ.

Llevo días dándole vueltas a esto de las dificultades en las relaciones machohembra y la única opción que me queda por explorar es que todo dependa de la tipología de vagina que tengamos. Ya. Es raro. Es majara. Es insensato. Pero si no es eso ¿qué coño es?

Un ejemplo de fenómeno paranormal inexplicable sería cuando una se echa un amante, el susodicho tiene novia y todo va de coña hasta que la deja, momento en el que dejáis de fornicar. Este sería el caso de la Vagina Complementaria (sin entidad en sí misma).

Otra variedad aún más sideral de Vagina Complementaria es a la inversa, como aquella amiga mía que se tiraba a su aminovio de pascuas a ramos y cuando el tío se echa una novia empieza a cepillársela como si no hubiera un mañana (a mi amiga, claro). MÍ NO COMPRENDE.

Luego está lo de Cristina: tío que se tira, tío que se echa novia. Por supuesto, a Cris le dicen que no quieren empezar una relación (porque lo acaban de dejar con otra, porque se van a viajar por el mundo y no quieren atarse, porque no es el momento, blablablabla) y al cabo de un mes, dós máximo, NOVIA FOREVER. No falla uno, la tía. Ella es la Vagina Cupido, sin duda.

Por no hablar de Ana, Directora de cine. Todo aquel que pasa por su cama, o se lleva un Goya, o un Emmy o le premian en Sundance. Este es el caso de la Vagina Agente. Para ver si ella se lleva algún premio le hemos aconsejado que se masturbe mucho. Ya os contaré como le va. De momento tiene el cutis deslumbrante.

El caso de la Vagina Amistosa también tiene su qué. Tú que quieres enrollarte con tu ex, él que se resiste. Pero eso sí, SE EMPEÑA EN QUE SEAS SU AMIGA. Te llama compulsivamente para tomar café, para ver qué tal estás… pero vamos a ver, ¿NO VES QUE NO? . Esta variedad va de la mano con la Vagina Mareada, que sufre de vaivenes incesantes por recepción de Whatsapps periódicos que NUNCA TERMINARÁN EN CITA.

Otra tipología que a mí personalmente me fascina es aquella que sufre una metamorfosis y pasa de ser la Vagina Supersónica (dícese de la Vagina de habilidades ilimitadas por las que el/los Pene/s pierden la cabeza, o en este caso, el Glande) a la Vagina QuiénSabeDónde, es decir, aquella que ha sido abandonada sin explicación ni contestación alguna vía Whatsapp, privado de Facebook, Twitter y mucho menos llamada telefónica, que es una especie en clara extinción. Está íntimamente relacionada con el Pene Sitehevistonomeacuerdo (y Sitehefollado, pues tampoco).

Y podría seguir porque la casuística da para mucho, pero me quedo aquí y espero que me ilustréis y me contéis si os sentís identificadas con alguna tipología en concreto o con varias. Y si encima ampliáis el catálogo con nuevas tipologías, me encantará.

Besos, queridas Vagis.

Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo.

Las Vírgenes Fingidas

Hace poco mis amigas y yo hemos descubierto un fenómeno paranormal que nos tiene alucinadas: la fascinación del macho por la hembra virgen o quasivirgen. Las cosas están cambiando y lo que antes era una atracción feroz por las hembras sueltecitas, casquivanas, de moral distraída, ha mutado y ahora lo que mola son las intocables (o intocadas). Y esto es una putada, primero porque nos pilla un poco tarde y segundo porque aunque estuviéramos a tiempo, nos  pasaríamos esta tendencia por el forro.

Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo
Yo, cuando me enteré de la tendencia virginal.

Pero a problemas, soluciones. Así que decidimos que si queríamos pillar cacho, lo mejor era fingir, mentir como bellacas y trazar un plan:

  • Nada de escotes ni vestidos apretujados : esto nos obliga a hacer renovación total de vestuario.
  • Se acabaron las palabrotas, las blasfemias y las barbaridades de contenido sexual: en mi caso requiere de un exorcismo, COMO MÍNIMO.
  • Eliminación de fotos de cualquier red social en las que salgamos con el copazo, cigarros, arremangando faldas, casi enseñando tetas, agarradas a algún macho, o intentando morderle la oreja al primero que pase: resumiendo, darnos de baja todas nuestras cuentas porque nos quedábamos a contenido CERO.
  • Mentir colectivamente, afirmar y reafirmar que somos unas estrechas y que hasta el matrimonio, nothing de nothing: nos hemos inscrito en la escuela de Cristina Rota y en la de Corazza porque por mucho que hemos ensayado, no nos salé ni patrás.
  • No tenemos muy claro que hacer con los ex amantes, que en cualquier  momento pueden aparecer y joder la marrana. Para esto, probablemente necesitemos sobornar o, en el peor de los casos, volver a enrollarnos con ellos para que cierren el pico.
Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo
Esto MOLA.
 
Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo
Esto NO MOLA.

A estas alturas ya pensáis que soy una exagerada. O no porque quizás lo estáis viviendo en vuestras carnes. Por mi parte, tía con la que hablo, tía que me cuenta lo mismo: que el mercado está fatal, que no hay manera de ligar, que todo está pillado, que lo que no está pillado está tarado… Y ojito que no estamos hablando de buscar novio ni marido. No, no, nooooooooo yo hablo de lo que viene siendo un tema momentáneo: un que me quiten lo bailao, una alegría pal cuerpo, un ligue de una noche, un revolcón furtivo… PUES NI ESO.

Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo
Beyoncé, no te enteras. Así no.

Algunas tendréis las esperanzas puestas en el verano, que parece que con los cuerpos semidesnudos, el calor, la playita, las vacaciones… PUES NO. Aquí la menda pasa en Ibiza TODOS los veranos de la vida. Ibiza parece que es sinónimos de descuajeringue en todos los sentidos. Bien, desde aquí hago un llamamiento a todas aquellas que, estando en la isla, hayan tenido unos encuentros guarrindongos desenfrenados, porque esto ya es leyenda urbana, señoras mías. Cada verano es lo mismo: “tranquilas chicas, que ahora llega el veranito y ya veréis” .  Y NADA. Otra variable de la leyenda es LOS FINDES EN FORMENTERA: “Bueno, bueno chicas,  que nos vamos a Formen y aquello está petao de italianos bienolientes. Allí fijo que sí”. PUES TAMPOCO.

Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo
Mi amiga rezando. A ver si le cae algo.

Hace unos meses un macho me dijo algo que pudiera ser la explicación a tamaña desgracia: los hombres piensan que TODAS las mujeres por encima de los 30 quieren tener pareja y ser madres as soon as possible y salen por patas. “¡¡¡¡¡¡NOOOOOO, POR DIOSSSSS!!!!!!”  Le dije yo. Y él se quedó loco, “Ah, ¿pero tú estarías abierta a otra cosa, a algo de una noche o de una semana?” Preguntó él. “Es más, es a lo ÚNICO a lo que estoy abierta” dije yo. Y mi pensamiento añadió “Y nunca mejor dicho”.

Quizás yo pienso que esto es generalizado y a estas alturas creéis que mi pandi es un ramillete de fetos malayos y purulentos. QUE NO. Pasan las estaciones y esto solo hace que empeorar. Y yo ya me estoy preocupando. Os pediría en serio, por favor, mujeres de más de 30, que me contéis QUE COÑO ESTÁ PASANDO. ¿Es esto un mal endémico solo de  mi entorno? ¿Es un rollo “Guerra Mundial Z” y se extiende entre la población sin remedio?

Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo

No quiero pensar que esto tenga algo que ver con que a los tíos, esto de que les queramos para algo pero no les necesitemos PARA NADA, les tenga algo abrumados. Qué improbable que vean su hombría menoscabada porque tomemos la decisión de disfrutar de un rato en su compañía y luego desaparezcamos sin dejar rastro. Qué cositas se me ocurren…

En breve os cuento qué tal resulta nuestro Plan Virginal. Mientras tanto, espero vuestros consejos y comentarios.

Shopping cart0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
0