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Etiqueta: risas

19 cosas que quiero hacer antes de palmarla.

las claves de sol

Ir a Australia. Iba a hacerlo el año que me entregaron a mis hijos. Ahora que ya están creciditos va a ser hora de volver a planearlo. Qué ganas de canguros, de Melbourne, de un continente entero para hacer el gamba.

Escribir muchos libros. Vale, he escrito uno en cuarenta y cinco años, no es que lleve un ritmo trepidante hasta ahora, pero la cosa va a cambiar a partir de octubre. Me lo he prometido a mí misma y a vosotras.

Hablar italiano perfectamente. Porque es un idioma que me encanta, un país que me apasiona, unos tíos con camisa impoluta y una pasta que quita el sentío. Ah, y porque, para qué engañarnos, siendo catalana, es bastante más fácil que el ruso o el alemán.

Vivir en Nueva York más de dos meses. O más de tres. O más de ocho.

Construir la casa de mis sueños, con una cocina blanca y enorme con isla central que no me serviría absolutamente para nada porque odio cocinar. Con chimenea y pocas habitaciones grandes, una ducha con alcachofa de dimensiones gigantescas y una presión de agua que me reviente el cráneo. Debe ser silenciosa, tener piscina y una terraza con buenas vistas donde poder desayunar.

Ordeñar una vaca. 

Hacerme la Ruta 66 con Bonnie, para celebrar la vida, su nueva libertad, que llevamos juntitas dos tercios de nuestra existencia y que ahora empezamos a saber de qué va esto.

Ir a veinte conciertos seguidos de mi cantante favorito. A poder ser en el Auditorio Nacional de Méjico. A poder ser en la fila tres. Sin mesura, a lo salvaje, como si no hubiera un mañana.

Pegarme un buen viaje por las Escandinavias. Ya sabéis, para conocer el Vikinguismo a fondo, y también porque me fascina su productividad, su Hygge, su Lagom y ese rollo Ikea tan ordenado y tan ideal. Oye, y que los Fiordos parecen espectaculares.

Bañarme en leche de burra o algo similar. Si Cleopatra lo hacía, por algo sería.

Volver a Cuba, porque si me fascinó en el viaje de final de carrera, ahora ni me lo puedo imaginar. Y no es por la playa, ni por la langosta barata. Es por la gente y por el baile.

Por cierto y a colación de lo anterior: quiero ir a clases de baile. Lo dejé a los catorce, cuando no sabía nada de la vida. Ahora que tengo claro qué es lo importante de verdad (o sea, bailar a todas horas) me voy a apuntar a alguna academia. De octubre no pasa.

Conseguir que me guste el vino. Es que no soporto el sabor de ningún alcohol, pero joder, que tengo cuarenta y cinco tacos y ya va siendo hora de ser una tía con clase como la Florrick o como la Pope y endiñarme un buen copón de tinto al llegar a casa y no medio litro de Cola Cao (que no pienso dejar, por cierto. Solo lo minimizaré).

Ir con mis amiguis a Formentera un finde cada verano. Que el año pasado fue que no y todavía lo estoy lamentando. Ver cómo las muy beodas bucean en mojitos y sangrías de cava, decirles burradas a los italianos para luego irnos a sobar solas y muertas de la risa. Bañarnos en bolas en esas aguas cristalinas. Repetir las mismas bromas de cada verano que, inexplicablemente, aún nos hacen gracia. Criticar a nuestros ex. Leer revistas de cotilleo tiradas en la hamaca. Ver la puesta de sol más bonita del mundo. Cantar a gritos “Quince años tiene mi amor” en el coche de alquiler. Burlarme de sus resacas. Olvidar que hay vida más allá de esas paellas deliciosas de la playa de Es Códols. Recordar a Martes y Trece y su sketch de Eva Nasarre y Locomía : metiendo la femoral, expandiendo el glande.

Aprender a meditar, a hacer solo una cosa a la vez, a tomarme las cosas con calma. Sí, ya sé que esto lo he escrito doscientas veces. Sigo en ello.

Tomarme un año sabático. Pero de verdad. Sin ninguna responsabilidad, sin obligaciones, sin preocupaciones, sin rutinas ni reloj. Quiero aprender a no hacer nada. Porque veo esas fotos de hamacas en playas cristalinas y me dan gustirrinín, pero luego me tumbo media hora y me entran las ansias por ser productiva. Quién sabe, quizás mejore justo después de aprender a meditar. O igual no tengo solución y punto. Ya os cuento.

Hacer una jarrón. Como Demi Moore en “Ghost”. Lo del torno y la arcilla me flipa desde pequeña, y en el cole de monjas nos daban un ladrillo de barro envuelto en plástico y una mesa de conglomerado. Nada glamouroso. En cuanto a Patrick, mejor me deja con mi vasija y luego nos montamos un baile a lo “Dirty Dancing” que para entonces ya habré ido a clases y le haré unas piruetas que lo flipas.

Aprender que, la mayoría de las veces, las normas son autoimpuestas y no tienen sentido, que la Tierra sigue girando mientras me hago un masaje o veo una serie. Que la culpa se la inventó algún cabrón muy envidioso. Que el día de hoy no va a volver. Que soy una partícula diminuta en el Universo. Que mis problemas no lo son.

Decidir que esta lista es solo la primera de muchas. Cumplir todos estos deseos.        

Otras cuantas gilipolleces que me sacan de quicio

Hace unas semanas ya hice una lista con unas cuantas cosas que me tocan las narices sobremanera y ahora ha llegado el verano, con su calorazo, sus niños de vacaciones y un sinfín de factores que no hacen sino aumentar la cantidad de gilipolleces que me sacan de quicio. Sigo con lo mío:

21. El calorazo: sí, ya lo sé, me repito, pero es que no lo soporto. Y ahora mismo estoy en una isla y se supone que mola mucho y todo eso, pero es que solo hay una cosa peor que el calorazo: EL CALORAZO HÚMEDO. Son las 16.54 y llevo cuatro duchas en mi haber. Para cuando acabe el día calculo que serán unas diez. No puedo ni pensar. El bochorno ha invadido mis escasas neuronas.

22. Los atascos: sí, porque yo, en la city, voy a pata o en metro, pero aquí no se puede, así que tengo el toto con forma de asiento de coche. Y hay muchos turistas. Y no hay metro. Y hay atascos. Y me cago en lo que se menea.

23. Los camareros que quieren llevarse tu plato antes de que termines. Varias veces. NO HE TERMINADO.

24. Los zapatos que, milagrosamente, eran supercómodos en la tienda y a los dos minutos de ponértelos, te provocan el dolor más grande del planeta.

25. Los que te repiten siete veces: “Qué blanca estás, ¿noooooooo?”

26. Los quejicas. Por todo. Siempre.

27. Los que usan “Maricón” como insulto.

28. Los que me atufan con el olor de su porro en la playa.

29. Los que no se han enterado de que hay unos cacharritos que te pones en las orejas para escuchar tu música y te deleitan con su reguetón. VETEALAMIERDA.

30. Los guarros. No puedo con los malos olores. Ayer entré en una gasolinera y casi poto. Sobaquera y pies por doquier. Duchas, desodorantes, cambio de camiseta, PORFAVOR.

31. Las mosquitas muertas. No me fío. SIEMPRE ACIERTO.

32. Los que afirman que estamos solteras por egoísmo.

33. Los gorrones. 

34. Los que, ante mi condición de abstemia, afirman que “Yo te voy a hacer beber, ya verás”. TENGO 44 TACOS, NO ME GUSTA EL ALCOHOL. DÉJAME EN PAZ. VIVE TU VIDA.

35. Los taxis que huelen a tabaco, la gente que huele a tabaco. EL TABACO.

36. La frase “Es que tú eres un poco feminista” . No puedo estar ni un poco embarazada, ni ser un poco feminista. ¿LO PILLAS?

37. Vaciar el lavavajillas.

Tengo más, luego sigo. Mientras tanto, contadme vosotras, no os cortéis.

OUTLANDER (o el Empotrador Escocés ha llegado para quedarse)

Ay, amiguis, que tenía yo unas ganas locas de escribir este post desde que descubrí a esa bestia parda que es Jamie Fraser. Yo aún no me explico cómo nadie me había obligado a ver “Outlander” a punta de pistola, sabiendo lo que me van a mi los Empotradores,  qué malas amigas tengo. Porque una cree que ha visto todo lo que merecía la pena cuando, de repente, aparece ese animal pelirrojo sobre su caballo y entonces lo sabes: EL SCOTTISH EMPOTRATOR HA LLEGADO PARA QUEDARSE.

Y es que el Fraser engaña en un principio: él va de buenecito, de inocente. Vale, arrea hostias como panes, pero tiene ese punto tierno que te va conquistando y, cuando ya suspiras por sus huesitos en plan romántico, se casa con Claire, le confiesa que es virgen Y LE PEGA UNA FORNICATIO QUE LA DEJA LOCA ( a ella y a nosotras, que babeamos como cerdas viendo semejante espectáculo). Comentando el polvazo nupcial con mis amiguis, una de ella soltó: “Claro, el escocés te escuece”. Y sí, toda la razón, porque este hombre te deja el chirri como una hamburguesa, no hay duda. Y si no, que le pregunten a Claire, que creo se sienta sobre un flotador desde la noche de bodas.

Vamos a ver, Jaimito, vamos a ver: no puedes ir mintiendo de esa manera por el mundo. Tú te has hartado a chingar, Y LO SABES. Porque nadie suelta esas embestidas así de primeras, chato. A mí no me engañas. No te culpo: te paseas en falda, es fácil de remangar, la gaita es débil, las escocesas no son tontas… Y pasa lo que pasa.

Sí, churri, no me mires así. Es lo que hay.

En lo analizado hasta ahora tenemos esa mezcla letal de ternura y embestida salvaje que, ya de por sí, es suficiente para dejarte pallá del todo, pero aún no hemos comentado el tema body.

VOY.

Diosmío, diosmío, diosmío. Esos oblicuos, esos pectorales. Os juro por mi vida que yo jamás me había fijado en las clavículas de un tío. HASTA QUE LLEGÓ JAMIE.

Pero, ¿habéis visto ese brazo?, ¿la cantidad de masa que hay entre pecho y espalda? El culo, AY, EL CULO.

Porque los de la serie no son tontos, NO, y lo plantan en bolas a la menor ocasión, da igual si en las Highlands están a diez bajo cero y Jaimito se nos queda tieso. Porque la audiencia manda, sí señor. Y la audiencia, en este caso, somos una panda de tías enajenadas con el cuerpazo del ginger este. Oye, que la historia está muy bien, y qué original el guión, madre de Dios. Que si la tía viaja en el tiempo, que si la guerra, que si los Jacobinos. Qué bien actúan. Que sí, que sí… pero que si no fuera por los kilos de carne que enseña este buen hombre, otro gallo le cantaría a la productora. Cobre lo que cobre, me parece poco. Sam, chato, pide aumento de sueldo, que te lo dan fijo.

Veis lo de las clavículas, ¿no?

Y es que “Juego de Tronos” ha hecho mucho bien: nos trajo buenorros a tutiplén (debo aquí nombrar a mi Jason Momoa, of course), polvazos a tutiplén y guantazos a tutiplén. Funcionó, y de qué manera. Y de aquellos barros, estos lodos llenos de músculos.

Sigamos con Jaimito: CÓMO BESA, SEÑORAS. Porque de todos es sabida la importancia del morreo, y él la explota. Morrea, fornica, morrea, fornica, morrea, fornica y así hasta el siglo XIX. Qué pena que lo del besuquearse pasara de moda a finales del XX.

ASÍ NOS VA.

No sé a vosotras, pero a mí me han entrado unas ganas de ir a Edimburgo  y alrededores que no son ni medio normales. Ya me estoy viendo entre castillos, montañas verdes y tíos con falda de cuadros, que dicen que debajo no llevan nada. Huy, huy, huy, qué pillines.

Desde aquí quiero hacer un llamamiento al Consulado de Escocia, o a la Asociación de Escoceses Buenorros o a la Cooperativa de Gaiteros de las Highlands. Propongo celebrar una reunión para acercar culturas, conocer un poco más de esas bonitas tierras, de esa historia que la serie nos ha descubierto y que tanto nos interesa. Eso sí, para que la cosa funcione, la delegación scottish deberá componerse en su totalidad por personas del género masculino, de entre 25 y 35 años, a poder ser pelirrojos, que frecuenten el gimnasio unas tres veces por semana y que asistan a esta celebración con el traje regional. Lo que viene siendo un encuentro hispano-escocés, que ojalá acabe siendo uno de hispanas-escocidas.

Por favor, las interesadas en asistir a dicho Congreso, apúntense en los comentarios. En breve anunciamos fecha y repartimos dorsales.

         

Queridos Reyes Majos del 2017…

Queridos Reyes Majos, antes meterme en faena quiero comentaros lo rápido que pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando os escribí mi carta del 2016 y ha pasado ya un año. MUY FUERTE.

Lo primero, hablemos un poco sobre mis regalos del año pasado, que eran básicamente:

TENER SEXO DEL BUENO.

Pues hijos míos, no me habéis traído ni del bueno, ni del malo. Ni tíos guarros guarrísimos, ni limpios limpísimos. Vuestras razones tendréis.

PERDER TRES KILOS.

Ahí siguen y juraría que les acompañan un par más. Es verdad que no me he portado bien en lo que se refiere al zampar y que tampoco le he dado mucho al deporte, pero la intención era que lo consiguierais a base de VUESTRA magia, no de MI sacrificio.

Lo más importate: os pedí que mi amiga se divorciara del del hijo de la gr******** p***, pedazo de c****.

Y LO HA HECHO. ALELUYA. GRACIAS. GLORIA AL CIELO.

Por lo demás, mis hijos siguen con sus notas de mierda y mi mejor amigo aún vive en Pernambuco. Repito peticiones, a ver si este año caen.

Os pedí inspiración y talento para escribir, y ovarios para seguir yendo contra corriente.

Lo del talento es MUY discutible, pero oye que entre mis amiguis y lo raro que está el mundo, tengo inspiración para dar y regalar.  Y nado contra la corriente, contra el viento, contra la marea y contra lo que haga falta. GRACIAS.

Reyes Majos de mis amores, ni siguiera me atreví a pedíroslo, pero os cuento que he escrito un libro, que se llama “ALGÚN DÍA no es un día de la semana”, que a mí me gusta mucho y que el 14 de febrero estará en las estanterías de los apellidos que empiezan por “A”. Sí, en San Valentín, porque es un libro para los enamorados, PERO DE SÍ MISMOS, que deberíamos ser todos.

Por favor, haced que les guste a los lectores, que firme en muchos sitios. Quiero ver las caras de estos seres tan majos que me saludan a través de la pantalla.

Para ahorrar tiempo y tinta podéis apuntar para todos los años venideros lo de escribir un libro, y una obra de teatro, y una serie, y una peli. Y varias canciones. Ah, también quiero ser columnista en alguna revista, o en un diario. O en una revista y un diario. Sois magos, sacad tiempo de donde no lo hay.

Sigo queriendo perder los kilos sobrantes y os cambio lo del sexo por unos buenos morreos, de esos que marean, que tienen el ritmo adecuado, que te dejan la barbilla desollada. 

Os comento que me haría MUCHÍSIMA ilusión conocer a Milena Busquets, soy MUY fans. Y a Elvira Lindo. Y a Benedict Cumberbatch, para ver esas manos de cerca y escuchar esa voz en directo.

Mandadme de viaje a Londres, a Nueva York POR SUPUESTO, a Escocia, a París y a Méjico.

Compradme entradas para los conciertos de Vanesa Martín,  Emelí Sandé,  Ana Carolina,  Mi Amiga y  Mi Cantante.

Organizadme, por favor os lo pido, más cenas con los compis del cole.

He llegado a una edad en la que me gusta que mi pasado forme parte de mi presente. Quiero recordar quién fui para entender lo que soy. ME ENCANTA estar con esos que me conocen de verdad, porque entonces no había filtros. Porque nunca pasaré con nadie tanto tiempo como pasé con ellos. Porque, con mis amiguis de las monjas, vuelvo a tener catorce años. O diez. O cinco.

Dadme risas de las de no poder parar, de las de dolor de barriga y chorrito de pis. 

Llevadme al karaoke y, por favor, nunca me devolváis la vergüenza que perdí allá por el 92.

Voy acabando, queridos Majos, que yo lo de los límites nunca lo tuve muy claro. Solo una última cosa: proveedme de primeras veces, de ilusión, de ganas.

Y de salud.

Y de muchos cosméticos.

Y de calma, sosiego, momentos zen.

Y de bailes con música de los 80.

Y de…

Vale, ya paro.

The Happy End: historia de un masaje.

lasclavesdesol

Para escribir esto me he tenido que ir a un Starbucks al más puro estilo Carrie. La ocasión lo merece. Podría deciros que “le pasó a una amiga mía” pero no iba a colar, así que seré sincera.

Me encantan los masajes, no me canso de ser masajeada y mi día ideal SIEMPRE empezaría con un buen masaje. Me he dado masajes en varios países, en Tailandia ya ni os cuento. Con esto lo que quiero decir es que me han dado muchos masajes de muchos tipos, muchas personas.

En Madrid me aficioné a un sitio thai maravilloso y carísimo de esos que abren siete días a la semana, 14 horas al día. Pero hostia, me dejaba el sueldo, así que decidí probar masajes thai más plebeyos y un amigo me recomendó un local que me pareció cutre pero oye, a mitad de precio que las superthai.

Allá voy yo y qué alegría más grande cuando veo que por dentro es monísimo y muy zen.

Y aparece el masajista en cuestión: pelos rasta hasta la cintura y cejas depiladas rollo Spock.

SPOCK

Se me ha escapado una tribu urbana nueva, está claro. Me quedo un tanto patidifusa y pienso que o se recoge el pelamen o se le llenará de aceites esenciales.

Me lleva muy amablemente a la colchoneta colocada en el suelo que hará las veces camilla. No camilla, rastas hasta el jander… Empiezo a pensar en las posturas y en como lo vamos a hacer para que no me restriegue los mechones por el body (a estas alturas ya veía yo que el joven no se iba a hacer ningún tipo de recogido capilar).

rasta

Me pongo las bragas de papel rollo Dodotis (esto va mejorando) y allá que le espero yo boca arriba tapada con unas telas étnicas a juego con las rastas.

Y empezamos.

Rasta Spock tenía las manos totalmente congeladas, JODER. Me cabreo. Poco a poco se le van calentando.

Aquello no era tan thai como mis amadas thai carísimas pero bueno, su aceitito caliente, presión adecuada…

Y me pongo boca abajo.

Qué bien, ha llegado el momento. Tengo contracturas hasta en la rabadilla y el momento masaje espalda es siempre celestial. Además, Rasta Spock me había preguntado dónde las tenía. “Aquí”, había dicho yo, señalando mi lomo. No había pérdida. “Entre los omoplatos, sobretodo” había concretado, por si no percibía las contracturas tamaño mandarina. No podía fallar.

Mujeres del mundo que teneis una talla de sujetador superior a la 85 … Sabéis que cuando te pones boca abajo, el pechamen sale por los lados ¿no? Bien, yo no estoy precisamente plana, con lo cual por los lados sale BASTANTE. Pero el tema es que en los flancos no tengo contracturas, con lo cual las glándulas mamarias no habían molestado jamás para nada, HASTA QUE LLEGÓ RASTA SPOCK.

masaje
Prueba gráfica de tetamen asomando.

No me preguntéis en que Escuela Thai estudió, o donde se pensaba que estaban mis omoplatos.

Me masajeó los flancos, o sea la media teta que se me salía por ambos lados, aproximadamente 76 veces.

QUÉ MOMENTO, SEÑORES… ¿Qué hago?, ¿le digo algo?,  ¿se trata de un movimiento nuevo desconocido por las thai pero muy en voga entre los masajistas thai semijamaicanos?, ¿o me está metiendo mano descaradamente? Si ese es el caso ¿lo disfruto? Joder, desagradable no es, aunque el rollo Rasta Spock no es lo mío…

Decido relajarme y disfrutarlo, DE MOMENTO.

Ni que decir tiene que, llegado el momento, las contracturas que tengo en el culo las encontró y las trató, PERO A BASE DE BIEN.

Braga dodotis metida por el jander hasta el intestino y, hala, a amasar.

Acaba la manoseada trasera, volvemos a darme la vuelta. “Si por detrás me ha puesto fina, lo de por delante ya puede ser sideral”, pensé yo.

El chaval, muy profesional, me planta una toallita tapándome las tetas (las que ya me había manoseado hasta la saciedad) y ME BAJA LA BRAGA DODOTIS HASTA EL MÁS ALLÁ.

O sea, no me ves las tetas pero me estás viendo el jilguero. BIEN.

dafuch

Toca el masaje barriguil.

No sé donde pensáis que acaba la barriga por la parte inferior, pero yo os lo voy a aclarar: justo donde empieza la rajita. O sea, la parte superior del chirri pertenece al abdomen, al menos en la zona de Tailandia donde Rasta Spock estudió.

Os recuerdo que para más inri, yo estaba con los ojos cerrados, así que tampoco tenía muy claro por donde pasaba la mano, era todo un rollo sensorial. Pero vaya, que sensorialmente tengo muy claro donde tengo la barriga y donde el parrús.

el poder del pene

Ahí ya me empiezo a plantear seriamente que la cosa se puede desmadrar (aún más) y me vuelven a asaltar las dudas: ¿Y si baja más la mano?, ¿me dejo o le fostio? Por un lado la cosa era cachondona, pero cuando lo físico me ponía tontorrona, lo cerebral me recordaba el look Rasta Spock y la líbido se iba a tomar por c**o.

“Y yo que había venido a relajarme y me estoy contracturando aún más…”

Acabamos con la zona pélvica y vamos a la craneal.

Y ahí es cuando la problemática que yo había planteado al principio, se manifiesta. Rasta Spock sentado en la parte superior de la colchoneta, masajeándome pescuezo (por fin me toca alguna contractura alejada de mis zonas erógenas) y una de sus rastas dando paseíllos por mi jeto.

CANGONTÓ LO QUE SE MENEA.

¿Qué coño es una Madre Moderna?

Vamos terminando y el joven me envuelve cual rollito de primavera en las telas étnicas.

Él que me pregunta qué tal y yo medio adormilada, medio al borde del colapso le balbuceo que “Bien”, añadiendo mentalmente “¿y tú, cari, te has quedado a gustito?”

Y el colega que se abalanza para darme dos besos y yo, que por el desarrollo de los acontecimientos pienso que me puede meter la lengua hasta el duodeno.

No lo hace.

“Chato, si me besas, que tampoco es necesario (las thai no me besan JAMÁS), lo haces cuando esté vestidita y pagando y NO EN BOLAS HECHA UN CANELÓN.”

¿Qué coño es una Madre Moderna?

Ya vestida y por las calles no salía del shock. Y en estos casos lo mejor es llamar a una amiga. A poder ser a alguna que se vaya a descojonar.

-Mabel, querida, salgo de un masaje thai dado por un Rasta Spock y juraría que me ha pegado la metida de mano del siglo.

La otra se descojona, más por imaginar las rastas y las cejas together que porque me metan mano y encima pagando.

Le planteo varias preguntas :

– Tía y si la cosa hubiera ido más lejos, ¿qué hago? ¿me dejo?.

-Pues si te ape…

Siguiente cuestión:

– ¿Y le dejo propina?

no

– Pero qué dices tía, para nada. Que lo hace porque quiere. Si acaso te tiene que hacer descuento.

Joder, cuanta sabiduría encerrada en un cuerpo tan pequeño.

Pasados los días, cada vez tengo más claro que Rasta Spock se puso fino filipino y me asaltan más dudas… ¿vuelvo? La verdad es que me cobraron la mitad que las thai y tampoco estuvo mal. ¿Si vuelvo pensará que me ha gustado y quiero aún más?

En un momento dado y si lo negocio bien, podría sacar descuento a cambio de disimular y hacer ver que tengo contracturas en sitios donde no hay ni músculos. Al final, lo que más me molestó fue el paseo de su rasta por mi cara…

De repente recuerdo un capítulo de Sexo en Nueva York en el que Samantha se ofende porque un masajista buenorro no le provee del final feliz que le había dado a otras clientes. Con lo que me mola a mí la serie, Samantha y los finales felices.

Superintrépida, cojo el teléfono para pedir hora con Rasta Spock. Y le visualizo, tan Rasta y tan Spock. Y visualizo también al masajista buenorro de Samantha. Joder, nada que ver. Seamos realistas, yo nunca fui de sucedáneos.

Así que decido no llamar y volver a mis queridas thai. Sí, me cobran el doble, PERO ME ESTRESAN LA MITAD.

El Poder del Pene

el poder del pene

Cuando publiqué en Facebook cual era el tema de este post se produjo un fenómeno curioso: por un lado las hembras, muertas de la risa, me comunicaban su ansiedad por leer el contenido de tan singular título.

Lo de los machos fue diferente: ex-contrincantes que, de repente y sin venir a cuento, te saludan, te mandan besos… hasta que te das cuenta de que TIENEN MIEDO. Pero chicos, que no… que esto no va de una descripción de EL MIEMBRO. ¿Cómo podéis pensar eso de mí? Yo (casi) nunca haría eso…

Vamos a ver ¿conocéis hombres gays? La respuesta es “sííííí”, a coro y con orgullo. Que tener amigos gays es muy moderno. Ok, second question: ¿conocéis alguna lesbiana? El “sí” ya es menos coral: “sí, una de mi gimnasio…”, “mi prima tiene una amiga lesbiana…”. Haberlas, haylas, PERO MENOS. Ahí ya tenemos el primer indicativo de EL PODER DEL PENE.

el poder del pene

Another question: ¿cuántos hombres gays conocéis que, una vez probado el género masculino, hayan vuelto al femenino? A coro de nuevo, NINGUNO. ¿Y amigas lesbianas, o puntualmente lesbianas que, probada una cosa hayan retomado la otra? PUES UNAS CUANTAS. ¿Por qué? por EL PODER DEL PENE.

el poder del pene

El Pene es Poderoso, eso es así. Y me jode, no os creáis. Que esto no una apología de mi heterosexualidad o de las maravillas del Aparato Masculino. PARA NADA. Esto es una manifestación de un hecho que me sorprende, me fastidia y me hace partícipe porque, seamos honestos, su Poder se cierne también sobre mí.

Casi nadie es inmune a EL PODER DEL PENE.

el poder del pene

Fijaos si el Pene es Poderoso, que Freud decidió que las tías vivimos permanentemente angustiadas porque nos sentimos castradas. Vamos, que por la falta de Pene vamos como vaca sin cencerro, como pollo sin cabeza. Sigmund cari, no seré yo la que te contradiga, pero es que pasados los años es bueno avanzar, adaptarnos a los nuevos tiempos y mira: yo he recogido algunos testimonios de féminas angustiadas, ansiosas, histéricas incluso y juraría que su trastorno mental (transitorio o no) responde más a la necesidad de castrar compulsivamente que a la de tener un rabo (propio) entre las piernas.

el poder el pene
La castrada (según Freud)

Y pensaréis que me estoy yendo del tema y he empezado hablando de EL PODER DEL PENE y ahora reniego de él. No, no, no, nooooooooooooo. Seamos claros, EL PODER DEL PENE existe, hemos que vivir con él. Hagámoslo de la mejor manera posible.

Mira que tengo amigos heteros y mira que me cuentan salvajadas. Y nunca me han hablado de una vagina. NEVER. En su caso, las TETAS son la(s) estrella(s), para bien o para mal. “ESE ES TU SUPERPODER”, me soltó uno no hace demasiado sin apartar la vista (y las zarpas) de ellas. Lo cual no deja de ser una paradoja, porque el pechamen suele ser un pasatiempo complementario al deporte principal o FORNICATIO. Curioso pues, que jamás se dediquen piropos a nuestros bajos y en cambio se hable tanto de nuestros altos.

el poder del pene

Busco justificación de estos feos hacia nuestras partes y descubro el término “Vagina Dentata”:  dícese de las vaginas con dientes de algunas mujeres. ¿¿¿¿¿¿¿CÓMOOOOOOOOOOOOORL????? Pues sí, hermanas, esta leyenda se contaba para avisar del peligro de fornicar con mujeres desconocidas. Aquí sí que flipo, pero me ilumino. VÁLGAME DIOS, que he encontrado la respuesta a todas nuestras preguntas. La leyenda de los chirris carnívoros ha pasado de generación en generación y así nos va. MISTERIO RESUELTO. Para las que os quedasteis cabizbajas y meditabundas con mi post sobre “Las Vírgenes Fingidas”, ya podéis respirar ¡EUREKA!

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Retrato aproximado de la “Vagina Dentata”

Las tías en cambio, ayyyyyyyyy LAS TÍAS.

Si hay algún macho leyendo esto… atentos señores, porque nosotras y nuestros amigos gays SÍ hablamos de Penes. Y MUCHO. Tamaño, forma, color, textura… TODO UN MUNDO. No pienso entrar en la polémica de si el tamaño importa. IMPORTA, Y PUNTO. Que si sabiendo usarla da igual la carencia…, que si como los ciegos desarrollan otras habilidades… Sí, sí, pero ¿a que todos queremos ver? PUES ESO.

No hay que ser muy list@ para deducir que a más Tamaño, más Poder. Vamos, como en casi todo en la vida.

el poder del pene

Otra manifestación de EL PODER son los monumentos. Esto es como lo del tamaño: el rey con el territorio más grande es el más poderoso, y también el que tiene más estatuas en su honor. PUES LO MISMO: escribes en Google “monumento fálico” y un Universo se abre ante ti: Japón, Islandia, Irán, Corea, etc. son plantaciones de Pepinacos gigantes.

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Con lazadas incluso.

Pero haz lo mismo con “monumentos a la vagina” y lo único que te sale es un descerebrao que se quedó atrapado en una estatua vaginal en Alemania. Y YA ESTÁ. Una sola referencia y es porque uno casi la palma atrapado en un coño pétreo.

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¿Qué coño buscaba ahí dentro?

Amig@s, no sabéis cuanto tiempo he esperado para publicar estas líneas. El pudor, el no saber cómo enfocarlo, la falta de concentración, el miedo a la crítica, me han frenado hasta hoy. Pero aquí está. Y ahora, más que en ningún otro post, espero vuestros comentarios. Esto proMETE…

Tener chirri une mucho.

tener chirri une mucho

Mi amiga Vero es muy de celebrar sus cumples a lo grande y este año tocaba finde en Formentera.

Allá que nos vamos todas. Algunas muy amigas, otras más, menos o nada conocidas.

Plan ideal de hamaqueo en playas cristalinas, sangrías y rajar, mucho rajar que es lo que nos gusta. Acabada la primera jornada, ya éramos todas coleguis. Con un tipo de colegueo desenfadado y de risa tonta que se da mucho más en verano que en invierno. Interesante.

Servidora, que es muy analítica, empezó a darle vueltas a esto de la amistad veraniega, la amistad femenina, la hermandad entre féminas, etc. y tras mucho pensar he concluido que la razón de esta amistad repentina está EN EL COÑO.

LAS COLEGAS TIENEN COÑO, como tú. Y tener coño une, Y MUCHO. Y en verano, y más si es en Formentera, acabas viéndotelo porque bañarte en pelotas en esas aguas transparentes ES LO MÁS. Si encima de tenerlo, compartes tu chirri, la unión ya es máxima.

Pensaréis (sobretodo los que me conocéis) que estoy de broma, PERO NO.

Recordad a las amigas que habéis tenido a lo largo de vuestra vida: las del cole, el instituto, la universidad, el curro, algunas que hayas podido conocer de vacaciones, etc. ¿Qué tenéis todas en común? TODAS TENÉIS COÑO. Y sed sinceras, en algunas mogollón de ocasiones, eso os ha unido. El chirri es motivo, directo o indirecto, de miles de conversaciones a lo largo de nuestras vidas. Por poner unos pocos ejemplos…

  • El primer pelo púbico: lo recuerdo como si fuera ayer. Ahí, tan solo, tan largo y tan feo. Se lo enseñé a mis amigas en unas colonias que organizaba la iglesia de mi pueblo (no sé que habría pensado el cura de nuestras muestras capilares). Con esas mismas amigas, 20 años más tarde nos hemos enseñado las primeras canas (sí, en el coño salen canas, QUÉ PASA).
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Tus amigas mirándote las canas del …
  • La primera regla: la de complicidades que generó y todas las conversaciones que había alrededor de ella. La que ya la tenía y lo sabía toda la clase aunque la pobre no hubiera dicho ni mú, la que con 15 tacos aún nada y era la rara, “que si yo soy de Évax” “que si yo soy de Ausonia”, la amiga íntima que te enseñó a ponerte el primer támpax, esos dolores horrorosos que te hacían sentir TAN mayor (¿Qué fue de Saldeva?).
  • La primera vez (que trikitriki): lo pongo así para darle un toque romántico al primer polvo. ¿Cuántas horas pasaste escuchando a las que ya lo habían hecho?, ¿cuántas horas intentando hacerlo porque por ahí no cabía un alfiler? y ¿Cuántos días pasaste comentando con tus amigas si a ellas les pasaba lo mismo? y luego cuando pasó, ¿cuántas semanas lo estuvisteis rememorando? Pues eso.
titanic
Tú en plan romántico tras el primer tracatrá.

  Tras el pollazo pistoletazo de salida, ancha es Castilla y viene el momento experimentación.

  • El sexo salvaje: maravilloso. Qué cutis te deja y cómo te lo notan tus comadres. Y cómo lo retransmites. Y ellas resoplando “qué cabrona”, “pues no hace tiempo que no me pilla uno de esos”, “pues esto me recuerda a aquel que me ponía mirando a…”
sexo salvaje
Tu amiga contándote como es Cuenca.
  • El mal sexo: seamos sinceras, las colegas son las que más disfrutan con tus mierdipolvos y al final te ríes con ellas por no llorar.
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La zorra de tu amiga  descojonada por tus desgracias sexuales.
  • No tener sexo: esto ya no da risa, pero sí mucha conversación. Más que nada porque todo el tiempo que no estás follando (o sea TODO), lo pasas hablando.
  • Los picores: es necesario tener una amiga médico. Si no la tenéis, ya la estáis buscando. A las malas, malas, una farmacéutica o enfermera. EL CHICHI PICA, eso es así. Y siempre lo hace a horas intempestivas, un domingo o en plena Nochevieja. Puede ser por varias razones: las setas candidiasis malditas, las noches salvajes, las infecciones varias… El chirri es un lugar húmedo, sensible y con una flora más delicada que los putos bonsais.
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Esta necesita una amiga médico. YA.
  • Los partos: yo no puedo con este tema. Me repele. Pero las hay que lo aman y que siguen hablando de sus placentas, sus contracciones y sus chirris sanguinolentos en la boda de sus hijos.
  • La menopausia: si te parece que me estoy yendo muy lejos porque para esto “aún te queda mucho”, lee esto que escribí hace unos meses. Los sofocos, el insomnio, las sequedades coñiles son otra gran fuente de charla femenina.
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Yo, que estoy negra de tanto sofoco.

No estoy diciendo que solo hablemos de nuestros bajos, que conste. Pero es verdad que el tener algo en común, como puede ser un chirri, con unas problemáticas muy particulares, que solo contarías a alguien que te entendiera de verdad (o sea, la portadora de otro chirri), ayuda al colegueo.

No sé, esto es lo que se me ha ocurrido tras un día playero viendo los coños de mis amigas, que me parecen los más bonitos del mundo (después del mío, claro está).

¿Y tú? ¿Crees que el tener vagina crea comunidad?

             

La Soledad ¿necesidad o vicio?

Mi nombre real me define totalmente, de hecho mucho más que el sobrevenido “Sol”. A mí lo de los calores y las playas como que no.  Si a mi santa madre se le ocurrió llamarme Soledad por algo sería. Lo de ser hija única acabó de marcar mi destino FOREVER.

Solitaria desde siempre y por el avatar vital, pues más. A menos tiempo libre, menos tiempo de soledad, etc. No voy a dar el coñazo con lo que ya sabemos: las madres no tenemos tiempo bla, bla, bla . Si eres soltera, quizás aún menos. Digo lo de “quizás” porque de todos es sabido que en ocasiones el macho adyacente no solo no quita curro sino que DA MÁS (aquí viene el abucheo masculino, que acepto sin pestañear).

Aclaremos mi concepto de Momento Soledad, que tiene tela. Estar sola no es tener a los niños acostados, NO, NO, NO, es que no hay NADIE en mis dominios. Para mí, la Soledad es un estado mentalzenmaravilloso en el que solo entro cuando:

Caso 1: cualquier ser vivo está más allá de la puerta de entrada cerrada con dos vueltas de llave.

Caso 2: estoy por las calles, sin apenas riesgo de encontrarme con alguien conocido que me chafe el plan.

En los dos casos, el tiempo requerido para que la Soledad haga mella positiva en mi estado de ánimo es de un mínimo de 3 horas. Si no,  no me vale.

El AmoralaSoledad rige mi vida: me voy de viaje sola (no siempre, of course), al cine, a tomarme mis mocca blancos, a pasear. Esa fue una de las principales razones para mudarme a Madrid. En la little isla no doy un paso sin encontrarme con alguien que me saluda y/o en el peor de los casos se sienta conmigo allá donde esté  para hacerme compañía (tócate los pelendengues…). Pero la gran ciudad me permite estar sola entre la multitud y que nadie joda MI MOMENTO.

A estas highers ya deberíamos conocer la diferencia entre “estar” (que mola) y “sentirse” (que no mola nada). Ejemplo claro: cuando estaba en proceso de adopción alguien me dijo “qué bien, nunca más estarás sola”. Al borde del Lexatín estuve. Gracias a Dios, al colegio, a los abuelos, a que con el tiempo se pirarán (y me dolerá, claro) ESO NO ES ASÍ. En el otro extremo, os digo que jamás me sentí sola hasta que fui madre. El porqué os lo cuento en otro momento y habrá muchas que estaréis asintiendo con la cabeza ahora mismo (qué ilusión me hará si comentáis algo al respecto aquí abajo).

Me causa fascinación la gente que disfruta SIEMPRE de la presencia de otros humanoides. Les admiro, en serio. Me parece mucho más fácil estar rodeado de otros seres, en el trabajo, en casa. Huir del grupo no siempre es fácil y cada vez menos con tanto Social Media. Además Los Sociables molan, son simpáticos, dan conversación a todo el mundo, organizan actividades, se suman a las ya organizadas sin que ello les suponga analizar al pormenor los pros y los contras de ver a TODA ESA GENTE. Y encima son anormales. NO COMO YO.

Ese fin de semana con las amiguitas:

– Si cuadra, por favor, yo en una habitación SOLA.

– Pero vaya ¿que te da igual si no, VERDAD?

– Hombre pues igual NO me da.

– Pero ¿POR QUÉ?

– Me gusta levantarme SOLA.

– Mira que eres RARITA, hija…

Y así por los siglos de los siglos…

Cuando ya me preocupaba seriamente lo raruno de mis Ansias Solitarias, mi amiga Carmen me lanzó un cable salvador  as usual y me dedicó unas bonitas palabras en la red social “Me ha recordado a tu mente brillante” escribió, y adjuntó un enlace que me ha alegrado la vida. YA ESTÁ, todo solucionado: soy brillante (o algo así). JODER, QUÉ BIEN.

Cuando leí el artículo, por un lado me alivié leyendo que Darwin rechazaba ir a cualquier fiesta y que está demostrado que la soledad fomenta la creatividad entre otras muchas maravillas (ahora debería descubrir algo equiparable a la Teoría de la Evolución, la gravedad o la relación espacio – tiempo, pero no lo veo, la verdad). Por otro, me sentí taaaaaaaan identificada en frases como “la soledad es el aire que respiran” o “solo cuando estoy sola me siento totalmente libre”.

Se supone que estando solos conectamos con lo que queremos y proyectamos conseguirlo. Yo siempre me he preguntado cómo lo hacían los demás para pensar con gente cerca. Yo no puedo, imposible. Pensaba que era lela pero gracias a Carmen ahora sé que no (o por lo menos no por eso). Sola he planeado mis viajes, he decidido estudiar esto o aquello, dejar a ese tío, llamar a ese otro, crear este blog, tener a mis hijos, sola escribo, sola duermo, sola sueño, sola decido donde voy porque así sé que llegaré donde yo quiera, sola decido si comparto mi tiempo con alguien que igualará la perfección de mi Soledad.

Mi Soledad es perfecta porque la elijo. Tan perfecta como ver a los que me ven (y me miran), oír a los que me oyen (y me escuchan) y hablar con los que me hablan (y me dicen).

Y tú, ¿qué eliges?

Menopáusica y Teenager

Menopáusica o teenager

¿Qué creéis? ¿Que no es posible ser menopáusica y teenager al mismo tiempo? Eso pensaba yo hasta que…

Yo…

– ¿Hace calor o estoy menopáusica?

Mis amigas…

– Pero cómo vas a estar menopáusica con lo joven que eres…

Yo…

– Tengo 42 ya mismito.

Mis amigas…

– Pero es muy pronto ¿no?

Vamos a Google, para variar.

Wikipedia me cuenta que sí, que los SOFOCOS pintan mal; ni te cuento de las REGLAS IRREGULARES  (huy, huy, huy…); seguimos con el INSOMNIO (va a ser que sí); SEQUEDAD VAG…, pues mira, esto no sabría decirte; me hablan también de la DEPRESIÓN (esta no, la verdad); La última es el SOBREPESO (hombre, me he pillado unos kilitos, pero me lo he currado a pulso: bien de gluten y bien de azúcar). Resumiendo, tres de cinco.

Se lo vuelvo a comentar a mis comadres.

– Pues no te pega estar menopáusica.

– Pues no me pegará, pero es lo que hay.

¿Y qué pinta tendrá una menopáusica media (en adelante una M.M.)? ¿Quizás unas arruguitas y unas fofeces con un aire de “estoy de vuelta de todo y dejo de menstruar, porque hasta de eso paso”? ¿La M.M. será una tía madura, canosa, que lee sobre temas profundos, ve pelis afganas (en v.o. por supuesto) y que ya no se come el tarro si un tío no le envía un Whatsapp?

Pues no me veo como M.M., la verdad. Entonces ¿¿¿¿¿¿CÓMO PUEDE SER QUE ME ESTÉ PASANDO ESTO A MÍ?????

Igual es que mis Órganosinternosdeabajo ignoran que no tengo arrugas ni flaccidez facial, gracias al pastón que me dejo en cosméticos y a que dejé de tomar el sol en el 83. Tampoco sabrá que mantengo la pechuga en su sitio porque no he parido y el pandero más o menos, sentadilla va, sentadilla viene. Mi útero probablemente desconoce la de majaderías que escribo en este blog, dignas de un ser absolutamente inmaduro intelectualmente. Mis trompas semiatrofiadas no sabrán que me he enganchado a “Juego de Tronos” y a “Suits” no por la profundidad de sus argumentos, sino por lo buenorro de sus protagonistas y, desde luego no tienen ni idea de que lo más trascendental que he leído últimamente es la portada del “Cuore”.

Sobre si me como el tarro por los Whatsapps machunos no voy a pronunciarme, PA QUÉ.

O sea, que mis órganos reproductores (¿o era reproductivos?) van a su bola y han decidido desmarcarse del resto de mi body así porque sí.

Esto me hace pensar que la proyección que tenemos de nuestras edades futuras es CIENCIA FICCIÓN. This is clear. De pequeña imaginaba que a mis 20 llevaría siempre taconazos, LO TENÍA CLARÍSIMO. Cumplí los 20 y creo que me quité las Converse para ducharme.

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Mis Converse (1992 -2017)

Entonces piensas en los 30, HOSTIA LOS 30. A los 30 los hijos están al caer si no han caído ya, el novio se ha convertido en marido (no en mi caso, NEVER), y te envuelve un halo de tía interesante MONUMENTAL.

La mujer de 30 es un adalid de la cultura contemporánea. La mujer de 30 es la PERFECCIÓN: sabe lo que quiere, cómo conseguirlo, de dónde viene y a dónde va, su vocación no puede estar más clara, sabe elegir macho, aún tiene las carnes prietas y ha desaparecido el acné. La mujer de 30 va SIEMPRE bien peinada y lleva la manicura impoluta, ya se hizo la depilación láser y se operó la miopía. La de 30 tiene tiempo para todo: lee las revistas de moda, todos los best sellers, trabaja mil horas y gana una pasta, va al gimnasio y hace zumba, crossfit y yoga, muuuuuucho yoga…

Y llegan los 30, Y-TE-DES-CO-JO-NAS.

Avistamos los 40. Los 40 SÍ QUE MOLAN. Lo de los 30 era un poco acelerado, pero a los 40 YA SÍ. Has tenido 10 años para cabrearte porque llevabas las mismas Converse que a los 19, el mismo mal gusto para los tíos, las mismas ausencias en el gym y porque no tenías ni idea de qué coño querías hacer con tu vida.

Pero ya está. AHORA SÍ. A los 40 te esperan la estabilidad económica (jua jua jua), esos hijos que te proveen de paz mental interminable (a esta sandez le dedico otro post), madurez intelectual (dicen), equilibrio emocional (cuentan) y lo mejor: PLENITUD SEXUAL, porque las de 40 somos unas fieras desprovistas de todo complejo e inhibición. Vamos, unas cerdacas en toda regla dispuestas a disfrutar y a ser disfrutadas en plan animal porque aún te quedan lo menos, lo menos…12 o 13 años para la maldita menopausia que te secará el jilguero PA LOS RESTOS.

Llegan los 40 y…NO COMMENT.

Ahora surprise, surprise, que hay algo que no sabéis… después de los 40 vienen los 41. “Obvio”, pensareis. Pues a mí no se me había ocurrido hasta que llegué a los 40 años y 11 meses.

Porque los 40 molan, ¿pero los 41? ¿Qué coño son los 41? ¿Qué fantasía se puede imaginar con esa mierda de número? Los 40 lo ocupaban TODO y no dejaban ver lo que hay detrás: LA MEDIOCRIDAD DEL 41.

Los 41 son un antes y un después, o te hundes para siempre o lo superas y te pasas por el jander la numerología completa. Lo que no te mata te hace más fuerte. Y en esas estoy yo, a 3 días LITERALES de los ansiados 42, de tenerlo TODO superado.

¡QUE GANITAS TENGO!

Porque a los 42 ya no sufres por  los problemas del curro ni por  la maternidad. Se acabaron las dudas constantes y DESDE LUEGO los machos no te marean, NO HOMBRE NOOOOOOOOO.  A los 42 eres la Estatua de la Libertad, la Torre Eiffel, el Big Ben, la Giralda…Les miras a todos desde ahí arriba con la sabiduría fluyendo por tus venas y con la convicción de que AHORA SÍ QUE SÍ.

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Yo misma en 3 días.

Si soy sincera y realista, o cambia mucho la cosa en 3 días o me veo como a los 19, mucho más Teenager que Menopáusica. El consuelo es que en nada llegan LOS 50 y ya veréis, ya. A los 50 SÍ.

¿O no?

Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo.

Las Vírgenes Fingidas

Hace poco mis amigas y yo hemos descubierto un fenómeno paranormal que nos tiene alucinadas: la fascinación del macho por la hembra virgen o quasivirgen. Las cosas están cambiando y lo que antes era una atracción feroz por las hembras sueltecitas, casquivanas, de moral distraída, ha mutado y ahora lo que mola son las intocables (o intocadas). Y esto es una putada, primero porque nos pilla un poco tarde y segundo porque aunque estuviéramos a tiempo, nos  pasaríamos esta tendencia por el forro.

Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo
Yo, cuando me enteré de la tendencia virginal.

Pero a problemas, soluciones. Así que decidimos que si queríamos pillar cacho, lo mejor era fingir, mentir como bellacas y trazar un plan:

  • Nada de escotes ni vestidos apretujados : esto nos obliga a hacer renovación total de vestuario.
  • Se acabaron las palabrotas, las blasfemias y las barbaridades de contenido sexual: en mi caso requiere de un exorcismo, COMO MÍNIMO.
  • Eliminación de fotos de cualquier red social en las que salgamos con el copazo, cigarros, arremangando faldas, casi enseñando tetas, agarradas a algún macho, o intentando morderle la oreja al primero que pase: resumiendo, darnos de baja todas nuestras cuentas porque nos quedábamos a contenido CERO.
  • Mentir colectivamente, afirmar y reafirmar que somos unas estrechas y que hasta el matrimonio, nothing de nothing: nos hemos inscrito en la escuela de Cristina Rota y en la de Corazza porque por mucho que hemos ensayado, no nos salé ni patrás.
  • No tenemos muy claro que hacer con los ex amantes, que en cualquier  momento pueden aparecer y joder la marrana. Para esto, probablemente necesitemos sobornar o, en el peor de los casos, volver a enrollarnos con ellos para que cierren el pico.
Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo
Esto MOLA.
 
Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo
Esto NO MOLA.

A estas alturas ya pensáis que soy una exagerada. O no porque quizás lo estáis viviendo en vuestras carnes. Por mi parte, tía con la que hablo, tía que me cuenta lo mismo: que el mercado está fatal, que no hay manera de ligar, que todo está pillado, que lo que no está pillado está tarado… Y ojito que no estamos hablando de buscar novio ni marido. No, no, nooooooooo yo hablo de lo que viene siendo un tema momentáneo: un que me quiten lo bailao, una alegría pal cuerpo, un ligue de una noche, un revolcón furtivo… PUES NI ESO.

Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo
Beyoncé, no te enteras. Así no.

Algunas tendréis las esperanzas puestas en el verano, que parece que con los cuerpos semidesnudos, el calor, la playita, las vacaciones… PUES NO. Aquí la menda pasa en Ibiza TODOS los veranos de la vida. Ibiza parece que es sinónimos de descuajeringue en todos los sentidos. Bien, desde aquí hago un llamamiento a todas aquellas que, estando en la isla, hayan tenido unos encuentros guarrindongos desenfrenados, porque esto ya es leyenda urbana, señoras mías. Cada verano es lo mismo: “tranquilas chicas, que ahora llega el veranito y ya veréis” .  Y NADA. Otra variable de la leyenda es LOS FINDES EN FORMENTERA: “Bueno, bueno chicas,  que nos vamos a Formen y aquello está petao de italianos bienolientes. Allí fijo que sí”. PUES TAMPOCO.

Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo
Mi amiga rezando. A ver si le cae algo.

Hace unos meses un macho me dijo algo que pudiera ser la explicación a tamaña desgracia: los hombres piensan que TODAS las mujeres por encima de los 30 quieren tener pareja y ser madres as soon as possible y salen por patas. “¡¡¡¡¡¡NOOOOOO, POR DIOSSSSS!!!!!!”  Le dije yo. Y él se quedó loco, “Ah, ¿pero tú estarías abierta a otra cosa, a algo de una noche o de una semana?” Preguntó él. “Es más, es a lo ÚNICO a lo que estoy abierta” dije yo. Y mi pensamiento añadió “Y nunca mejor dicho”.

Quizás yo pienso que esto es generalizado y a estas alturas creéis que mi pandi es un ramillete de fetos malayos y purulentos. QUE NO. Pasan las estaciones y esto solo hace que empeorar. Y yo ya me estoy preocupando. Os pediría en serio, por favor, mujeres de más de 30, que me contéis QUE COÑO ESTÁ PASANDO. ¿Es esto un mal endémico solo de  mi entorno? ¿Es un rollo “Guerra Mundial Z” y se extiende entre la población sin remedio?

Las Vírgenes Fingidas: guía para ligar mintiendo

No quiero pensar que esto tenga algo que ver con que a los tíos, esto de que les queramos para algo pero no les necesitemos PARA NADA, les tenga algo abrumados. Qué improbable que vean su hombría menoscabada porque tomemos la decisión de disfrutar de un rato en su compañía y luego desaparezcamos sin dejar rastro. Qué cositas se me ocurren…

En breve os cuento qué tal resulta nuestro Plan Virginal. Mientras tanto, espero vuestros consejos y comentarios.

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